Camino sin voltear a los lados hasta salir de la cafetería y paro al frente del auto a esperar a mi madre, con mi mayor cara fruncida y mostrando la furia en mi rostro, me pregunto a mí mismo: ¿por qué ocurría esto?
Digo ¿tan bajo se sentía mi madre conmigo para dejar entrar de nuevo a nuestra vida a mi “mi padre”?
Mis pensamientos eran cada vez más disconformes con mi realidad, mi pecho me dolía porque ya mis pensamientos se unieron a un sentimiento que he frecuentado mucho. “Lastima” era lo que sentía. Quería llorar, pero me contuve, no iba a ponerme así, tengo que retomar la idea que tenía planeada, así que iba a jugar un poco con la psicología humana, ya que tengo un poco de conocimiento sobre ese tema, para así conseguir mantener mi plan.
Tardé unos 15 minutos al frente de la cafetería hasta que salió mi madre y sin mirarla, nos subimos en el carro, antes de encender el auto, pensé que me diría unas cosas, pero no fue así. Apenas notaba algún gesto. Para iniciar una conversación iba a poner mi mayor cara de total concentración a lo que iba a decir, así como casi predije e hizo los gestos, automáticamente puse mi mirada fija en ella, con unas expresiones que hacían verme calmado.
─Samuel, primero que nada quiero disculparme, por lo visto en la cafetería. Quería decirte hace unos días, pero creía que era la mejor de forma de enterarte, pero no lo tomaste como lo pensé.
─así fueron sus palabras que casi se le sentía que le ibas a salir unas lágrimas.
─Creo que no mediste el daño que nos hizo a nosotros, esos años de sufrimiento que con fortuna ya fueron pasado, sobre todo a ti, que aun llega a tomar y hundirte en llanto por como él nos abandonó como un cobarde, pero sabes no me interesa en nada mi padre solo tengo atención a ti.
─Respondo diciéndole eso calmado.
Duro unos segundos de silencio cuando el abrazo de mi madre, rompe el paradigma de casi todo mi plan. Tenía tiempo que no me abrazaba, la sentía un poco más normal, no existía ese trato tan raro que ha tenido últimamente.
Se me iba salir unas lágrimas, pero solo disfrute el abrazo, finalmente se calmó y encendió el auto.
En el camino, para mí se me hacía un poco lento, creo que ya me atacaba los nervios al ir a la casa de Natalia, pero quería mantenerme sereno al menos dentro de lo que cabe frente de mi madre.
Ya estábamos cerca de nuestra casa, el día estaba muy brillante, era agradable para ir a la playa, pero luego reacciono y entro en cuenta que no me gusta ir a la playa, volteo por la ventana, miro la casa donde encontré la caja, pero un destello me hace quitar la mirada y redirigirla hacia el retrovisor que fue el causante, quedo fija mi mirada en el asiento de atrás, pues estaba mi caja de los secretos afuera de unas batas de mi madre.
Mi calma estaba a punto de estropearse, pero siento que me miran, volteo a donde está mi madre y era muy ilógico todo, ya que mi madre estaba viéndome fijo con esa mirada rara y espelúznate, pero más aún tétrico era su sonrisa, me quede inmóvil hasta que grité.
─ ¡MADRE VE AL FRENTE!
Casi comenzábamos a rozar la cera, pero retorno el carril a tiempo, en medio de la confusión mental y de realidad que estaba ocurriendo, sentí que hoy me pasaría algo, un presentimiento de que mi plan no se iba a lograr. Culmina mis repetitivas preguntas sin respuesta.
Cuando mi madre me dice: ─Disculpa perdí la noción, no sé qué me paso, ¿estás bien?
─pregunta con una expresión tan fría y no tan acorde al momento. Por favor sigue viendo al frente y tranquila eso pasa, estoy bien.
─Le respondo viéndola, teniendo en mente que puede que con la que esté hablando realmente no sea mi madre.
No me respondió, en que lo quedaba para llegar a la casa. Estaba en blanco, solo accionaba por sentido común, llegamos a la casa, sin dirigirnos alguna palabra, subí a mi cuarto disimuladamente agitado, y al entrar a mi cuarto cerré la puerta con seguro y pude como soltar la respiración.
Estaba como atrapado en una burbuja.
Me lancé en la cama boca arriba viendo el techo y dejando que mis sentimientos se unieran con mis pensamientos, que poco a poco acababan la facha de tranquilidad que tenía. No creo tener ninguna forma de solucionar esto, no tenía apoyo ni fuerzas para tratar de pelear con algo que ni siquiera tiene sentido y menos para ser creído, mis lágrimas salían de frustración, ahora con mi padre que quiere volver así de nomas tranquilo…
Mi madre actúa raro, un ente maligno que me quiere matar lentamente y ningún amigo en que pueda apoyarme, poco a poco mi cansancio mental, ya entraba efecto, me dolían un poco los ojos, medio ojee el reloj y solo habían pasado 20 minutos desde que llegué.
Cerré los ojos para opacar el remolino que me estaba atormentando, quería soñar con algo que me hiciera feliz para así sacar muchos pensamientos, pero ya estaba atrapado en medio de muchos sentimientos muy tóxicos y todo rastro de felicidad lo transformaban un abismo de frialdad, entro en mi mente una voz rara, quería abrir los ojos pero sentía que me los estuvieran tapando, no quería forzar más, siento que es otra imaginación. Esa voz paró y luego como me transporté en la habitación donde la niña del video mató a sus padres, pero no estaba nadie en la habitación o eso creía yo.
Caminé por todo el cuarto, tratando de averiguar más sobre la chica.
Encuentro una repisa llena de fotos de ella con sus amigas, se veía muy diferente a como le tomaron la foto antes que la internaran, había una foto con sus padres parecían muy felices, en medio de las fotos había una caja muy decorada, pensé que tenía collares o pulseras, pero solo tenía un cuadernito pequeño, lo tomo y comienzo a ver si tenía algo escrito; era su diario, tenía sus pensamientos más privados. Me salté muchas páginas hasta que paré cuando una decía: “Hoy encontré una cajita muy linda por el vecindario, aquí guardaré mi diario”.