Pero antes de doblar hacia donde debemos tomar el ascensor, la voz, ahora tan reconocida, de la directora me asustó al escucharla decir mi nombre
—¡Abigail!
Lentamente me giro sintiendo mis manos sudar, apreté los papeles contra mi pecho y la miré buscando algún signo que me diga lo que sucede
—¿Sucede algo, directora?- dije recordando las reglas
Ella sonríe ligeramente, casi sin notarse e inclina su cabeza de manera leve como si me hiciera señas
—Ven conmigo, por favor.- me dice luego de mostrarme su pequeña pero a gran altura, la sigo intentando de copiar sus firmes pasos aunque me siento aterrada por lo que podía suceder
¿Hice algo malo? Tragué saliva fuertemente y entramos, otra vez, a su despacho
Seguí mi camino hacia mi antiguo lugar, ella se colocó en frente
—¿Me permites tus horarios?- pregunta aunque mas que eso sonó a una orden
Con cuidado, se los entrego aún sintiendo los nervios a flor de piel, mis manos al no sentir mas el papel comenzaron a sudar y tuve que limpiarlas contra mis pantalones
—En nombre de la E.S.B, me avergüenza saber que no pudimos encontrar tu poder especial pero sí sabemos que lo tienes Abigail, no dudes de ti misma, si has visto tus horarios son completamente distintos al de tus compañeras.- al escuchar las palabras de la directora pareció que algo dentro de mi se desinflara, por lo menos podía echarle la culpa sobre mi ignorancia de mi poder a la escuela
Relamí mis labios sintiéndolos secos al igual que mi garganta, carraspee y miré ahora con mas confianza los ojos de Diana
Ella miró mi horario detenidamente por unos segundos, parecía que el calor de la habitación empapaba mi espalda con sudor pero de repente una suave brisa corrió a nuestro al rededor e hizo que las hojas sobre sus manos se doblen un poco
En ese momento descubrí que la profesora Diana tiene la habilidad de controlar los 4 elementos, la brisa y las flores son claros signos de su poder
—Abigail, lamento decirte pero te atrasaras en todas tus clases hasta que encontremos tu poder.- la directora me mira con lástima mientras me entrega las hojas y señala una cuadrilla, —Irás a todas las secciones pero sólo cuando practican los poderes, la única que podrás llevar a tiempo será entrenamiento físico
Pasmada miro el cuadro con los horarios y nombres de distintos profesores, reprimí las ganas de llorar
¿Por qué no puedo ser normal como todos los demás?
—¿Ni siquiera por mi historia familiar puede encontrar mi poder?- pregunto inaudible, mis manos tiemblan de angustia aunque en el fondo siento enojo por todo esto
Ella me mira vacilante y niega sin decirme una palabra, que me consterna mucho más
Muerdo mi labio inferior y desvío la mirada para soltar un gran suspiro, esto me va a terminar volviéndome loca
—Tranquila Abigail, hemos visto tus calificaciones y creemos que cuando tengas que sumarte, lo harás bien.- imaginé que sonrió brevemente pero no la miré ni respondí, directamente volví a levantarme del lugar con mi estúpido horario en mano
—Y Abigail.- su demandante voz hizo que me girara en medio de mi camino para mirarla, —No importa el inconveniente, sigues siendo parte de la escuela, tendrás tu uniforme aunque no con el escudo, a penas encuentres tu poder lo bordaremos.- asiente aún seria pero con algun brillo en sus ojos y me hace señas de que podía irme
Supongo que con eso quería hacerme sentir mejor, pero todavía sentía que me estrujaban el corazón y mi cabeza creaba miles de escenas siendo protagonista de las burlas
Salí del despacho y traté de regularizar esa emoción tan agobiante, con la mirada clavada en el suelo caminé hacia el ascensor
Toqué el botón que llamaba el ascensor y esperé paciente en el pasillo desierto, una luz blanca titilaba, nada mas llamativo que eso había a mi al rededor
El sonido de las puertas abriéndose llamó mi atención, eleve mi rostro instantáneamente pero hubiera preferido no mirar, un cuerpo hace que pegue un salto del susto
Entré muy avergonzada, no sólo por que me asusté como si nunca hubiese visto un chico sino porque es extremadamente atractivo
Silenciosamente me coloque a su lado pero antes toque el número del piso que debía ir, de reojo pude ver que es alto, demasiado como para intimidar y también pude ver una mandíbula cuadrada, más una piel blanca como la de mi amiga Amy
—¿Nueva, he?- su voz gruesa aunque baja me hizo sonrojar, no esperaba que me hable
Tomé valor y lo miré a la cara pero tuve que tener mucha fuerza de voluntad en no perderme en su rostro
Asiento y aprieto mis labios para no soltar una risa tonta, tiene un aire de oscuridad pero su belleza lo opacaba todo, absolutamente todo
Su cabello es negro, tan brillante y revuelto que dan ganas de colocar tus dedos para sentir la suavidad, sus ojos son de un celeste muy claros e hipnotizante, lo mas interesante es que lleva un piercing de una pequeña argollita de metal en la nariz
Sus espesas cejas se alzan y me miran con una sonrisa coqueta
—Entonces, buena suerte.- me dice cuando la puerta del ascensor se abre y sus anchas manos se esconden en el pantalón del uniforme de la escuela