La Bruja de Witchwood

Capítulo 19 - El Diario de Canaán

Evoleth se encontraba en la cocina, preparando comida para el desayuno. Quería elaborar la comida favorita de Warren, ya que él estuvo trabajando muy duro estos últimos días.

Día y noche, Warren dedicaba la mayor parte de su tiempo a entrenar con el fin de controlar más su poder. Estuvo llevando a cabo prácticas de conciencia con su amigo Bill, y gracias a esto podía manipular sus capacidades cada vez más. Recordó las palabras que su amigo le dedicó hace un tiempo.

«Tal vez puedas concentrar tu poder y lograr que este tome la forma que quieras»

La idea se había metido en su cabeza y quería averiguar si era posible. Durante un largo y duro entrenamiento consiguió lo que tanto se propuso. Podía hacer que su energía no se convirtiera solo en una bola de fuego, sino que también tomara la forma de una espada, o de la figura que él le quisiera dar; sin embargo, desaparecía al instante. No sabía aún cómo hacer para controlarlas, así que no duraban mucho tiempo y se esfumaban.

—¡Warren! —le gritó Evoleth—. ¡Ya está listo el desayuno!

Warren se encontraba dormido, estaba cansado. La noche anterior llevó el ejercicio a otro nivel, lo que hizo que se agotara por completo.

Evoleth para recompensar el esfuerzo que este estaba poniendo, quiso apoyarlo con un desayuno nutritivo. Preparó el típico plato de arroz y frijoles revueltos con especias, el cual nombró Kinto. Era el favorito de Warren.

—¡Warren! —seguía gritándole Evoleth—. ¡Ven a comer!

Warren se despertó al escuchar el llamado y se levantó enseguida. Sentía su cuerpo pesado, estaba fatigado y se tambaleaba en su caminar. No era más que cansancio, así que estaba tranquilo, no iba a tardar mucho en recuperar energía.

—Buenos días —dijo mientras ingresaba al comedor y se sentaba en la silla junto a la mesa.

—Buenos días, Warren —le puso el plato con comida al frente—. Has estado entrenando duro, por eso quise prepararte tu desayuno favorito.

—Muchas gracias —sonrió—. Quiero controlar mi poder mucho más, por eso día a día me esfuerzo para lograrlo.

 —Y vaya que lo estás logrando —afirmó—. Me sorprende el hecho de que puedas darle forma a tu energía.

—Es algo que descubrimos Bill y yo en uno de los libros que me habías enseñado —se sirvió una cucharada de Kinto y la puso en su boca—. Aunque no lo creas, Bill sigue investigando los registros, no se cansa de buscar información. Ya sabes cómo es él con estas cosas de la magia, le fascinan.

—Lo sé —dijo mientras se reía—. Aunque gracias a él has mejorado con la manipulación de tu poder. No lo juzgues por ser así.

—No lo juzgo, pero me parece gracioso el hecho de que no se aburra de buscar información.

—Buenos días —interrumpió una voz—. ¿Estaban hablando de mí? —se trataba de Bill, entraba en la cocina.

—No hablábamos nada malo de ti, amigo —aclaró—. Solo le estaba contando a Evoleth que no te cansas de investigar en esos libros de la biblioteca.

—Gracias a eso he encontrado muchos datos útiles, así que no te quejes.

—Es que no me estoy quejando, solo me parece gracioso.

—Por cierto, hallé algo que les puede parecer interesante —se sentó en una silla junto a Warren y Evoleth—. Anoche estaba en la biblioteca leyendo uno de los libros de magia.

—No era de esperarse —interrumpió Warren de forma sarcástica.

—Warren, por favor no te burles —dijo Evoleth arrugando el entrecejo—. Déjalo que hable.

—Como les decía —prosiguió—. Anoche me encontraba en la biblioteca leyendo uno de los libros que me enseñaste, pero noté que el cofre tenía una gaveta oculta. Cuando la abrí, vi que contenía un diario. Tiene unas cuantas cosas escritas, no es mucho, pero creo que les puede ayudar —sacó el pequeño tomo de su bolsillo y se lo entregó a Evoleth.

Ella abrió el diario y comenzó a leerlo. En su rostro se notaba un gesto de asombro. El libro que Bill le entregó era un recetario para pócimas. Era lo que ella necesitaba, no podía creer que apenas hace unos cuantos días Eveline le enseñó a crear elixires de curación, y ahora Bill le estaba entregando un diario con recetas para crear otras con diferentes funciones.

El cuadernillo informaba cómo preparar dos tipos de pócimas. Entre las que se podían elaborar resaltaban las de envenenamiento y de protección, pero estos brebajes no eran como el que Eveline le había enseñado, estos no necesitaban precisamente ser bebidos, también existía la posibilidad de convertirlas en bombas de impacto, las cuales podían ser lanzadas contra los objetivos.

La información era sorprendente para Evoleth, sin embargo, al leer algunas páginas se enteró de que necesitaba componentes que ella no podía adquirir.

 

Diario de Canaán

Preparación de pócimas

 

Pócima de envenenamiento

Lista de materiales:

Una flor negra de geranio.

Piel de sapo.




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