Es normal que cada familia de brujos tenga un cuarto de pociones mágicas, a pesar de no usarlas los objetos vienen de generación en generación y cada familia debe cuidar absolutamente todo como si fuera oro
Nuestro cuarto tiene en una pared de una esquina, un gran mueble lleno de libros de pociones o de historia familiar que muy pocas veces solemos abrir
Al frente mio se puede ver una gran mesa de marmol llena de tubos de ensayo u objetos de todas formas hechas de cristal, junto a frascos de distintos tamaños con líquidos de todos colores
Y en otra mesa mas pequeña de madera, que esta junto a la anterior, se encuentra reposando un caldero celta junto a cucharones y algunos otros objetos raros que son comunes para nuestra raza
Mordi mi labio inferior pensativa y examine el cuarto completamente hasta que algo hizo que me acercara a la biblioteca, no mi afición a la lectura sino algo más fuerte, algo más magico...
El aire a mi al rededor parecía denso y cálido, se sentía raro no como solia ser siempre que venía, tan normal y sin ningun cambio en el ambiente
Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, suspire intentando eliminar esas sensaciones y abrí las puertas de vidrio para poder examinar cada libro
Pero cuando abrí las puertas, un libro bastante viejo cayó a mis pies abriéndose en una página en especial donde se leía el nombre Alice Kyteler, me llamó la atención ya que mi padre me había hablado un poco de ella pero no tanto como para concer su historia, me acerqué para poder tomar el libro pero éste voló hacia mis manos como si fuera un imán y al tocarlo sentí una sensación familiar
Sin esperar a pensar en lo sucedido, clavé mis ojos en las palabras pero no pude leer nada, todo esta en latín y no conozco nada del idioma
Pero una frase se me quedó grabada en mi mente
Totalum imperium, susurre como si así pudiera guardarla para que no me la olvidara y sin mas que hacer, cerré de un golpe el libro
Intenté mirar otros mas pero ninguno me llamaba la atención o me parecía importante, solo aquel libro que me mostró el nombre de un antepasado de mi familia
Con cuidado volví con el libro en manos hacia mi habitación y lo guarde escondido entre mi ropa de la valija, si se daban cuenta de que ya no estaba para ese momento estaría en la E.S.B, no se la razón de porque lo robé pero siento que tengo que traducir ese libro, de alguna manera tengo que hacerlo.
Volví a recostarme en mi cama hasta que sentí mi propia voz repitiendo esas dos palabras en latín muy incesantemente dentro de mi cabeza haciendome sentir un terrible dolor de cabeza, desesperada me levanté y fui directo a prender mi computadora
Frente a mi se abrió la pantalla de google, mis dedos se movieron por el teclado en busca de algún traductor en latín y rápidamente lo encontré
Totalum imperium, volví a susurrar mientras escribía la frase en el traductor y lo que me apareció me dejo sin habla
Poder total.
¿Que carajos significa eso?
Asombrada y confundida cerré la pestaña, podría traducir todo el libro ahí para sacarme la duda pero sería un gran trabajo porque el libro es grande y de letra pequeña, y además es muy desconfiable esa fuente
Tiempo después mi puerta se abrió y seguido entró mi hermano, él me miró desde la puerta
—¿Puedo entrar?- preguntó inseguro
Asenti desde mi cama, luego me senté en la punta para poder verlo mejor
Lleva unos pantalones de gimnasia y un buzo grande de color bordó con las letras de la secundaria que asiste
—¿De verdad te vas?- pregunta parado frente a mi e increíblemente, me mira triste
Le doy una media sonrisa no tan alentadora y luego suspiro, también triste
—Si, remarcaron en el mensaje que debo ir si o si.- rodee los ojos
—Tal vez esta buena la escuela y capaz al fin conseguis novio.- dice con burla en su tono de voz, yo abro mi boca y me toco mi pecho fingiendo que me acaba de ofender
Pero no le contesté, en cambio me levanté y le pegué un puñetazo en el hombro para nada fuerte, ambos reímos
—Para tu información, no necesito cambiarme de escuela para conseguir novio.- dije con aires de grandeza pero totalmente fingido
—Claro, si, seguro.- dice mirandome serio mientras se rasca la nuca pero lo dice sarcásticamente
—Supongo que me vas a extrañar.- le agarro un cachete y lo aprieto como si fuera un chiquillo
Pero el se suelta de mi agarre y me empuja suavemente
—¡Claro que no, idiota!- me dice burlón mientras se aleja hacia la puerta
—Ya veremos...- susurro fuerte para que me escuche y él asiente haciendose el desinteresado
—Ya vamos a comer, te espero abajo.- dice luego de salir y cerrar la puerta
Sorprendida miré por mi ventana, totalmente oscuro,
¡Estuve todo el día haciendo nada!
Reprimi las ganas de golpearme y me dispuse a colocarme las zapatillas
Ya abajo me coloqué en mi asiento habitual, ya estábamos todos excepto mi papá que llegó unos minutos mas tarde
Nos sentamos en silencio y comenzamos a comer hasta que mi madre rompió el momento un tanto incómodo