Desde tu interior susurro

Mírame, ¿Puedes verme?

He estado toda tu vida frente a ti, ¿por qué me ignoras ahora?

Acaso… ¿Has dejado de creer en mí? De seguro eso es, y sé la razón.

Lamento que haya sido así, lamento que hayas sufrido, pero jamás fue por culpa mía, porque la infidelidad es naturaleza humana y el dolor, tan sólo resultado de ella. Porque el amor derrota a los débiles y tú, jamás has sido fuerte.

Pero no te permitiré olvidarme, apareceré en tus noches bajo mantos de nostalgia, te atormentaré en tus días a modo de angustia, de tristeza y ansiedad, para que poco a poco, retomes el camino hacia mí.

¿Por qué? Porque soy el arma más poderosa jamás creada. Puedo elevarte al cielo por veinte segundos y hacer que tu caída dure cien años. Puedo manejar el tiempo a mi favor, porque la esencia del tiempo se encuentra en mí.

Mírame, siente mi presencia. Siénteme, pues soy amor, y aférrate a mi ser porque sin mí no vives.