La caída de Arlynne

Capítulo 26. Escuchar.

No seguí el consejo de Baraquiel la primera vez que trató de ayudarme, así que lo haré en esta ocasión y me arriesgaré a exponerme a los gritos de Kamron.

Lo obligaré a escuchar, tal y como lo mencionó Baraquiel. No puede culparme por querer protegerlo, aunque estoy consciente de que debería haberme despedido y no huir en medio de la noche.

-         Arlynne, no puedo continuar siendo tu taxi cada vez que lo requieras. Tengo mis propias obligaciones.

Ithiel tiene razón, no debería utilizarlo como mi transporte privado.

-         Lo lamento, hermano. No volverá a ocurrir.

-         Soluciona tus problemas con el humano y espero que tengas una existencia plena a partir de este día.

Ithiel no sabe lo que ocurrió hace unas horas, por lo que se sorprendió cuando le pedí traerme de regreso a la casa de los hermanos Rain, sin embargo, es evidente por mi estado de ánimo que algo malo ocurrió.

-         Gracias, hermano. Prometo no volver a molestarte.

Independientemente de los resultados de mi conversación con Kamron, no volveré a interrumpir las misiones de Ithiel.

Ithiel se acerca para depositar un tierno beso en mi frente y rápidamente se retira, desapareciendo en la oscuridad del cielo.

Camino hacia la entrada de la casa y empujo la puerta con delicadeza para no despertar a nadie. Todas las luces se encuentran apagadas, no obstante, por debajo de la puerta de la habitación de Archie se asoma una pequeña luz.

Me esfuerzo por no provocar ruido alguno, sin embargo, siento que el temblor en mis piernas y mis respiraciones son lo suficientemente ruidosos como para despertar al pueblo entero.

No estoy preparada para la discusión que se avecina y aun así me encuentro aquí, esperando que mágicamente Kamron cambie de opinión y permita que le explique mis motivos.

Estoy a dos pasos de la puerta de Kamron cuando de pronto la luz que sobresalía por la puerta de Archie desaparece, dándome a entender que el menor de los hermanos finalmente se ha recostado a dormir.

Me detengo frente a la puerta un par de minutos, mientras analizo las palabras que saldrán de mi boca. Sé que no debo discutir con él o la situación escalará hasta que no pueda controlarme. Tampoco debo permitir que Kamron me intimide como lo hizo hace unas horas, por lo que no demostraré temor ni dolor.

Giro el pomo de la puerta, provocando un ligero ruido que de inmediato detiene todos mis movimientos. La puerta no se encuentra lo suficientemente abierta como para entrar, por lo que me arriesgo a empujarla unos centímetros más. En esta ocasión, no se produce ningún sonido, así que decido entrar de una vez por todas.

Sé que Kamron podría gritarme y echarme de su habitación, sin embargo, no me gustaría despertar a Archie, así que decido cerrar la puerta una vez que me encuentro dentro de la habitación.

La poca luz existente proviene de la ventana, gracias a la luna y las estrellas, aunque no es suficiente como para distinguir a Kamron entre las sábanas de su cama.

Procuro acercarme lentamente y despertarlo sin hacer ruido, sin embargo, cuando me acerco a la cama un movimiento en ella me detiene. Me esfuerzo por ver a pesar de la oscuridad y mi respiración se detiene cuando percibo dos cuerpos en la cama.

Uno de ellos se mueve para acercarse al otro y de inmediato puedo sentir como mis pulmones se deshacen de todo el aire que retenían.

El cuerpo más grande no se mueve en absoluto, sin embargo, el más pequeño parece inquieto. No hay luz suficiente como para distinguir los rostros, sin embargo, no me hace falta para saber de quienes se tratan.

Quisiera poder arrancarme el corazón y dejarlo en esta habitación para no tener que sufrir por su culpa. Me niego a respirar, ya no hay motivo para hacerlo y aun así sé que no servirá para nada, ya que mi existencia continuará hasta que papá decida terminar conmigo.

No permito que ninguna lágrima se derrame en esta ocasión, aunque no puedo controlar los celos nublando mis pensamientos. Sería tan sencillo golpear a Kamron hasta cansarme y después hacer lo mismo con Emily, sin embargo, eso me convertiría en la clase de humanos que desprecio.

Mis manos tiemblan y por un segundo tengo el impulso de destruir todo a mi alrededor: la cama de Kamron, la habitación en la que yacen y la casa.

Mi cuerpo se niega a moverse como si todavía no pudiese creer lo que está ocurriendo. No sé lo que espero, quizá quiero que el mundo a mi alrededor se destruya de la misma manera en que lo hizo mi corazón o espero que el dolor que invade mi pecho desaparezca.

Mis piernas empiezan a perder fuerza y sé que en cualquier segundo podría caer al piso provocando ruido, así que arrastro mis piernas hasta la puerta y antes de que pueda salir, escucho un sonido provocado por Kamron.

Abro la puerta y me apresuro en salir, no obstante, a penas consigo cerrar la puerta detrás de mí cuando mis piernas dejan de responder y caigo de rodillas al suelo. Sé que no debería hacer ruido y sé que mi mundo se está cayendo a pedazos en este momento, sin embargo, en lo único que puedo pensar es en como regresaré a casa de Baraquiel.




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