Lily lane tenía la piel Blanca como la nieve de Canadá
en un invierno cualquiera, las manos robustas de Jhon
Ekans esta vez parecieron temblorosas un instante,
aunque este momento parecía eterno para él, su ojos no
podían dejar de mirar la belleza de aquella mujer que
tenía en frente de él, blanca como la nieve de los montes
alpinos de Italia, su cabello largo y de color castaño claro
como la melena de un león, la situación, el viento y los
nervios, habían despeinado el cabello de Lily, su cuerpo
estaba sudoroso, se le notaba en el cuello un rio de
sudor llegando, y mojando su pecho sutilmente
pronunciado.
Los dos sujetos estaban agitados, Lily aún estaba con
la boca seca, y con mucha sed, después de acomodarse
finalmente las gafas, agradeció a Jhon por salvarle la
vida, su corazón se calmaba bebió un trago de agua de
un dispensador que se asomaba de la pared del cuarto,
ofreció un poco de agua al sujeto sudoroso que tenía en
frente, y Jhon no reparo en aceptar, se llevó el vaso a la
boca, y derramó un poco de agua en el suelo, se
disculpó, le pregunto qué hacia allí afuera en el alerón, y
como dejó que pasase todo esto, Lily Lane estaba
angustiada aún, y le pareció penoso contarle, sin
embargo creyó que le debía una pequeña explicación a
su salvador, contó que estaba aburrida de ser la
cuidadora del anciano y que a veces solo sale por el
acceso que da al alerón para apreciar un poco de la brisa,
de pronto Jhon dejó de ponerle atención a la dama y
fijó sus ojos en el anciano preguntando quien era y
porque estaba en tal estado.
Lily le cuenta que él es el científico que ayudó a armar
algunos reactores nucleares que dan el combustible a las
naves incluyendo la nave donde estaban, asegura que a
veces pierde la esperanza de que vuelva a despertar pues
él es el único que puede activar los motores de la nave
para salir de la tierra y emprender el viaje hacia Marte.
—Durante el accidente recibió un golpe en la cabeza
desde entonces no ha despertado—
Jhon queda pensando en negativo, y empieza a
preguntarse…
¿Y si nunca despierta?
¿El destino está marcado?
¿Jamás llegarán a Marte?
¿Moriremos?
Su corazón se agitó por un momento y luego le entró
un sentimiento de tristeza, melancolía y decidió
marcharse.
—Tenga cuidado—
¡Muchas gracias!
Jhon creía que no era un gran día, recibió un cambio
brusco en las órdenes en su trabajo, y el anciano que
haría encender la nave estaba en estado de coma ante
sus ojos, pero de pronto los pensamientos negativos se
borraban reemplazándose por la imagen de una bella,
blanca y castaña enfermera. Después de colocarse un
arnés y volver a estar guindado del alerón gigante,
colocaba en su sitio todos los tornillos—peldaños que
había sacado.
Era el día siguiente por la mañana.
Lily conversaba con su superior y contaba con
mucha pena lo ocurrido, en decisión no unánime, la
ventana de acceso la habían clausurado, Lily estaba
disgustada. En el almuerzo decidió adentrarse al caótico
piso que contenía la gran mesa, era el mediodía y sin
darse cuenta buscaba una silueta entre los cientos de
personas a bordo, algunos comían rápidamente y
regresaba a sus labores otros lo hacían muy lento y
conversaban de sus aventuras fuera de la nave.
¿Fuera de la nave?
Una voz se unió a la conversación era Jhon Ekans a
solo unos metros del puesto donde almorzaba Lily.
Lily se extrañó y frunció el ceño, se preguntaba así
misma si él era la silueta que buscaba.
Ella lo veía aún como un desconocido por eso le
intrigaba su paradero, necesitaba saber quién realmente
era su héroe.
