Warren se sorprendió por la manera en la que el hombre desvió su ataque. Lo hizo con una gran facilidad. ¿De quién se trataba? ¿Cómo fue eso posible?
El hombre vestía con una túnica de color morado.
—¿Quién eres? —preguntó.
—No te preocupes, Warren —dijo mientras se acercaba—. No soy de los malos.
—¿Cómo es que sabes mi nombre?
—Tranquilo —le hizo un ademán con las manos para que se calmara—. Sé tu nombre porque he estado vigilándote durante mucho tiempo —puso su mano derecha sobre su pecho para presentarse—. Mi nombre es Leittor, guardián del Lord Gifford.
—¿Guardián del Lord Gifford? —frunció el ceño, confundido—. ¿A qué te refieres? —preguntó mientras seguía esperando una respuesta que lo ayudara a entender lo que estaba sucediendo.
—Lord Gifford es el líder de los Fardon —señaló a Warren con el dedo índice—. Tu líder. Verás, hace tiempo nos llegó la noticia de que un Fardon se encontraba en este planeta, y yo fui el elegido para vigilarlo.
—¿Quieres decir que el Reino Firedolt es real? —dijo Warren asombrado.
—Con que ya habías escuchado hablar sobre nosotros —sonrió—. Eso me ahorrará trabajo.
—¿Por qué apareces hasta ahora?
—Estás refugiado en un lugar lleno de mortales y se nos prohíbe usar nuestros poderes en frente de ellos.
—¿Por eso esperaste a que estuviera solo, cierto?
—Exacto.
—Entonces, ¿qué querías decirme? —preguntó Warren.
—Hace muchos años hubo una guerra letal contra el Reino de los Tyrex, nuestro líder, por precaución, mandó bebés a este planeta con el fin de evitar la extinción de la raza Fardon en el caso de que fuéramos derrotados.
Warren asintió, pensativo, y se apresuró a afirmar.
—Y por eso es que existen personas con magia en este mundo.
Leittor se encogió de hombros.
—Se puede decir que sí.
No había terminado de enunciar estas palabras cuando una explosión hizo retumbar el lugar donde se encontraban. Warren volteó y notó que una llamarada de fuego se alzaba a lo lejos por encima de los árboles. La explosión había sido causada en Naycron.
—¡El refugio! —exclamó Derek.
—Acérquense a mí —ordenó Leittor—. Agarren mis manos. Rápido.
Ambos se aproximaron y al hacer contacto, se transportaron a las afueras del albergue. No podían ingresar por la entrada principal por el hecho de que se encontraba derrumbada y no permitía el paso; rodearon el sitio buscando por dónde entrar. Leittor tocó una de las paredes de acero y esta comenzó a desintegrarse dejando un gran agujero, les dio paso al interior.
A lo lejos se podía ver a Eveline ayudando a los refugiados a escapar de los espectros.
—¡Eveline! —le gritó Warren— ¡Por aquí!
Ella al escuchar la voz, volvió a verlo de inmediato.
—¡Por aquí! —comenzó a gritar Eveline guiando a los demás hacia el reciente agujero.
Warren entró en el lugar tratando de apoyarlos. Leittor y Derek lo siguieron. Warren vio que Leittor llevaba una espada de fuego en su mano la cual había creado con su poder. Derek lo acompañó sacando la espada que guardaba en la funda de su espalda. Ambos se movían de una manera extraordinaria, introduciendo sus armas en una gran cantidad de espectros. Warren los secundó creando bolas de fuego, convertía también una gran cantidad de espectros en cenizas.
El refugio se estaba viniendo abajo. Los monstruos estaban destrozando todo el lugar. Después de esto, las manos de Warren comenzaron de nuevo a brillar de un color morado con destellos azules alrededor. Esferas de fuego comenzaron a salir por sí solas de sus palmas, se dirigían hacia los espectros. Muchos de estos al ver el poder que él contenía huyeron a toda prisa. Leittor quedó asombrado al observar lo que había ocurrido. Los encapuchados habían escapado de él.
—¡Esplendido, Warren! —dijo Leittor—. Lord Gifford tenía razón acerca de ti. Eres fuerte como tu padre.
—¿Mi padre? —preguntó Warren arqueando sus cejas. Preguntaba de manera repentina. Era su forma de expresarse cuando no entendía de qué le estaban hablando.
—Sí, Warren. Tienes un padre. Él es un mago al igual que tú, se llama Zayrus Wytte y fue él quien nos dio la noticia de que estabas en este planeta.
—¿Zayrus Wytte? —Warren sonrió mientras volteaba a ver a sus amigos.
—Tu madre era una mortal y tu padre es un mago, por eso heredaste sus poderes —añadió Leittor—. Tu verdadero nombre es Warren Wytte. Siempre has pertenecido a la poderosa familia de los Wytte —se le acercó—. Quiero que vayas conmigo al Reino Firedolt, ahí es a donde perteneces.
—Me gustaría hacerlo pero no dejaré a mis amigos aquí y mucho menos dejaré a estas personas indefensas.
—No te preocupes, tus amigos pueden venir también.
—¿Qué va a pasar con todos los refugiados? No podemos dejarlos aquí. Meredith los va a matar.