La caída de Fermín

Capítulo 5

Había sido totalmente inconsciente en haber ido a meterse sola en el bosque. Debió hacerle caso a Clarisse y pedir a  parte del ejército que fueran a buscar a Ericlian, o por lo menos que la acompañaran, pero no, había sido lo suficientemente obtusa y estúpida para ir sola.

Era la segunda noche que pasaba en los bosques y el miedo seguía siendo el mismo. Tal era éste que hasta el mínimo ruido o movimiento que emitía su caballo la hacía sobresaltarse. Sibilia intentaba imaginarse como las heroínas de los cuentos que su madre le leía. Como aquellas damas astutas, valientes y temerarias. Ella no era nada de eso. No pensaba que lo fuese.  Había llegado allí sólo por impulso y preocupación, y no volvería al palacio a pedir ayuda y demostrar que había sido una tonta, porque en eso era tan orgullosa como Zarek.

Al caer la noche había tendido la manta sobre la hierba después de haber atado al animal en un árbol cercano y se había recostado mirando las estrellas, mientras que sujetaba una de las empuñaduras de las dagas con la mano. Aunque fuese absurdo, ese contacto le daba seguridad. Pensaba en si su padre y su hermano habían descubierto que se había marchado, en cómo les estaría yendo a Clarisse y Thaiel, el cual le había agradado. Pensaba en Eric, en dónde estaría y si podría encontrarlo sin morir en el intento. Pensaba en qué diría cuando regresara o si inventaría otro plan para que fuese sólo un secreto de los que habían participado.

*****

Le sorprendía que su hermana hubiese sido capaz de organizar todo aquel baile por su llegada. Generalmente era ella quien se ocupaba de esa cosas mientras Sibilia sólo llegaba tarde a saludar a los invitados. Todo estaba maravilloso, desde la decoración y la música, hasta la comida y el delicioso vino. Sólo lamentaba estar allí sin poder ser ella y bailar con Thaiel, quien le dedicaba miradas seguidas de una tierna mueca, las cuales ella respondía con una leve risa.

Se lo que estás haciendo- dijo Zarek apenas se colocó a su lado.

El pánico se había apoderado de ella. Giró con copa en mano en su dirección y sólo lo miró.

-Se que no eres Sibilia, y me apena, Clarisse, que me hayan dejado afuera de lo que sea que están tramando. Por cierto, tu futuro prometido no es bueno mintiendo.

-Te contaré todo, pero por favor, no le digas a nuestro padre, se lo he prometido a Sibilia. Si quieres ser parte de ésto, lo serás, pero no digas nada.

-Lo prometo,  no diré nada a menos que eso las ponga en riesgo a ustedes o al reino.

Estaba agradecida por la complicidad de Zarek, aunque no sabía si cumpliría sus términos. Sólo esperaba que sí.

Miró nuevamente hacia donde estaba Thaiel e intentó cambiar desviar la conversación.

-¿Crees que aprobará nuestro compromiso?

-Lo creo, y de no ser así, siempre puedo intervenir.

-Gracias-dijo miertras apoyaba su cabeza en el brazo de su hermano.

-Me alegra tenerte aquí- y le dio un cariñoso toque-  Bueno, iré a presentarle a nuestro padre tu prometido. No podrá aceptarlo si no lo conoce.

*****

Padre, quería pre...

-Zarek, hijo, llegas justo a tiempo. Ellos son el duque y la duquesa de Bremanis, y su hija, Vitany.

-Es un placer verlo, príncipe. De seguro está ansioso por su coronación.

-Por supuesto que lo estoy. También es un placer verlo a usted y su familia- no lo estaba ansioso en absoluto. No entendía porque si en todos los reinos se asumía al trono cuando el anterior rey moría, su padre había cambiado las normas estableciendo que las sucesión al trono fuese cuando el postulante llegara a la edad de veintitrés. Arednet decía que un reino debía ser gobernado y guiado por alguien que tuviese sus sentidos alerta, no por viejos huesos incapaces.

-Con su permiso, su Majestad, iremos a disfrutar del baile.

-Espero que así sea.

El rey espero que sus invitados se alejaran para hablarle.

-¿Considerarías a Vitany como posible esposa? Es una joven encantadora e hija de duques.

-Tal vez lo considere, padre. Pero por el momento al único postulante a prometido que quiero que conozcas es...- y en ese momento vio a la joven que sí consideraría como esposa resaltando del resto. Su cabello oscuro y rizado en pequeñas motas,  su color de piel terreo.

-¿A quién debo conocer, Zarek?



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En el texto hay: criaturas magicas, romance, venganza

Editado: 05.09.2018

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