A unos cuantos puestos Jhon reía con sus
compañeros se burlaban de sí mismos pues de las tareas
que asignan una era más terrible que otras, a uno le
encargaron vaciar multipropósitos, algunos eran de
aguas limpias y potables, grandes contenedores de
plásticos para cualquier uso, ¡multipropósitos! Pero
otros eran para almacenar desechos humanos ese le
tocó a uno de ellos, a otro como Jhon que formaba parte
de una docena de hombres y mujeres encargados de
buscar un pozo de agua y demás cosas útiles para
apaciguar los suministros de la nave, no sabían cuánto
tiempo estarían varados, debían racionar todo y
encontrar algo más de suministros lo que sea será
bienvenido.
Durante la conversación Ekans dirige su mirada
hacia la izquierda y después de entrecerrar sus ojos
puede divisar entre la multitud a Lily Lane.
Ella estaba a punto de retirarse de su asiento pues
terminaba su plato, unos fideos con carne seca y una
sopa que ni ella sabía de donde sacaban y no le supo
jamás de qué sabor era.
De repente Jhon se acerca lo suficiente para
detenerla y saludarla le pregunta cómo estaba y ella
responde que mal porque su ventana que daba acceso al
alerón de donde quedó guindada como muérdago de
navidad ha sido clausurada.
Se ríen de la situación, y él le dice…
¡Seguro que encontrarás algún otro alerón donde
meterte en problemas ¡
Su ropa de enfermera se quedó esta vez en el armario
ella vestía un clásico uniforme de flota un conjunto de
pantalones y camisón azules que le quedaba ajustado al
cuerpo, el cual pronunciaba aún más sus pequeños
senos y los muslos de sus piernas, en su pecho y en su
espalda el logo de marte y varias naves dirigiéndose
hacia él, debajo de este logo una frase que decía "In
Mars we trust" ¡en Marte nosotros confiamos!
Los demás comensales se marcharon uno a uno, Lily
y Jhon quedaron solos conversando por un largo
tiempo, hablaban de donde estaban cada uno cuando la
tercera guerra comenzó.
Lily cuenta que ella permanecía en Canadá donde
nada pasó a riesgo mayores, realmente no creyó que algo
así ocurriría, era su turno de noche y una noticia fatal le
quitó el sueño, la tercera guerra mundial se había
declarado como en proceso, la naciones de todo el
mundo creyeron que podían con un suceso de tal
magnitud sin arriesgar vidas humana en combate,
enviaron drones no tripulados a sus fronteras pero entre
naciones se habían declarado enemigos, y cada uno tenía
su propio sistemas anti drones, entonces, el plan drones
no tripulados era un fracaso, debieron enviar naves con
los mejores pilotos, todas las batallas las mayorías de
ellas eran vía aérea, algunos la catalogaron como la gran
guerra aérea, se perdieron muchas vidas y algunos
heridos necesitaban atención, los países en el viejo
continente y América del sur los más devastados sus
enemigos querían adueñarse de sus tierras ricas en
nutrientes para la vegetación.
Lily Lane había ganado un boleto de premio doble
para viajar a Brasil, no solo como enfermera para
afrontar la guerra y curar heridos, también se le informo
que después de la guerra el planeta quedaría muy
contaminado y estaba asignada en una nave crucero que
la llevaría a ella y mil quinientas personas más a Marte el
planeta rojo.
Ella pensó que las noticias que siempre salían por la
tv de un posible viaje a Marte de toda la humanidad, era
fantasía pero luego de ver la nave con sus propios ojos
estaba maravillada, era del tamaño de un estadio de
fútbol y los estadios de fútbol de Brasil eran enormes,
estos durante la guerra fueron usados para que
enfermeras como Lily Lane curaran heridos, después de
tres años, durante la guerra, las naves estaban listas, la
guerra culminó, y los líderes que ordenaron todo los
posibles ataques fueron encarcelados y se les prohibió
el viaje a Marte, nadie apeló.
Lily era una canadiense en Brasil, creía que el clima
iba ser de temperaturas altas y la humedad le arruinaría
el peinado, realmente las estaciones estaban de cabeza,
hace años Canadá no tenía heladas, y en el sur de Brasil
se congelaban los ríos, a veces el frío que recorría por
las calles de repente se convierte en un calor
insoportable y la gente debía ir a la playa de Río de
Janeiro y los que no podían darse ese lujo o porque
vivían lejos como Lily solo iban a refrescarse en las
diversas piscinas municipales.
