La boda de mi mejor amiga

Capítulo 13

La semana está siendo bastante estresante y más teniendo que aguantar todos los días a April de aquí para allá. Ahora vamos camino a  Lady Dresses, una tienda especializada en confeccionar vestidos para damas de honor en las afueras de Londres, a poco más de una milla de distancia de Glash Village. Para mi suerte no viajamos solas, Rose y Penny nos acompañan, esta última le había pedido el día libre a Arthur en el Bar para poder venir al viaje. Como siempre el autobús principal no tiene una velocidad mayor que no sea la de caracol y no puedo evitar desesperarme.


 

—¿Qué color crees que sería el indicado? —Me pregunta April con entusiasmo.


 

—La boda es de día, creo que lo mejor es utilizar vestidos con colores suaves o pasteles. —Por mi cabeza ha pasado miles de veces la idea de arruinarle la boda, pero al final siempre termino descartando ese pensamiento. No ganaría nada con eso, además, ser su Wedding Planner es mi trabajo, y yo ante todo soy una profesional. —Rosa palo, azul cielo, verde mint, malva, salmón, hay varias opciones.


 

—Oh, espero que tengan lindos modelos. —comenta mordiéndose las uñas.


 

—Es una de las mejores tiendas, y en su web habían muchos vestidos increíbles. Ya verás. —Trato de clamarla. Cada día logramos avanzar un poco más en cuanto a los preparativos. Justo ayer tuve que acompañar a Peter a comprar su traje de novio, y no pude estar más feliz cuando eligió la primera de las opciones.


 

—¿Tenemos que ponernos todas los mismos zapatos? —Penny preocupada por lo alto de sus tacones.


 

—Por supuesto, también las mismas joyas, peinados y ramilletes. —Tenemos una novia exigente, ya lo vemos.


 

—¿Seremos trillizas? —Rose no parece muy convencida.


 

—Bueno, las damas de honor se visten todas iguales, esa es la parte divertida. —April se encoge de hombros. ¿Divertida? Siempre creí que la parte divertida de las bodas era cuando tiraban el ramo al aire.


 

—Yo solo pido que no elijan un vestido en amarillo, porque me rehuso a ponérmelo. —Rose se cruza de brazos, ¿cómo logramos cuatro personas con gustos diferentes ponernos de acuerdo?


 

—Ay, pero a mí me gusta el amarillo. —Penny no ayuda.


 

—Creo que mejor esperamos llegar y ya veremos qué hacemos. —propongo. No podemos estar todo el camino peleándolos por los colores de los vestidos.


 

Media hora después llegamos a la famosa Lady Dresses, y nos perdemos en la sección de colores pastel. Una chica muy amable que no aparenta tener más de 30 años nos guía por la tienda explicándonos el significado de cada color y lo importante que es elegir bien el mismo.

Después de ver y probarnos más de 5 tipos diferentes de atuendos, elegimos tres piezas idénticas de mangas largas y estilo Línea A mucho más discreto claramente que el vestido de April.

En color verde mint que como nos había explicado la dependienta representa la naturaleza, la esperanza y la juventud, además de simbolizar el equilibrio, el descanso, la fertilidad, la frescura y la resistencia.  Transmite cambios, renovación, salud y confort. Todo lo que una novia espera de su nueva vida junto a su amor. Sin dudas los vestidos perfectos.


 

Volvimos a Glash Village a mitad de la tarde con la alegría de cargar en nuestras manos los maravillosos atuendos. Si soy sincera, hay momentos en los que olvido el daño que April causó a mi relación con Arthur, es como si ni siquiera ella sea consciente del mismo. Me trata de forma tan normal, como si no hubiera secretos en nuestra amistad. Secretos que yo también guardaba, guardo y hasta que no terminé la boda guardaré. Caminamos por el sendero de camino a casa las cuatro juntas, y de vez en cuando reímos con algún comentario desfachatado de alguna.


 

—¿Y si hacemos una barbacoa frente al lago? Venga, como en los viejos tiempos. —Últimamente Penny está teniendo muchas ideas.


 

—No lo sé, estoy algo cansada. —Lo cierto es que en estos últimos 10 días Arthur y yo hemos estado teniendo nuestras citas frente al lago, y justo hoy prometió darme una sorpresa.


 

—Por mí estaría bien. Necesito relajarme y encontrar inspiración para seguir escribiendo, creo que estoy viviendo eso que llaman bloqueo de escritor. —Rose se encoge de hombros, y suspira derrotada.


 

—Oh, no sabía. Vamos, Jess, acompáñanos, pasaremos un lindo rato todas juntas. —Me ruega April como si no acabáramos de venir de un viaje las cuatro.


 

—Bueno, yo no me refería a que fuéramos solo nosotras, yo quería invitar a Keith. —Penny se sonroja al pronunciar su nombre y no tiene que decirnos que le gusta el cocinero del bar para que nosotras captemos sus intensiones.


 

—¡Oh, Dios! Alerta roja, Jess, esto es preocupante, si Penny consigue novio ya no seremos las Tres solteras más codiciadas de la boda. —La semana pasada Rose leyó un artículo donde decían que las bodas son el sitio perfecto para ligar, y pues ella se está trazando un plan estratégico para conseguir el ramo y el marido en un mismo día, arrastrándonos a Penny y a mí con ella, sin tener la más mínima idea de que ya yo no estoy soltera.


 

—Mira el lado positivo, tendremos más oportunidades para nosotras. —Le contesto entre carcajadas, y nos detenemos frente a la casa de April.


 

—Ah, eso es verdad, no lo había pensado. —La escritora ríe con fuerza, y me da una palmadita en la espalda.


 

—¿Entonces que dicen? ¿Barbacoa? —Sigue insistiendo Penny.


 

—Sí, invitaré a Peter y veré si Arthur quiere venir, últimamente no está mucho tiempo en casa. —responde April, y no me parece mal que invite a su hermano, así por lo menos podré verlo.


 

—¿Jess? —Rose junta sus manos en forma de súplica.




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