La caída de los vivos

1• |Mal día para soñar

Mi sábado comenzó como todos los otros, fui a buscar a mi mejor amigo y nos dirigimos hacia una feria, está era particular ya que era nueva y quedaba algo lejos de nuestras casas, de igual manera decidimos ir, a pesar de no tener tanto dinero nos divertía el hecho de caminar y charlar sobre nuestros sueños.

—¿Qué soñaste? —le preguntó ya que por alguna razón todos los sábados soñamos con algo específico.

—Soñé que estábamos en un apocalipsis zombie, después se nos unieron Dani, Lau y Clau, por alguna razón siempre sos la líder del grupo, bueno te explicó estábamos todos en la plaza cuando de repente una gran cantidad de zombies comenzó a correr hacia nosotros, como no teníamos armas ni nada comenzamos a tirarle cosas, el primero que murió fue Lau —explicó Ariel mientras caminábamos por la calle.

—Siempre Lau muere primero, ¿será por qué es negro? —reímos los dos, en realidad era moreno.

—Si aja, bueno después —explicó su sueño como siempre, luego seguí yo.

El día estaba perfecto, había algunas nubes que tapaban el sol y la brisa era sutil.

Al llegar la feria abarcaba un par de cuadras, había una especie de mini montaña, lucía como un relieve de tierra donde también había puestos y personas con mantas vendiendo, había demasiadas personas, no era difícil caminar por allí, pero era bastante incómodo.

—Mira esas zapatillas, me gustan —comentó señalando el puesto.

—Me muero de hambre —tocando mi estómago.

—Prenderé un cigarro y luego veremos que podemos comer —palpaba sus bolsillos para ver si tenía su caja de cigarrillos—. Creo que los tienes tu.

—Toma —yo solía guardar su cigarros ya que de alguna u otra manera siempre los perdía.

Ariel colocó el cigarro en su boca para luego prenderlo y guardar el encendedor en su bolsillo.

—Devuélveme el encendedor.

Su acto fue instantáneo, lo había hecho sin siquiera pensarlo.

—Ten —me lo lanzó.

Caminamos y pasamos por un par de puestos, no había nada que nos interesara de gran manera como para comprarlo. Paramos en un puesto donde vendían cuchillos (de cocina), catanas y diferentes tipos de navajas, paramos para ver ya que no nos iba a alcanzar para ninguna.

—¿El dueño del puesto? —preguntamos al no verlo.

—Mira allá —me señaló un grupo de personas corriendo—. ¿Será que le robaron a alguien?

—Tal vez —miró al lugar donde había un tumulto de gente—. Espera... eso es sangre.

Ambos miramos al grupo de personas, notando unas cuantas manchas de sangre en el suelo, dirigí mi mirada hacia los demás puestos, me extrañaba el hecho de que  la zona se había vaciado de repente. 

—Que carajos —intento acercarme para ver qué estaba ocurriendo.

Hay una persona que tiene la boca llena de sangre ¿Se habrá golpeado?, No puede ser ¿Está comiendo carne cruda?

Volví corriendo hacia donde estaba Ariel, todo lo que soñamos estaba ocurriendo.

—Guarda en tu mochila unas cuantas navajas, ya —al ver que algo no estaba bien.

—¿Para qué? —pregunta y guarda un par en la mochila que tenía puesta.

Al lado había un puesto donde vendían mochilas tome una y guarde varios cuchillos y artefactos para tener las navajas en las piernas.

—Corre —tomé la mano de mi mejor amigo y comenzamos a correr.

—¿Por qué corremos? —preguntó el sin entender.

—Algo raro esta pasando —me detuve atrás de un árbol y comencé a tratar de entender lo que estaba ocurriendo—. ¿Recuerdas que hoy me contaste tu sueño?, el de los zombis, bueno es lo que esta pasando justo ahora.

—Son sólo sueños no creo que este pasando —comenzó a ver alrededor—. Bueno si puede ser —vio a un grupo de chicos de nuestra edad siendo perseguido por un grupo de zombis.

—Corre o nos morimos —trate de buscar algún lugar para poder escondernos hasta pensar como salir de la feria e ir a nuestra casa—. Acá a 2 cuadras había casas, si mal no recuerdo una esta semi abandonada.

—¿Querés correr dos cuadras con esas cosas allí? —preguntó al no entender mi lógica.

—No se ¿preferís quedarte acá al aire libre y ser presa fácil?

—Buen punto —comenzamos a correr de manera estúpida por el medio del descampado.

Parecía como una carrera de esas que haces con tus amigos, realmente corríamos por nuestras vidas. Mi celular para colmo no tenía señal, tenia la batería completa pero sin señal, era lo mismo que nada. Pudimos ver a varias personas siendo perseguidas por esas cosas, a suerte nuestra los que nos perseguían a nosotros eran zombies pequeños, no me quiero imaginar lo que será cuando todos se contagien.

Logramos entrar a la casa sin que nada ni nadie nos hiciera daño, pero claro nos faltaba la parte más importante, como hacer para volver a casa sin ser mordidos por esas cosas.

 



#2853 en Thriller
#1097 en Suspenso
#616 en Terror

En el texto hay: 6000 por capitulo

Editado: 14.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.