La caída de Nisrán

Insurrección - Parte 7

14 de abril de 1931,00:17 am.

<<Lo lamento.>> No pudo expresarlo en palabras. De haberlo hecho podría haber resultado problemático. Sin embargo, al ver el cuerpo mutilado de Airi Shinn no pudo sino sentir un poco de lástima. Bien sabía que de una forma u otra la familia entera debería pagar por los pecados del padre. Pero Garbath tenía la esperanza de poder controlar las cosas de otra manera. <<Esto no tendría que haber terminado así. Al menos no de esta manera. >>

Meerei caminó entre los restos de chatarra rodeando el cadáver. El cuerpo de Airi era apenas reconocible. La explosión del vehículo la había calcinado casi por completo. Garbath se acuclilló frente a ella. Trató de analizar sus facciones, aquellas que alguna vez habían sido de entre las más bellas de todo Nisrán. Ahora no se podía distinguir su nariz de su barbilla, toda su cara se había reducido a un mejunje de carne quemada y sangre seca. Solo unos pocos mechones en su cabeza aseguraban su identidad. <<Cabello blanco. El color de los Shinn.>>

-¿Quién hizo esto? – preguntó a la horda de soldados que estaban a su alrededor.

Nadie dijo una palabra. Solo hubo murmullos y miradas confundidas. Al parecer, no era el único que no estaba al tanto de la situación. Se puso de pie nuevamente y limpiándose el polvo del traje se encaminó hacia la segunda escena. Más al noroeste de la montaña, llegando justo al límite del peñasco estaba el resto de la familia Shinn.

Mientras avanzaba buscó a Shiba entre la multitud. Lo había perdido de vista luego de que le transmitiera las malas noticias de la casa de Zenith Shinn. <<Un ataque sorpresa. Treinta y seis soldados. Cuatro coroneles comandando la situación. Y aun así se las arregló para escapar. Un solo hombre, un viejo comandante retirado, fue suficiente para hacer quedar en ridículo a toda la milicia de Nisrán.>> Detestaba admitirlo, pero Zenith Shinn era todo lo que su leyenda contaba de él. Garbath lo sabía. Había trabajado con él en múltiples ocasiones. Conocía sus habilidades mejor que la mayoría. Por eso creyó que podía vencerlo, aunque resultó estar equivocado.

Subir la pendiente le resultaba tedioso con su rodilla, sin embargo, luego de presenciar la muerte de Narav el dolor había disminuido casi por completo. No sabía la razón, pero ahora podía caminar con normalidad, o al menos con lo que para él significaba normalidad.

Llegó a la parte del bosque dónde los árboles se abrían como dando paso al acantilado. Una silueta se movía de un lado a otro al final del camino. Al acercarse, Garbath no tardó en reconocer a Shiba. El joven comandante se paseaba por el claro con la cabeza baja. De a momentos se detenía, se agachaba y revisaba entre los pastos como si estuviera buscando algo en específico. Garbath estaba a punto de preguntar cuando tropezó con algo, o mejor dicho con alguien.

- ¿Qué diablos…?

-Noah. – respondió Shiba mucho antes de que se lo cuestionara. – Noah Shinn. El primogénito de Narav Shinn. – continuó sin dejar lo que estaba haciendo.

El sabor a bilis inundó su boca. Meerei tuvo que hacer un gran esfuerzo para no vomitar. No recordaba a los hijos de Narav, pues muy pocas veces habían estado presentes en los actos de su padre. A pesar de ello, no necesitaba conocerlo para sentir pena por él. Tuvo que desviar la mirada, tan solo verlo era suficiente para provocarle náuseas. A lo largo de su vida Garbath había presenciado centenares de homicidios, miles de muertes estaban en su conciencia. Pero lo que le habían hecho a ese muchacho, la palabra aberración se quedaba demasiado corta.

-¿Quién demonios sería capaz de hacer algo así? – si el responsable de ese acto estaba entre sus filas Meerei pensaba encerrarlo. Alguien capaz de hacer eso se merecía arder en lo más profundo del abismo y ser tragado por la misma tierra.

-No es quién, - dijo Shiba al tiempo que se volteaba con algo entre sus manos – sino qué.

Garbath se sobresaltó al ver lo que Shiba sostenía entre sus dedos. El artilugio refulgía en un color naranja brillante, el cual se ondulaba de un lado para otro como si tuviera vida propia. Era increíble. Una maravilla de la ingeniería antigua. Uno de los tesoros más valiosos de todo Nisrán. <<La encontramos.>>

-Una Venator…




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