El comienzo de la carrera
Tomás despertó en medio de la noche, con su corazón latiendo fuertemente en su pecho. Algo lo había despertado, pero no podía identificar qué era. Miró a su alrededor en la oscuridad, tratando de encontrar la fuente del ruido. Pero todo estaba en silencio.
Sin embargo, Tomás no podía sacudir la sensación de que algo andaba mal. Se levantó de su cama y caminó hacia la ventana, mirando hacia afuera en la noche oscura. De repente, escuchó un ruido detrás de él. Se dio la vuelta rápidamente y se encontró cara a cara con un hombre desconocido.
Tomás gritó y retrocedió, tratando de alejarse del hombre. Pero el hombre lo agarró y lo empujó contra la pared.
"¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?" exclamó Tomás, luchando por liberarse.
"No tengo tiempo para explicaciones", dijo el hombre, con una voz fría y autoritaria. "Tienes que venir conmigo ahora".
Tomás intentó luchar contra el hombre, pero era demasiado fuerte. En poco tiempo, Tomás se encontró fuera de su casa, siendo arrastrado por el hombre hacia un coche esperándolo.
"¿Adónde me llevas?" preguntó Tomás, tratando de liberarse.
"No tengo tiempo para explicaciones", dijo el hombre, arrojándolo en el asiento trasero del coche. "Solo sigue conmigo si quieres sobrevivir".
El coche arrancó y se adentró en la noche, alejándose de la casa de Tomás. Tomás se encontraba confundido y aterrorizado, sin saber qué estaba sucediendo.
Después de un viaje de unos minutos, el coche se detuvo en un callejón oscuro. El hombre abrió la puerta trasera y empujó a Tomás fuera del coche.
"¿Qué está pasando aquí?" exclamó Tomás, tratando de mantenerse en pie.
"Estás en una carrera contra el tiempo", dijo el hombre, con una voz grave. "Hay algo detrás de ti, y si no huyes, te alcanzará y te destruirá".
Tomás frunció el ceño, tratando de comprender lo que estaba sucediendo. "¿Qué estás hablando? ¿Quién eres tú?"
"No tengo tiempo para explicacionaciones", dijo el hombre, impaciente. "Solo sigue corriendo y mantente a salvo".
Tomás comenzó a correr, sin saber adónde iba. Corrió a través de las calles oscuras, tratando de alejarse de lo que quiera que estuviera persiguiéndolo. Sin embargo, no podía sacudir la sensación de que algo estaba cerca.
De repente, escuchó un rugido detrás de él. Se dio la vuelta y vio una figura oscura acercándose rápidamente hacia él. Era un monstruo, con una piel oscura y unos ojos brillantes que parecían quemar en la oscuridad.
Tomás gritó y comenzó a correr de nuevo, corriendo tan rápido como pudo. Sin embargo, el monstruo parecía estar ganando terreno, acercándose cada vez más.
De repente, Tomás vio una luz brillante en la distancia. Se dirigió hacia ella, esperando encontrar ayuda. Sin embargo, cuando llegó allí, se encontró cara a cara con un hombre extraño, vestido con una túnica blanca.
"¿Quién eres tú?" preguntó Tomás, jadeante.
"Soy el protector", dijo el hombre, con una voz suave. "Te he estado esperando".
"¿Esperando?" exclamó Tomás, confundido. "¿Qué está sucediendo aquí?"
"Estás en una carrera contra el tiempo", dijo el protector. "Hay algo detrás de ti, algo peligroso y maligno. Si no escapas, te alcanzará y te destruirá".
Tomás frunció el ceño, tratando de comprender. "Pero ¿cómo puedo escapar? ¿Cómo puedo protegerme?"
"Debes correr más rápido y mantenerte a salvo", dijo el protector. "Sigue corriendo y nunca mires atrás".
Tomás asintió y comenzó a correr de nuevo, con el monstruo rugiendo detrás de él. Sin embargo, esta vez, tenía una dirección clara y una esperanza en su corazón.
La carrera contra el tiempo había comenzado, y Tomás estaba decidido a sobrevivir y a escapar de lo que quiera que estuviera persiguiéndolo.