Contaba que era muy gratificante y le hacía muy feliz
ver cómo la gente sin importar su edad todos jugaban
en las piscinas, huyendo del calor que en un instante se
convertía en una helada brisa y todos debían salir
corriendo, el agua se enfriaba, el sol se ocultaba entre las
nubes oscuras, y todos reían corriendo huyendo ahora
del frío "o tempo está louco" mencionaba la gente,
todos reían incluso ella.
—Es tarde— menciona John, debía ir fuera de la
nave y buscar un pozo o algo que contenga agua
potable, Lily le pregunta si puede ir con ellos y él acepta.
¿No deberías cuidar al viejo?
¿Cooper?
¡Estará bien!
Cooper yacía inmóvil en la cama mientras Lily
meneaba las estanterías, llenando un bolso con agua,
gafas extras y unas galletas en polvo para el viaje.
El viaje empezaba a pagarse solo, Lily estaba en las
calles de Brasil una vez más después de tres meses
encerrada junto a un anciano postrado en una cama, la
verdad ya le tenía cariño, ella solo le decía Cooper como
si de un compañero de trabajo se tratase. En la calle se
divisaban autos abandonas mucho de ellos en muy buen
estado, otros muy oxidados la pintura que los cubría era
de mala calidad y el sol había tomado partida propia,
Jhon y once personas más buscaban algo que sea de
utilidad a la nave una piscina olvidada, un
multipropósito sellado con agua limpia, una antigua
tienda de agua embotellada, pero no lograban encontrar
nada de eso, había polvo por todas partes y el frío
parecía darse bienvenida, sin ser invitado, de repente un
edificio caído, una montaña de escombros en frente de
ellos provocaba un atasco en su viaje, todos frenaron en
seco se miraron los unos a los otros, excepto Lily quien
subía por la gran colina de escombros generada por el
edificio caído, eran unos veinte metros de altura, Jhon
veía en ella a más de un cuerpo tonificado, observaba
una chica tenaz y decidida, era la única quien no había
parado a ver alguien empezar a subir la montaña de
escombros, sonrió y ayudó a los demás a subir.
De pronto Lily estaba en la cima de los escombros,
sus pantalones estaban polvorientos, se agacho para
sacudirse un poco, luego puso su cuerpo erguido, y no
podía creer lo que veían sus ojos, un enorme estadio de
fútbol se alzaba frente a ella, era imponente, una neblina
arenosa le daba un aspecto tenebroso.
¿Neblina?
De pronto los oídos de Martin fueron alcanzados
por la pregunta de Lily, que estaba a solo unos pasos
detrás de ella, repitió la pregunta.
¿Neblina?
Jhon había escuchado ya dos veces la misma
pregunta y una docena de personas empezaron a bajar
la colina dirigiéndose hacia el estadio, Jhon le menciona
a Lily…
—No es neblina, es una tormenta de arena—
Todos corrieron gritando…
¡Tormenta!
Incluso Lily que ya tomaba buen avance con
respecto a los demás, era de los primeros en entrar al
estadio, durante el cuidado de Cooper practicaba sobre
una cinta de correr y se mantenía en forma.
—¿Tormenta de arena?— Pregunta Lily.
—Si—
Contesta Jhon
—Las tormentas de arena en Brasil son ahora más
comunes que antes es bueno saber que la arena del
desierto del Sahara alimenta de minerales y sales
naturales a la selva amazónica del Brasil, sin embargo, el
calentamiento global, hace que la naturaleza se
comporte de manera agresiva, ya no es una ligera brisa
color naranja, son tormentas de arena, frecuentes.
Lily lane permaneció muda y confundida creyó vivir
lo suficiente en Brasil para saber eso, pero era obvio que
no, sus ojos no se apartaban de los labios de Jhon Ekans
que explicaba con detalles por qué la arena del desierto
del Sahara era tan importante para la selva amazónica,
"era un fertilizante natural" con esta frase terminaba la
explicación Jhon.
