La caída de Arlynne

Capítulo 3. Bonnie.

Observo el cepillo de dientes que Archie me regaló anoche con atención, mientras recuerdo las pocas ocasiones en las que he visto a un humano utilizarlo. Normalmente, no acompaño a ninguno de los humanos a mi cuidado hasta ese lugar de la casa, aunque ha habido ocasiones en los cuales he sido testigo de humanos aseando sus dientes.

Copio las acciones de los humanos y cepillo mis dientes usando la pasta dental que encuentro en el pequeño armario sobre el lavabo. Cuelgo mi cepillo en el cilindro hecho de plástico con dos cuatro agujeros de donde cuelgan los cepillos de mis dos anfitriones y sonrío frente al espejo, sintiéndome orgullosa por ser la segunda vez que consigo limpiar mis dientes a la perfección.  

Indago en mi mente las otras acciones que los humanos realizan en un baño y recuerdo que emplean el inodoro para sus necesidades fisiológicas.

1.     Los humanos desechan las sobras de la comida que han ingerido.

Los celestiales no tenemos esa necesidad, ya que tampoco es necesario que nos alimentemos, por lo que simplemente jalo la cadena del inodoro para que el agua desaparezca a través del agujero en el fondo y que parezca que lo he utilizado.

2.     Los humanos asean sus cuerpos con agua, jabón y Shampoo.

Me dirijo a la ducha y muevo la llave hasta que el agua empieza a caer. No puedo evitar sentirme orgullosa de mí misma por conseguir actuar como una humana y todavía no cometer errores.

Antes de pararme bajo el chorro de agua, me aseguro de colocar las toallas que Archie me prestó a mi alcance. A ambas las cuelgo en el pequeño gancho junto a las puertas de cristal que dan acceso a la ducha y empiezo con mi tarea de asearme.

Corro las puertas de cristal después de adentrarme en la ducha y mojo mi cuerpo y cabello lo suficiente. Busco jabón y lo paso por encima de mi piel. Hago lo mismo con un shampoo que encuentro junto a las puertas corredizas.

No estoy segura de cuánto tiempo debería tardarme en el baño, sin embargo, ocho minutos y quince segundos me parece ser el suficiente tiempo. Cubro mi cuerpo con la toalla después de secar mi cuerpo lo mejor que puedo. Recuerdo que en algunos anuncios de televisión he visto que las mujeres envuelven su cabello en una toalla, por lo que tomo la toalla pequeña para cubrir mi cabello por completo, sin embargo, no estoy segura de haber hecho un buen trabajo, ya que un gran trozo de toalla cae por mi cuello, mientras que varios trozos de cabello escapan del pedazo de tela.

Encuentro una canasta que contiene ropa, que deduzco está sucia, y dejo mis prendas de vestir en esa misma canasta antes de abrir la puerta y salir. A mi izquierda encuentro a Kamron y Archie desayunando, sentados en las sillas del comedor. Ambos regresan a verme cuando escuchan la puerta cerrándose detrás de mí.

Los hermanos Rain me observan con atención por varios segundos, provocando que me sienta incómoda al no saber cómo reaccionar ante esta situación, así que simplemente camino en dirección a mi habitación para vestirme con algunas de las pocas prendas de vestir que conseguí.

Me apresuro en vestirme para no provocar la molestia de Kamron con mi impuntualidad, lo que me resulta irónico, ya que nunca he llegado tarde a ningún evento en toda mi existencia, sin embargo, los humanos son más complicados y no puedo simplemente levantarme del suelo y volar hacia la construcción de la casa de la señora Craig.

-         Arlynne, el desayuno está listo.

-         En este momento voy.

Abro la puerta y me encuentro a Archie esperando por mí, mientras Kamron todavía disfruta de su desayuno.

-         Iré a vestirme. El desayuno está sobre la mesa.

Asiento y lo observo adentrarse en su habitación, mientras cierra la puerta detrás de él.

Camino hacia el comedor y busco mi desayuno con la mirada. Encuentro una taza de café y una tostada servida en un pequeño plato de cristal.

Me acomodo en el asiento ignorando por completo a Kamron, quien se encuentra sentado frente a mí con su taza de café en las manos y una expresión seria en el rostro.

Empiezo a alimentarme, evitando levantar la mirada del café para no encontrarme con los ojos de Kamron.

-         Y dime, Arlynne… ¿De dónde eres?

El repentino inicio de una conversación me desconcierta, no obstante, me preparé para ese tipo de preguntas.

-         Londres, aunque mi madre es española y mi padre, griego.

Por varias horas estuve creando cientos de respuestas en mi cabeza para preguntas sobre mi origen, familia o vida, sin embargo, todavía me siento como una idiota por haber olvidado que los humanos tienen apellido.

-         Dijiste que tenías experiencia en construcción. ¿En qué proyectos has trabajado?

-         En Grecia trabajé por un corto periodo de tiempo en reparaciones de construcciones antiguas. Solamente era una aprendiz, pero aprendí mucho durante mi estadía allí.

Levanto la mirada para saber si mis mentiras están siendo creíbles y al observar el rostro de Kamron parece sorprendido por mi experiencia laboral, aunque realmente ayudé por varias décadas en construcciones en el siglo dieciocho.




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