La cabaña Mirrell

Capítulo 16

La sentencia

El aire se me sale de los pulmones, mi corazón parece detenerse y los oídos empiezan a zumbarme. ¿Qué fue lo que dijo? ¿Marcus es su ex-esposo? ¿Cómo?

El bullicio se extiende y eleva por toda la sala y Rebecca se queda rígida en su asiento cuando ve que Redd la mira desafiante. La jueza eleva la voz pero nadie parece estar escuchandola, nadie le hace caso.

—¡Exijo que haya orden en la sala!—Golpea el mazo dos veces y yo no puedo dejar de pensar infinidad de escenarios—¡Señor Redd, vuelva a su asiento ahora!—Volteo deprisa y Marcus se acerca al estrado donde se encuentra la señora Rebecca con una expresión de horror.

—Debiste quedarte callada... debiste hacerlo ¡Y ahora lo arruinaste todo, maldita sea!

—¡Oficiales, regresen al acusado a su asiento!

—¡Lo arruinaste! ¡Lo jodiste Rebbeca!

—¡Orden en la sala!—Redd sigue gritando cuál desquiciado y yo solo quiero hacerme un ovillo y desaparecer. Alejarme de todo este caos. Terminar con esto de una vez. 

El abogado de Redd yace pensativo pero la mirada que le dedica hace que me regocije. Sé que lo defiende solo por trabajo, pero con esto, dudo mucho que se le pueda ayudar a rebajar la sentencia. 

Ayudan a Rebecca a regresar a su lugar y dos oficiales se sientan a cada uno de sus lados, lo cual denota protección para su persona.

—Tenemos las pruebas, tenemos el testimonio de la testigo, pido que ahora por favor pase al estrado la Señorita Sophie Mirrell. 

Trago grueso y miro a Jonas quién asiente seguro y me da un beso en la frente, dándome la seguridad que necesito. Me paro y camino hacia donde me piden. Trato de respirar una y otra vez para que no me de un ataque de pánico enfrente de todos. 

Siento un aire frío en la nuca, mis manos sudan y tiemblan y mi corazón galopa a toda velocidad. 

El abogado de Marcus se para de su asiento y se acomoda la corbata en un gesto despreocupado. Se aclara la garganta y se posa frente a mi. 

—¿Puede usted decir a la audiencia su nombre completo, por favor?—Trago el nudo en mi garganta. 

—Sophie Mourine Mirrell Vaugh 

—¿Cuál es su edad actual?

—27 años

—¿Qué parentesco tenía con la fallecida?

—Era mi hermana—Siento mis ojos rozarse. Él asiente y camina de un lado a otro poniendome más nerviosa.

—Díganos, señorita Mirrell ¿Qué hacía usted en la cabaña en la que sucedieron los hechos más recientes?

—Mi ahora prometido y yo fuimos a la cabaña para celebrar nuestros ocho años de relación.

—¿Por qué decidieron que ese era lugar para celebrar sus ocho años de relación? 

—Está alejada de la ciudad y quisimos pasar el fin de semana tranquilamente, hasta que.... pasó todo lo que pasó.

—¿No se les ocurrió que quizás esa cabaña estaría ocupada o que existía alguien que viviera allí? 

Niego—La cabaña fue dejada por Paige meses atrás cuando nos enteramos que su ex esposo—Miro a Marcus—Había "fallecido".

—¿A usted le consta que lo que su hermana dijo fue verdad?

—Estuve presente el día en el que se llevó a cabo el supuesto funeral. Paige le había dicho a todo el mundo que Marcus había fallecido en un accidente automovilístico.

—¿Por qué supuesto?

Me está poniendo de los nervios.

—Nunca pude ver el cuerpo de Marcus Redd.

—¿Y todo el mundo dió por hecho lo que la señora Paige había dicho? ¿Cómo actuó ella el día del funeral?

—Sí, le creí porque ese día mi hermana se veía destrozada. Decía que había perdido al amor de su vida.

—¿Por qué usted no pudo ver el cuerpo del fallecido?

—Mi hermana no quería que nadie se acercase. 

El abogado me mira fijo y luego retoma su caminar

—¿Entonces su hermana mintió respecto a ese hecho?

No sé. No sé por qué lo habrá hecho.

—¿Por qué la señora Paige lloraría por la muerte de un ser que según tanto mal le causaba? ¿Por qué le destrozaría saber que su agresor "murió"?—Se gira hacia la audiencia 

—No sé por qué mi hermana tomó la decisión de hacerlo de esa manera. 

—Entonces, si ese hecho fue una mentira ¿Qué nos hace creer que las pruebas que la señora Paige guardaba eran reales?

—Las pruebas son reales. Mi hermana no se violentaba así misma, jamás se habría hecho daño.  La conocíamos y era el ser más puro y tranquilo del mundo.

—Pero caras vemos y corazones no sabemos, señorita Sophie. Mintió sobre la supuesta muerte de su esposo ¿Por qué no mentir sobre aquello también?—Miro a la jueza quien frunce el ceño y mira al abogado con la duda implantada en la cara.

No.... Quieren hacer ver a Paige como la mala y la desequilibrada.

—¿No le valen esas pruebas? Bien, ¿Qué me dice del cuerpo estrangulado de la señora Carmina en el lago de la propiedad?—No contesta—¿Qué me dice del martirio que vivimos Jonas y yo? ¿Del testimonio de la Señora Rebecca? ¿No le valen esas pruebas? Intenta hacer ver a mi hermana como si hubiera inventado todo, pero todos aquí en la sala hemos visto los hechos y hemos presenciado la actitud violenta del acusado ¿Acaso no les basta eso para hacer justicia? 




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