Insurrección - Parte 3

13 de abril de 1931, 23:36 pm.

-¡Anna! – alguien gritó su nombre. - ¡Anna despierta! ¡¿Estás bien?!

Algo la sostenía y la movía levemente. Anna Shinn abrió los ojos despacio. Todo su cuerpo estaba completamente adolorido. ¿Qué había pasado? Tardo unos segundos en recordar la respuesta. << Estaba con mamá y con Noah. >> Hizo memoria. <<Vimos a alguien parado en medio del camino. Tratamos de advertirle a mamá y luego…¿Luego qué sucedió?>>

-¡Anna! ¡Anna! ¡Respóndeme! ¡¿Estas despierta?!

Sus ojos se demoraron en acostumbrarse a la oscuridad. Pudo reconocer a su hermano quien la tenía agarrada de los hombros y no paraba de hacerle una pregunta una tras otra. Noah estaba… estaba… << ¿Por qué está de cabeza?>>

- ¿Noah? – respondió lentamente, incluso hablar le provoca a dolor.

-¡Anna! –su hermano pareció a tener un pequeño arrebato de alegría y la abrazó. Fue el abrazo más extraño de su vida sin duda alguna, pues su cabeza terminó chocando con la cadera de su hermano. –¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? ¿Qué te duele?

Anna empujó a su hermano quitándoselo de encima.

- Estoy… bien – al responder miró sus brazos llenos de magulladuras y ya no estuvo tan segura de su condición. – O al menos eso creo. Pero Noah, tú por qué… ¿por qué estás así?

- El asiento de mamá se descolocó por el impacto y terminó por atrapar a mi pie izquierdo debajo de él. Todavía no he podido sacarlo. – explicó mientras hacía fuerza para liberarse. Al poco tiempo se cansó y dejó de intentar. Suspiró. – Está más pesado de lo que aparenta. Pero por lo demás estoy bien, así que no te preocupes.

- Noah… ¿y mamá? ¿cómo está ella?

Su hermano tardó en responder la pregunta. Era claro que la respuesta no era bonita.

- No lo sé. No he escuchado que se moviera después de que chocamos, y desde aquí no llego a verla. – el rostro de Noah se ensombreció. – Ella recibió la peor parte del impacto. Me preocupa cómo pueda encontrarse.

Anna asintió con tristeza. Miró hacia la parte delantera del coche. Con este dado vuelta se hacía bastante difícil ver hacia el otro lado. Tragó saliva, conteniendo las ganas de vomitar que sentía por culpa del miedo. Se acomodó y se acercó con cuidado.

- ¡Anna! ¡Espera!

Hizo caso omiso a los comentarios de su hermano y asomó la cabeza entre los asientos. Encontró a su madre del otro lado, su cuerpo estaba completamente doblado en una especie de ovillo. Había quedado incrustada entre el volante y la deformación del techo. Y su rostro… Anna retrocedió instintivamente, un escalofrío le recorrió la columna y sus ojos volvieron a cubrirse de lágrimas. El rostro de su madre estaba completamente bañado en sangre.

- ¡Mamá! – la llamó con la esperanza de que ella respondiera. Anna estiró su mano entre los asientos, pero era inútil. No llegaba a alcanzarla. - ¡Mamá despierta! ¡Por favor, mamá despierta! – Su madre no respondía en lo más mínimo. Ni siquiera se movía. - ¡Noah está atrapado! ¡Necesitamos tu ayuda! ¡Mamá! ¡Noah y yo te necesitamos!

-Anna… - su hermano le habló. - ¿Qué es lo que vez? ¿Cómo esta?

-Esta…

<< Muerta. >> Fue su respuesta inmediata. Su madre estaba doblada en una forma imposible. La sangre que manaba de sus sienes estaba dejando un charco rojizo sobre el terciopelo blanco del techo. Estaba inmóvil, Anna era incapaz de notar su respiración.

- Ella está… - comenzó a decir entre sollozos. – está…

- […]

Un murmullo intangible salió de la boca de su madre. Para sorpresa de Anna, de a poco Airi empezó a moverse.

-¡Está viva! – Su madre movía con gran dificultad, claramente ella era la que se había llevado la peor parte. << Tenemos que darnos prisa. Si no hacemos algo pronto, ella realmente podría morir. >> - ¡Noah rápido! ¡Tenemos que ayudarla!

Anna volvió junto a su hermano quien había vuelto a sus intentos por liberar su pie. Ella se aceró, colocó las manos alrededor del tobillo de Noah y empezó a jalar con fuerza para ayudarlo.

- ¡Rápido! ¡Tenemos que ir a ayudar a mamá! – Siguió repitiendo.

- Ya entendí, pero si sigues tirando de esa forma solo conseguirás arrancarme el pie. – refunfuñó entre dientes. Ambos dejaron de hacer fuerza, cansados de intentar inútilmente. – Dime, ¿cómo está mamá? ¿Qué le pasó?

- Ella está viva. Pero está llena de sangre y…

Sus palabras se quedaron a medio camino. Desde el hueco de la ventana ambos hermanos vieron una sombra que se acercaba andando en dirección al coche.

- Hay alguien aquí… - Susurró su hermano. Su mirada cambió en un instante, el ligero intento de tranquilidad que tenía momentos atrás se desvaneció. - ¡Pronto Anna ayúdame! ¡Pon tus manos sobre el asiento de adelante y empuja con todas tus fuerzas! ¡Si logramos moverlo solo unos centímetros seré capaz de salir!

Anna se apresuró a hacer lo que le habían pedido. Empujó el asiento del conductor con todas y cada una de las fuerzas que le quedaban. Noah apoyó su pierna derecha contra el respaldo y empujó al tiempo que tiraba de la otra. El asiento crujía y se mecía, pero no quería colaborar con ellos.