5.- leyendas del norte
Adalis y Regis observaban la escena paralizados, Cisi tenía clavado el puñal en el pecho de la criatura que había clavado las rodillas en el suelo mientras miraba a la sanadora fascinado. No se había resistido, había murmurado algo que ellos no habían alcanzado a oír pero parecía que ella sí por su expresión de sorpresa y miedo.
Los cuerpos de los soldados caídos estaban a su alrededor, los caballos relinchaban a lo lejos y el dolor punzante de la pierna del príncipe rasgó el silencio de la noche.
Cisi aun contempla el cuerpo del maldito que permanece petrificado con sus manos sobre las de ellas. Poco a poco consigue separarse y deja que el cuerpo caiga provocando un golpe seco contra la hierba. El maestro de armas vuelve a llamarla y se concentra en Regis, que se sujeta la pierna con una expresión de dolor el rostro.
Con la pierna inmovilizada y soportando entre los dos el cuerpo del príncipe, se guían por el sonido de los caballos hasta su encuentro. Los pocos soldados que aún quedan se apresuran a ayudarlos e improvisan una camilla para el príncipe. Regresan por el cuerpo del maldito que debe ser incinerado en fuego mágico para evitar que pueda resucitar y se enrumban de nuevo al palacio. Cisi tiene muchas preguntas en su cabeza, no es la primera vez que pueda escuchar los pensamientos de un maldito pero es la primera vez que ha podido comunicarse con uno y lo que le ha dicho…lo ha sentido, dentro de ella, ha sentido algo extraño como si por un momento hubiera tenido acceso a la verdad por la rendija de una puerta pero antes de ver nada, la hoja se ha cerrado de golpe. Nunca se lo ha contado a nadie, ni siquiera al Alquimista, algo le dice que nadie vería con buenos ojos ese don y ni siquiera ella puede entenderlo. Es más, ¿podría considerarse un don? No, nada proveniente de esas cosas pueden ser un don. Quizás esté maldita, quizás fue tocada por los dioses al nacer pero también por los demonios.
Adalis se deja caer en la pared mientras observa a Cisi sanar al príncipe; algo ha pasado en ese bosque, ha podido sentirlo en el aire, que ha cambiado de pronto cuando Cisi clavó el puñal en el pecho de esa cosa. No sé si es porque lleva demasiado en el sur, pero cada vez desconfía más de los magos y desde que llegaron el Alquimista y ella, no ha dejado de sentir cierta zozobra cada vez que están cerca.
La sanadora murmura algo con las manos sobre la pierna de Regis y la expresión de dolor de Regis se va suavizando hasta quedarse completamente quieto.
Los minutos pasan y Cisi acaba sudando pero satisfecha con su resultado, sonríe y Regis abre los ojos llevándose la mano directamente a la pierna sorprendido.
Regis se sienta en un ágil movimiento que provoca que Cisi de un paso atrás sorprendida pero el príncipe envuelve sus manos entre las de él.
Adalis carraspea y Regis se gira a mirarlo soltando las manos de Cisi.
La joven se marcha y Adalis se acomoda en una de las sillas próximas a la cama del príncipe, mostrando sus pocas intenciones de dejarlo solo.
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Editado: 13.10.2025