DEDICATORIA E INTRODUCCIÓN:

La Boda del Diablo

Nuestro destino baila en las manos de Dios.

Nuestra alma pertenece a nuestro más grande amor.

Somos piezas en un juego aún más grande.

¿Quién se atreverá a enfrentar su destino?

¿Seremos capaces de seguir siendo nosotros mismos cuando todo termine?

Este libro está dedicado a la forma en que amamos...

y a cómo enfrentamos a nuestros propios demonios.

-Selene Dragón.

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Desde el infierno.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que aquel hombre de ojos rojos caminaba por el mundo humano.

Observaba los rostros de los muertos desde la distancia, esperando que algo -lo que fuera- captara su atención. Pero sus ojos estaban vacíos, y su boca, seca, anhelando algo que alimentara su curiosidad.

Suspiraba de vez en cuando, desviando la mirada hacia la lejanía, contemplando las tragedias humanas como si fueran obras repetidas de un teatro que ya no emocionaba.

Entonces, algo lo distrajo.

Un llamado resonó en su mente, haciéndose presente de forma casi molesta.

Era esa fila interminable otra vez... La misma en la que los muertos comenzaban a quejarse al despertar del trance, dándose cuenta -demasiado tarde- de dónde estaban. Solo para terminar juzgados por aquel encargado de los pecadores enviados al infierno.

Finalmente, puso en marcha sus pies.

Y caminó hacia el gran castillo, entrando sin prisa... pero sin vuelta atrás.