La Bruja de Dartmoor

Capítulo 2

Suspiré de alivio al recordar la zona en donde me encontraba, teniendo para mi fortuna la memorización del camino de regreso, el pánico invadió mi rostro al no sentir la cámara colgar en mi pecho, sobre las rodillas me apoyé guiándome con el tacto los objetos que me rodeaban con esperanza de encontrar a mi fiel acompañante.

 

- ¡Carajo! – maldije a mis adentros al fallar en mi búsqueda dándome por vencida, pero con la ligera esperanza de que al salir el sol pudiese encontrar mi valioso artefacto.

 

Caminé con sumo cuidado intentando no caer ante aquella penumbra logrando encontrar el camino de vuelta al castillo, pero para mi amarga sorpresa solo encontré más árboles. Traté de mantener la calma, me había golpeado fuerte la cabeza, la idea de estar caminando en círculos era la más evidente en este tipo de casos, mi respiración se tornó pesada por la mala jugada que mi mente me estaba tratando de causar al hacerme sentir atrapada en un lugar desconocido -Estarás bien – me decía a mi misma sin dejar de caminar, manteniendo la esperanza en alto.

Mis pies se detuvieron por una nueva loca idea que invadió mi cabeza, rompí el camino trazado saliendo del sendero, esperando con ello lograr encontrar la supuesta cabaña que anhele haber visto a larga distancia desde la cómoda habitación del castillo.

La mala suerte nuevamente me seguía, al tratar de bajar por una colina mi pie se posa sobre unas hojas con barro provocando que resbalara y rodara llegando a un pastizal alto cual golpe fue amortiguado.

 

La vista levanté a la vez que me incorporaba, limpiando mi sucia falda donde pude sentir la humedad en sus puntas bajas, la luz de la luna nuevamente se hacía presente mostrándome una casa bastante extraña, su fachada de piedra y madera, adornada con un techo de heno.

Sin dudarlo llegué a la puerta de madera la cual toqué repetidas veces en espera de que alguien me ayudase, por como se veía las cosas, supuse que era la casa de algún agricultor o alguien por ese estilo, jamás había estado tan equivocada.

El rechinar de la madera dentro de aquel lugar me dio aviso sobre la evidencia de la presencia de alguien en su interior, nuevamente insistí con los golpes en la puerta, la noche cada vez se sentía más fría para mi gusto y mis manos comenzaban a entumecerse.

 

La puerta se abrió de golpe dejando ver a un furioso hombre de rostro arrugado quien sostenía con fuerza una horca de hierro que iba dirigida a mi dirección, por reflejo retrocedí rápidamente sin ver el orillo de la madera de las escaleras las cuales me llevaron una vez más al suelo pastado.

 

- ¡¡¡Espera!!!- grite con desespero haciendo maromas con mis manos a su dirección.

- Criatura seductora de la noche ¿esperas que escuche tus súplicas? – dijo en furia.

- No entiendo lo que dice -agregué con su mismo tono.

- ¿Cómo has podido cruzar mi campo y osado tocar mi puerta? -mantenía la horca sobre su cabeza a lo que me tenía atenta a sus movimientos.

- Me perdí en el bosque y encontré vuestra casa, no se dónde estoy, lo juro, me perdí.

- ¡Anton! -la voz de una mujer resonó dentro de aquella casa, calmando al histérico sujeto.

- ¿Te ha cegado el diablo, mujer? -respondió el hombre quien suponía se dirigía a su esposa la cual cruzaba aquella puerta.

- Mírala, está sangrando -me señala la anciana, a lo que instintivamente observo mi cuerpo en busca de aquel supuesto líquido carmesí.

- Le habrán de haber tirado piedras, mínimo escapó de uno de esos cazadores, ahora por ella nos condenarán.

- ¿Cazadores? -dije confundida ante sus palabras- Se equivoca, me he caído.

- Escúchala Anton -la mujer bajó por las escaleras ayudando a incorporarme.

- Mira sus exóticas prendas seductoras- mencionó el anciano.

- No lo escuches, ¿de donde vienes joven? -dijo amablemente la mujer.

- Soy de escocia.

- Increíble, una escocesa, ahora si estamos perdidos -dijo aún más enojado el hombre.

- Vienes desde muy lejos- agregó la mujer.

 

Confusa ante lo que decía el hombre, ingreso a su hogar, sorpresivamente utilizaban velas para alumbrar la oscuridad invasiva, las mesas y sillas eran de maderas talladas por quizás ellos mismos, me senté en una de esas sillas apreciando la mirada del anciano cuyos nervios me tenía en puntas.

 

- Ten- dijo la mujer colocando sobre la mesa un vaso de metal el cual tomé gustosamente el líquido de su interior. -Espero te guste el té.

- Se lo agradezco.

- ¿Por qué estabas en el bosque? -preguntó curiosa.

- Estaba junto a mis amigos tomando algunas fotos per…

- ¿Fotos? -interrumpe la mujer con un semblante de confusión.

- Si, fotos, con una cámara réflex.

- ¿Qué es eso?



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En el texto hay: bruja, viajeseneltiempo, cazador de brujas

Editado: 10.05.2024

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