Me pareció muy intrigante y se me ocurrió la idea de guardar mis secretos más importantes en esa caja, normalmente siempre oculto bien mi diario, pero me pareció más seguro tener guardados esos secretos en la caja.
Busque mi diario y arranque la página en que había escrito mis mayores secretos.
Eran 3:
1. Odiaba el grupo de ben.
2. Me daba miedo expresarme porque pensaba que era muy aburrido.
3. Siempre me había gustado Natalia una chica de mi salón.
Doble la hoja y la coloque en la caja, quise hacer algo para que nadie agarrara mi cajita y le hice un orificio a mis llaves, para así tener la llave de la caja siempre conmigo.
Luego volví hacer mis tareas, llega mi madre escucho su voz diciéndome.
–Samuel, ya llegue!! , Voy a preparar la cena.
–Okey está bien, ya bajo! – respondí
Pensé en bajar con la cajita, para mostrársela a mi mamá, pero después pensé que si la mostraba quería descubrir lo que había guardado y descubrirá mis secretos. Así que me contuve de mostrársela, todo fue normal en la cena, subo al baño a cepillarme y me vi en el espejo y sentí otra vez esa sensación como que algo había cambiado, me sentía con una energía muy extraña, termino acostandome en la cama ,viendo el techo y me quedo dormido.
-PING, PING, PINGG!!!- suena la alarma.
Apago la alarma y me levanto, camino hasta la habitación de mi madre, toco 3 veces su puerta.
–Ya estoy despierta hijo, bajo en un segundo - Dijo mi madre.
Fui al baño y decidí peinarme ya que siempre he tenido un peinado como de nerd, pero esta vez quise cambiar de estilo. Termino de arreglar mi bolso y veo la cajita, noto que se había quitado lo rojo que vi ayer, me pareció raro pero no le di importancia.
Así que bajo, para buscar mi comida, estaba mi madre, la notaba feliz, sabía a que se debía su buen humor, ya que era el día que siempre salíamos al centro comercial. Me despido con un abrazo y ella me da un beso en la frente.
Me voy de la casa, agarre mi bicicleta y conduje un poco lento, ya que me sentía aún más raro, al salir de mi casa veía todo un poco diferente, sentía unas ganas de expresarme, mi miedo estaba como totalmente oculto, supuse que era el tratamiento que me dijo psicólogo.
Entro al salón y me dirijo a mi típico asiento, pero sentí unas ganas muy fuertes de sentarme justo al lado de Natalia, sin si quiera notarlo, lo había hecho. ¿Qué me estaba ocurriendo? , ¿Porque carajo me siento justo al lado de Natalia? – Me pregunto a mí mismo
Hoy me toca clase de literatura, siempre había querido expresar mis relatos, hago relatos de mis pensamientos, pero siempre me daba miedo pararme y leérselos a todos, siempre la profesora tiene la costumbre de mandar hacer escritos de lo que sea que nos llame la atención y que lo explicáramos en la clase, nunca nadie sabía que me gustaba o algo parecido, no me paraba a leérselos. Esta vez fui el primero en pararme, todos se quedaron asombrados, les hable, sobre el egocentrismo humano y que trae como consecuencia, me gustaba ese tema ya que puedes determinar porque las personas quieren ser más que los demás.
Al terminar no me lo podia creer y las caras de mis compañeros asombrados por 2 cosas:
1- No sabían de qué carajos había hablado.
2- Era la primera vez que me oyen hablar por mas unos segundos.
La profesora fue la más sorprendida, les pidió a mis compañeros que me apludieran. Me senté y solo me sentí bien pero a la vez diferente, era muy raro mi comportamiento, en medio de la guerra de mis pensamientos, me habla Claudia.
–Me gusto el tema que elegiste Samuel-
Quedé como un niño que ve una película de terror, atónico. Sólo pude responder con un – "Gracias!"– casi gagueando.
Ella se dio cuenta que estaba asustado y me dio una risa muy linda, estaba teniendo mi mejor día, termino la clase y fui al recreo. Quise cambiar de puesto para comer y me senté en una mesa donde había una chica que al igual que yo siempre se sentaba sola, solo lo hice y ya. No me preocupé al que diría la chica, estaba comiendo y pensando –¿Cómo estaba acabando con mi miedo de relacionarme con las personas? – Y solo saque la conclusión que estaba haciendo puros actos sin pensar.
Termino de comer y voy a mi casillero a cambiar unos libros, ya que tenía tarea por hacer de matemática, de repente siento que venía alguien, era ben y su grupo , como ya era típico , solo querían molestarme.
–No vuelvas a hablar en clase y ni se te ocurra sentarte con Natalia otra vez – dijo ben
– Yo normalmente hubiera dejado que pasara todo por alto, pero está vez no fue así.
–No me importa lo que me digan, vivan sus vidas y dejen la mía en paz!- les respondí.
Ellos reaccionaron como unos niños, agrediéndome, me golpearon la cara y hasta que llego un profesor y me abrazaron haciendo que estábamos jugando. Al irse me dijeron que me volvería a pasar lo mismo si hablaba otra vez. Sentí por primera vez un odio hacia alguien, entre a la última clase y me puse a dibujar que les haría si tuviera la oportunidad, pensé en golpearlos hasta que me suplicaran piedad o que a cada uno de ellos les pasara un accidente y así pase toda la clase biología.