Lily esta vez se alejaba del grupo, aún se escuchaba
el estruendoso sonido del paso de la tormenta, parecía
alejarse, ya el monstruo de arena desaparece, Jhon
buscaba entre las cabezas una en particular, una cabeza
rubia—castaña, ¿dónde estaba Lily? Se preguntó así
mismo.
La joven enfermera había dado paso firme hacia el
interior del estadio, las gradas estaban desechas algunas
despistadas por el sol y la lluvia escasa, en medio no
hallaba una cancha de futbol ni que se le pareciera, eran
misiles, cientos de ellos, grandes enormes y otros más
pequeños, el estadio lo habían ocupado de almacén para
la guerra, estaban apilados uno sobre otro con mucho
cuidado, formaban pilares y pirámides de misiles.
¡Oh meu Deus!
Exclamó Lily.
Jhon, Martin y los demás recién ingresaban y
divisaron de inmediato las enormes pilas de misiles
amontonados, Martin se alejaba de las gradas,
acercándose a los misiles, su cara proporcionaba cierta
serenidad, sin miedo paseaba entre los cientos de misiles
como buscando algo que conocía y debía encontrar,
Jhon ha quedado estupefacto un sudor frío pasaba por
su cuello en su mente solo se dibuja el peor de los
escenarios, giró su cabeza hacia la izquierda y divisó que
Lily ya no estaba donde hace un momento, ahora se
hallaba al igual que Martín en medio de todo los misiles.
¡Eu sabia!
Un grito de alegría retumbando en el estadio se oyó
desde el montón de instrumentos balísticos, Martin
cargaba un pequeño misil en sus manos dirigiéndose
hacia Jhon.
¿qué estás haciendo?
—Aléjate—
Está bien Jhon no son misiles solo son propulsores
por dentro están vacíos, fueron almacenados aquí pero
jamás fueron llenados con el detonador ni la carga
explosiva. Estaba buscando un número de serie, es
grande y puedes observar desde muy lejos, estos carecen
de ello, así que su construcción no está terminada, por
eso los abandonaron, me asegure y los registre todos,
ninguno tiene carga explosiva, sólo un tanque de
combustible, no todos solo algunos lo tienen.
—Es extraño es nitrógeno—
Desde una pila de misiles y con uno pequeño en su
mano, Lily contaba que los misiles estaban llenados con
nitrógeno, sus conocimientos de enfermería y por ende
de química le ayudaron a traducir especificaciones de
construcción que se hallaban en una calcomanía pegada
en cada proyectil.
—No son misiles quien los dejo aquí quería hacer
algo más con estas cosas, pero usarlo como arma creo
que no—
¿Estás segura?
Pregunto Jhon
—Entonces no sirven
Los demás empezaron a buscar en el resto del
estadio si había algo mejor que si pudiera servir para
llevarlo a la nave.
Lily y Jhon se quedaron sobre unos cuantos misiles
sentados conversando.
¿No tuviste miedo?
Preguntó Jhon con un poco de sonrisa en su rostro.
—No—
En el entrenamiento de Lily para ser enfermera en la
guerra además de defensa personal y conocimiento
básico de armas, también enseñaban cómo leer los
estados de advertencia de misiles, y granadas que
encontrase si por alguna razón, debían adentrarse a un
terreno enemigo, por suerte a la señorita Lane jamás le
encargaron tal cosa.
De pronto Lily formulaba una pregunta de acuerdo
a la situación, quería saber dónde estaba Jhon Ekans
durante la guerra, quería saber si era uno de los
soldados, que no los odiaba pero los detestaba en
secreto, aun curando heridas los trataba amablemente,
pero algunos otros empezaban a hacer bromas pesadas,
que a ella no le agradaban, a unos cuantos debían
amputarse extremidades, y genitales, incluso en esa
situación alegaban tenerla tan grande sin tener nada allá
abajo, Lily los ignoraba, y quería asegurarse que Jhon
Ekans no fuera un patán más.
¿Y tú dónde estabas cuando todo empezó?
—Corriendo—
—En la pista...
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Editado: 03.10.2024