La pantalla de mi celular ilumina mi rostro y mis ojos se clavan, al igual que mis dedos, en el dispositivo tecnológico
Concentrada moví los dedos por toda la pantalla, estaba por romper mi récord en un video juego hasta que el sonido de un mensaje interrumpió completamente la partida, exasperada dejé el celular sobre el apoya brazos del sillón que antes estaba sentada y me acerqué a la cocina donde se encuentra mi familia
Mis piernas largas y un tanto bronceadas se movieron por toda la casa, que por cierto lleva una fachada antigua por las paredes de ladrillo vistos más los muebles de madera oscura, aunque dentro de todo muy moderna por la decoración que colocamos y ademas en conjunto es agradable para la vista
Ya en la cocina miré a mi madre con una sonrisa plasmada por la imagen divertida, ella esta totalmente cubierta de harina hasta sus cabellos que son un tanto rojizos están bastante blancos por el polvo, sus ojos se encuentran clavados mirando los movimientos de sus manos sobre la maza y mientras, tararea una canción que se escucha de la radio
El rock ochentero inunda la sala dando un aire positivo al lugar como lo suele ser mi hogar que a pesar de ser una familia de brujos somos tan normales que cualquier ser humano
Mi padre trabaja como arquitecto y mi madre es profesora de lengua en la escuela secundaria, llevamos una vida tranquila de cualquier familia de clase media
Luego sin interrumpir, continúe mi camino y llegué al comedor donde mi padre se encuentra sentado mirando la televisión
—¿Que ves?- pregunté un tanto desinteresada al sentarme a su lado, él se encoge de hombros y me mira tranquilo
—Fútbol, ¿Estas aburrida, brujita?-pregunta sonriendo y medio refunfuño por el apodo aniñado aunque igual asiento sin reprochar
Sus cabellos canosos, que en algún tiempo fueron rubios, se remueven sobre su frente y sus ojos verdes brillan de forma burlona
—Tal vez... ¿Que tengo que hacer?- pregunto mirándolo con los ojos entrecerrados esperando cualquier chantaje
Él eleva su barbilla, sin dejar de lado su postura sobre la silla y me señala las escaleras que da a las habitaciones
—Ve a buscar a James, ya vamos a comer.- ruedo los ojos y sin rechistar voy en busca de mi hermano
Silenciosamente subo cada escalón pero ese silencio fue interrumpido al llegar al segundo piso, el sonido de la guitarra eléctrica llegaba a mis oídos al igual que la voz de mi hermano acompañando la melodía
Llego a su habitación y abro la puerta de un golpe sin importar que le molestara, James ignora mi presencia y sigue con su música
Suspiro desanimada y miro a mi hermano menor fijamente esperando que me diera su atención, sus hombros se encorvan hacia la guitarra y sus dedos tocan las cuerdas de una manera armónica pero segundos después frenó su música
—¿Que sucede, Abby?- pregunta con la voz cansada
—Vamos a comer, enano.- río y sacudo sus cabellos rubios iguales a los míos
Si James no fuera un año menor seríamos como gemelos, el mismo color de cabello, los mismos ojos verdes, nariz pequeña y labios gruesos
Él es como yo pero hombre, aunque eso no lo diría en voz alta
—Eso es mentira, casi te paso.- me contesta gruñón mientras deja su guitarra a un costado
—Si, claro.- digo con desdén mientras acomodo un mechón de mi cabello hacia atrás
Él me mira riendo y me da un leve puñetazo en el brazo, aunque ese empujón me movió unos pasos porque al ser todavía adolescentes no medimos la fuerza que nos proporciona ser brujos
—¡Estúpido!- le devuelvo el empujón pero con más fuerza, asiéndole notar mi molestia
Pero algo extraño sucedió cuando toque el hombro de mi hermano, como si algo hubiera pellizcado mi mano y luego algo saliera de ahí mismo
Confundida miré a mi hermano, él se frota el brazo de manera muy rápida y me mira enojado
—¿Que hiciste Abigail?- me dice con la voz ronca
Conmocionada no pude dejar de mirar ese lugar, un pánico creció en mi interior y mis piernas temblaron un poco
Asustada negué repetidas veces y levante las manos como si le mostrara que no hice nada
—¡No hice nada!- dije luego en reproche y me negué a pensar que hice algo, al menos sin querer
A pesar de que nuestra familia lleve la sangre de brujos no somos poderosos, a penas tenemos el poder de controlar pociones y hoy en día ningún ser humano va en busca de brujas para buscar un antídoto
Ni siquiera saben de nuestra existencia, sólo hay algunas brujas que dicen leer la fortuna y usan pociones para hacerles creer que es verdad, no es mas que chantaje
Al bajar las escaleras vi desde lejos mi celular y recordé el mensaje que me había llegado, lo tomé y lo guarde en el bolsillo de mi pantalón
Ahora estábamos todos sentados en la mesa por comer espagueti casero, con el estómago gritando empecé a devorar mi comida
—Daniel, ¿Podrías pasarme la sal?- dice mi madre luego de sentarse
—Toma, cariño.- mi padre le alcanza lo pedido y luego mira a James fijamente, —James, trae la bebida
Después de eso el almuerzo transcurrió normal, en silencio o con algún pedido de papá