El laberinto del tiempo
Después de haber pasado varias horas en línea buscando información sobre cazadores de sombras y otros fenómenos paranormales, Juan y Tomás se dieron cuenta de que la información que habían encontrado era muy limitada y no les ayudaba a entender mejor el medallón que tenían en sus manos.
"Maldición", exclamó Juan, frustrado. "No puedo creer que no hayamos encontrado nada útil".
"Lo sé", dijo Tomás, asintiendo. "Pero no podemos darnos por vencidos. Tenemos que seguir buscando".
"Mira esto", dijo Juan, señalando una página web que acababa de encontrar. "Al parecer hay una exposición en la ciudad sobre mitos y leyendas. Tal vez haya algo relacionado con los cazadores de sombras o el medallón".
"Podría ser", dijo Tomás, encogiéndose de hombros. "No perdemos nada con intentar".
Los dos amigos se dirigieron a la exposición y, después de pagar la entrada, comenzaron a recorrer las diferentes salas. Vieron todo tipo de objetos extraños y fascinantes, pero no encontraron nada relacionado con el medallón o los cazadores de sombras.
"Esto es una pérdida de tiempo", dijo Juan, frustrado. "No hay nada aquí que nos ayude".
"Puede que no hayamos encontrado nada todavía", dijo Tomás, intentando mantener la esperanza. "Pero no podemos darnos por vencidos".
De repente, escucharon una voz detrás de ellos. "¿Están buscando algo en particular?"
Se voltearon para encontrar a un hombre mayor, vestido con una camisa y corbata y con una sonrisa amistosa en su rostro.
"Sí, en realidad", dijo Tomás, acercándose al hombre. "Estamos buscando información sobre cazadores de sombras".
El hombre frunció el ceño. "¿Cazadores de sombras? Eso es un término que no había escuchado en mucho tiempo".
"¿Ha oído hablar de ellos antes?" preguntó Juan.
"De hecho, sí", dijo el hombre, asintiendo. "Cuando era joven, solía trabajar en una biblioteca que tenía una sección dedicada a temas ocultos y sobrenaturales. Recuerdo haber leído sobre cazadores de sombras en un par de libros".
"¿Podría decirnos más sobre ellos?" preguntó Tomás, ansioso por aprender todo lo que pudiera.
El hombre asintió. "Bueno, según lo que recuerdo, los cazadores de sombras eran un grupo de personas que se dedicaban a proteger a la humanidad de todo tipo de criaturas sobrenaturales. Aparentemente, poseían ciertas habilidades especiales que les permitían rastrear y luchar contra estas criaturas".
Juan y Tomás intercambiaron una mirada, dándose cuenta de que esto podría ser exactamente lo que necesitaban para entender el medallón.
"¿Y hay alguna manera de contactar a estos cazadores de sombras?" preguntó Juan.
El hombre negó con la cabeza. "Lo siento, pero no tengo idea. Como dije, leí sobre ellos hace mucho tiempo y nunca los conocí en persona".
"De acuerdo, gracias de todos modos", dijo Tomás, agradecido por la información.
Mientras se alejaban del hombre, Juan y Tomás intercambiaron otra mirada, sabiendo que tenían que seguir buscando respuestas en otro lugar. Después de salir de la exposición, caminaron por las calles de la ciudad discutiendo sus próximos movimientos.
"Podemos intentar buscar algún tipo de club o sociedad dedicada a temas paranormales", sugirió Juan.
"Podría funcionar", dijo Tomás, asintiendo. "Pero también podríamos buscar en las bibliotecas locales. Tal vez haya más información sobre cazadores de sombras en algún libro antiguo".
"Buena idea", dijo Juan, sonriendo. "Pero creo que deberíamos dividirnos para cubrir más terreno. Tú puedes ir a la biblioteca mientras yo busco algún club paranormal".
"De acuerdo", dijo Tomás, asintiendo. "Pero mantengámonos en contacto y hablemos más tarde para compartir cualquier información que hayamos encontrado".
Después de intercambiar números de teléfono, los dos amigos se separaron y comenzaron su búsqueda de respuestas. Juan caminó por las calles de la ciudad, buscando cualquier indicio de un club paranormal o algo similar. Finalmente, encontró una pequeña tienda en una calle lateral que parecía vender todo tipo de objetos y libros extraños.
Al entrar en la tienda, se sorprendió al encontrarla llena de libros antiguos y extraños artefactos. Había un anciano detrás del mostrador, que lo saludó amablemente cuando entró.
"¿Puedo ayudarte con algo, joven?" preguntó el anciano.
"Sí, en realidad", dijo Juan, acercándose al mostrador. "Estoy buscando información sobre cazadores de sombras. ¿Tiene algo en su tienda relacionado con eso?"
El anciano frunció el ceño. "Cazadores de sombras, eh? Eso es un tema interesante. Déjame ver si tengo algo para ti".
El anciano comenzó a buscar en los estantes, sacando varios libros antiguos y polvorientos que parecían haber sido escritos hace muchos años.
"Estos son algunos de los libros más antiguos que tengo", dijo el anciano, entregando los libros a Juan. "Es posible que encuentres algo útil aquí".
Juan comenzó a hojear los libros, sorprendido por la cantidad de información que había. Algunos de los libros eran muy antiguos y difíciles de entender, pero otros eran más modernos y fáciles de leer.
Finalmente, encontró un libro que parecía ser exactamente lo que estaba buscando. El libro estaba escrito por un cazador de sombras y hablaba sobre la historia de la organización, así como sus técnicas y habilidades.