A la madrugada, uno de los chicos fue a buscar agua a la laguna. La neblina era tan densa que apenas podía verse a un metro de distancia. De pronto, escuchó un murmullo detrás suyo, como si alguien rezara. Giró rápido, pero solo encontró el reflejo del hotel Humboldt en lo alto, iluminado como un faro distante. Al volver la vista al agua, vio claramente una figura femenina sumergida bajo el hielo… que abrió los ojos y lo miró.
Gritó con fuerza, y todos corrieron hacia él. El agua estaba en calma, intacta, como si nada hubiera pasado. El chico temblaba, jurando que había visto a una mujer con la piel blanca como la nieve y ojos rojos.
El grupo comenzaba a quebrarse. Algunos querían regresar, otros estaban convencidos de quedarse y demostrar que la leyenda no los doblegaría. Lo que ninguno sabía era que esa madrugada había sido apenas la primera advertencia.
Editado: 01.09.2025