La caída de Arlynne

Capítulo 23. Huir.

Mi decisión está tomada. No puedo continuar lastimando a uno de los mejores seres humanos que he conocido.

-         Arlynne. Te traje la cena.

Kamron sostiene una bandeja con comida en sus manos, mientras me observa directamente.

Puedo notar la tristeza en su mirada y muy en el fondo sé que me resiente por lo que su hermano planea hacer. No puedo culparlo, soy la responsable de que Archie quiera alejarse de su propio hogar.

-         Archie se esforzó en prepararlo.

Tengo el impulso de gritar con tanta fuerza hasta que mi garganta arda, sin embargo, reprimo el impulso y actúo como si no hubiese escuchado la conversación de los hermanos.

-         Dile gracias a Archie.

Sonrío forzadamente y extiendo mis manos para sostener la bandeja que Kamron me ofrece.

-         Se lo diré en la mañana, ya se fue a dormir.

Una oleada de culpabilidad envuelve mi cuerpo y una lágrima amenaza con escapar de mi ojo izquierdo.

-         De acuerdo.

Parpadeo varias veces y me dispongo a alimentarme.

-         Estaba pensando que podríamos quedarnos despiertos y ver una película.

Supongo que esa es la distracción que se requiere para que Archie pueda escapar de casa sin darse a notar.

-         No estoy con ganas de ver una película. Creo que ya me has mostrado las películas suficientes.

Kamron se muestra ligeramente nervioso cuando rechazo su oferta. Sé que tratará de crear alguna otra distracción, sin embargo, tengo mis propios planes.

-         ¿Crees que podríamos hablar?

Mi pregunta llama su atención y voltea a verme.

-         ¿Sobre qué?

Coloco la bandeja encima de la mesa de noche junto a la cama de Kamron y busco su mano para guiarlo hasta mí. Kamron se acomoda junto a mi cuerpo y rápidamente posiciono mi cabeza sobre su pecho.

-         Tengo mucho por lo cual agradecerte.

-         ¿Agradecerme?

-         Cuidas de mí cuando lo necesito y debo agradecerte por eso.

-         Bueno… no puedo cuidar de ti cuando escapas.

Supongo que Kamron todavía no me ha perdonado por haber escapado junto a Ananiel esta tarde.

-         Los enviados podrían haberte lastimarte a ti o a Archie. No podía permitir que eso ocurriera.

Un silencio se instala en la habitación y es evidente que tanto Kamron como yo estamos pensando en Archie.

-         Supongo que es mi turno de agradecer. Gracias a ti, Archie… y yo, estamos a salvo.

Se siente como si otra daga atravesara mi pecho, aunque esta cortó mi corazón y lo dividió en dos pedazos.

-         No deberías agradecerme por mantenerlos a salvo.

-         ¿Por qué no?

Quiero responder y argumentar que por mi culpa están en peligro, sin embargo, mi mente me recuerda mi plan y me detiene.

-         ¿Te puedo confesar algo?

Cambio el tema de conversación para distraerme y tratar de que Kamron tranquilice sus nervios.

-         Cuando me di cuenta de que sentía algo por ti, luché para aplacar esos sentimientos.

-         Sabías que te castigarían por tener sentimientos hacia un simple humano.

Levanto mi cabeza y busco sus ojos. Cuando los encuentro, levanto la mano hasta su mejilla y lo acaricio con las yemas de los dedos.

-         No eres un simple humano, al menos no para mí.

Muevo mi cuerpo para acomodar mis piernas a los costados de su cadera.

-         Deberías descansar, Arlynne. Te apuñalaron hace unas horas.

-         Créeme, lo recuerdo.

Kamron trata de decir algo más, por lo que decido callarlo con un beso, mientras acuno su rostro entre mis manos.

-         Arlynne…

Recuerdo que hace unos días observé a una pareja besándose en una película y la mujer sostuvo el labio inferior del hombre entre sus dientes por un segundo. Imito la escena de la película, logrando mi objetivo y distrayendo a Kamron.

Kamron posiciona sus manos en mis muslos, mientras me dedico a acariciar su pecho encima de la camisa que lleva puesta.

-         Ar…

Intensifico el beso y antes de que Kamron pueda detenerme, busco los botones del abrigo que llevo puesto y los desabotono.

Kamron no se percata de lo que hago, hasta que detengo el beso para poder levantar mi cabeza y librarme de la blusa que cubre la parte superior de mi cuerpo.

-         Arlynne, espera, yo…

Sus palabras se ven interrumpidas cuando mi cuerpo queda expuesto ante él. Su mirada recae en mis pechos, aunque rápidamente se desvía a las gasas que cubren la cicatriz provocada por la daga.




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