La caída de Fermín

Capítulo 9

Clarisse a veces podía entender por qué a sus hermanos les agobiaba tanto el hecho de ser de la realeza. El reino había tenido un nuevo triunfo frente a los bárbaros, pero sin embargo no le parecía motivo suficiente como para que un nuevo baile se realizara, sobre todo porque debía ser ella quien se encargara de los arreglos. Era recién el mediodía y ya se sentía agotada y con un punzante dolor de cabeza, como si una aguja se le incrustase una y otra vez en la nuca. Había decidido salir al jardín un rato para esquivar a las doncellas y sirvientes, y a su vez, para poder despejarse. Mirando las rosas de color blanco pensó en Sibilia y en cómo estaría. Aún no había pasado una semana por lo que todavía le gustaba creer que su hermana se encontraba en buen rumbo buscando a Ericlian.  Quizás cuando toda esa locura terminase podría mantener su mente en vacía o por lo menos ocupada pensando en su boda.

Se sobresaltó cuando sintió que una mano cálida se posaba sobre su hombro. Era Thaiel. Éste se paró a su lado y le susurró al oído.

Se ve preciosa, su alteza, al estar absorta en sus pensamientos.

Ella se rió, pues le causaba gracia cuando su prometido hablaba con formalismo en tono burlón.

-No estaba bromeando- se quejó con una sonrisa- lo decía en serio. Te vez preciosa.

-Thaiel, para, podrían oírnos. No podemos dejar que nadie más nos descubra.

Thaiel recorrió todo el jardín con la vista y se volvió a ella.

-Aquí estamos seguros, no hay nadie.

-Ojalá no hubiese nadie en todo el lugar.

Clarisse miró a su prometido y vio que él la observaba detenidamente. Thaiel le acarició una de las pálidas mejillas y la atrajo hacia sí para que los labios de ambos entraran en contacto mientras que la princesa rodeaba con sus brazos su cuello y le acariciaba el castaño cabellos. El jardín pareció desvanecerse a su alrededor, fundiendo el cantar de los pájaros y el aroma de las flores, haciendo parecer como si estuvieran en un sueño.

De repente al irrumpió en el jardín totalmente enfurecido.

¿Alguien podría explicarme qué es lo que está pasando aquí? - dijo Arednet elevando considerablemente la voz- Vienes a mi palacio pidiendo la mano de una de mis hijas y luego te encuentro a los besos con la otra. ¿Qué clase de nefasto hombre eres?

-Yo puedo explicarle, señor...

-Cállate- lo interrumpió el rey- y tu- continuó dirigiéndose a su hija- permites esta falta de respeto hacia tu propia hermana, hacia mi. 

-Padre, yo no soy Sibilia, ella huyó en busca de Ericlian hacia la frontera de Handasaj. Yo solamente la estoy cubriendo. 

-Yo mejor me iré para que puedan hablar a solas. Con su permiso- y dicho ésto, Thaiel hizo una reverencia y salió del jardín.

-¿Qué quieres decir con que fue en busca del chico Langlois?

- Sibilia me dijo que luego de la última expedición, Eric no había vuelto. Me pidió que tomara su lugar para que no sospecharas, Thaiel solo ha estado ayudándonos. Prometí a mi hermana que no diría nada hasta que se cumplieran cinco días y ella no hubiese regresado.

-Estoy orgullosos de que hayas querido ayudar a tu hermana y mantener tu palabra, y desde luego le debo una disculpa al señor Grimm, pero ha sido totalmente inconsciente las decisiones de ambas. Tu hermana puede estar en peligro.

- Lo lamento mucho, padre.

No es necesario que te disculpes, pero no debe volver a repetirse. Ahora dile a tu hermano que será el anfitrión de la cena de esta noche. Partiré hoy mismo con algunos hombres a buscar a tu hermana. 

Clarisse obedeció a su padre y se dirigió al interior del castillo en busca de Zarek.

*****

Me has tenido gran parte del tiempo hablando de Handasaj ¿En verdad no sabes nada?

-Estoy en todo mi derecho de no saberlo. En Lithiaj solo se dice que tras la peste quedó desbastada y que ahora los bárbaros ocupan parte de sus territorios.

- Son puras mentiras- reafirmó Kilian mientras cortaba trozos de pasto con las manos.- ¿Y a ti qué tanto te importa si es verdad o mentira? ¿Alguien importante vive allí o solo tienes una curiosidad del tamaño de un cíclope? 

Sibilia titubeo en contarle cual era el motivo, pero quizás ese joven con cabello de fuego fuese su única forma de llegar.

- Busco a un amigo, desapareció en la frontera.



#21113 en Fantasía
#12722 en Thriller
#5200 en Suspenso

En el texto hay: criaturas magicas, romance, venganza

Editado: 05.09.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.