La carrera del fin del mundo

Practicas de enfermeria

¡Es correcto!
Yo lo vi salir, parecía huir de la situación, preocupado, desconcertado y ¡loco!
Sousa se rascaba la barba mientras relataba lo que sucedió el día del accidente cuando llegó a
la cabina de mando, vio salir a Dos santos como alma que lleva el diablo, despavorido, daba
zancadas envés de pasos y su mirada no tenía destino sin siquiera notar la presencia de Sousa
lo rebasó y se perdió en los pasillos, esa fue la última vez que todos lo vieron luego su
paradero fue un misterio que incluso tres meses después no se ha podido resolver.
¿Por qué no se encontraba usted en la cabina con los demás ese día?
Soler se dirigía hacia Sousa, lo observaba con desprecio luego se relajo, su mente pasó por
alto lo anciano que era, luego cedió un poco de compasión y rogó por que Sousa no sea
culpable de la desaparición de Dos Santos y el deceso de Donoso, ahora Soler se había
convertido en una especie de detective en la nave, el caso nada más y nada menos "operación
caja de pandora" así bautizó refiriéndose a la cabina de mando del capitán que durante el
despegue de la nave nadie más que los cuatro al mando supieron que ocurrió exactamente con
un desenlace de un hombre en coma.
—Yo estuve durante el despegue, todos celebraron luego de cinco minutos todo estaba en
orden—
Sousa por un momento se transportaba al día cero cuando ocurrió el desastre...
Todos celebraban y el motor de la nave aceleraba a más de quinientos kilómetros por hora y
aumentando, los monitores en el panel de control, una consola gigante, lo mostraba, Sousa por
un rato movió palancas y botones los demás hacian lo mismo, se aseguraban la presión de la
nave, de las habitaciones, pasillos, y comunicaciones con otras naves, estas fueron
interrumpidas por estática producida por la aceleración de la propulsión, por momentos iban y
venían cual antojo, luego todo estaba en perfectas condiciones, Sousa desplegó las piernas y
se despojó de su silla, aquella silla oscura con su nombre grabado en color dorado.
—Voy por algo de comer, ¿alguien desea algo?
¡No, gracias!
Algunos contestaron que estaban a gusto, y que no necesitaban algo al respecto, Sousa no
insistió y se dirigió a la puerta, esta se corrió, y él se dirigió a los elevadores.

¡Fue por algo de comer! Exclamó Soler.
El ex general dibuja un puchero con sus labios y alzaba los brazos en tinte de rendición, Soler
se encogió de hombros y frotó sus párpados con una pinza que creó con su índice y pulgar de
su mano derecha, en aquel brazo el reloj—pulsera marcaba la hora, dieciséis horas y dos
minutos.
¿Qué sucedió cuando regresó?
Cuando Sousa entró a la cabina y después de ceder camino a Dos Santos, fue nombrado al
mando por el capitán Kirt Hudson, que salió expulsado enérgico y demandante, Sousa
desconocio a dónde se dirigía, tampoco lo cuestionó, en el suelo había sangre, y las sacudidas
de la nave, que había sentido en el pasillo, decía que la situación era crítica, Hudson se perdía
en la puerta deslizante, Donoso y Sousa quedaban a cargo.
Ya no había nada que hacer la nave aterrizó de vuelta, después de unos minutos después del
despegue, Donoso se recuperaba de un ataque de pánico o algo parecido, Rodrigo Sousa
atendía los mensajes de alarmas que se presentaban en los monitores de la gran consola,
algunos de estos mensajes no dejaban visualizar al resto, cuando despachó algunas alertas, en
la pantalla que tenía al frente, se desplegó un mensaje detallado de la situación, una especie
de petición de clave.
̈Para reactivar el reactor inserte la combinación alfanumérica ̈
Sousa no entendía nada, de que trata el mensaje en la computadora de la nave, rasco su
barbilla una vez más, y generó un pregunta dirigida a Donoso.
¿Oficial Donoso que sucedió aquí?
Donoso no respondió ni una palabra, y Rodrigo intentó con otra pregunta.
¿Sabe a dónde fue El capitán ?
la mirada de la oficial se trasladó al cubículo del capitán donde no un Hudson si no un Sousa al
mando esperaba pacientemente su respuesta.
—La nave se estrelló y los motores no encienden al menos que reactiven el reactor—
Donoso de qué hablas?
las demás naves no pueden ayudarnos, sus velocidades son más de dos mil kilómetros por
hora, y aumentando, estamos atrapados y la nave no encenderá los motores a menos que
introduzcan los códigos.
¿quien tiene los códigos, El capitán ?
—no el fue a buscar ingenieros, los informes...
¿que informes ?
A la oficial Donoso por medio de una llamada de oficiales de otra nave le destinaron informes
que aclaraban como mensajero a Vladimir Cooper como hombre de confianza para compartir
con los demás al mando de la nave, los códigos, que en una emergencia, la computadora del
reactor solicitaría, y sin estos códigos jamás encendería, para suerte del destino Cooper quedó
herido de gravedad, esto fue como un baño de agua fría para la oficial, quien de inmediato
sufrió un ataque de pánico, no atendía con claridad, y su comportamiento no era normal, en su

cabeza había sufrido un gran shock.
¡Muy bien Sousa!
Soler se presentaba ante Sousa un poco decepcionado, intrigado, se levantó de su silla en el
comedor y el ex general manifestó unas cuantas ideas.
—Muchacho me uniré al escuadrón de búsqueda—
—Si lo encontramos él me dirá mucho más, frente a Dos Santos toda la verdad—
El anciano paró sus orejas y saltó de alegría sobre su silla
¡Entonces qué esperamos!
Tres semanas después...
Lily y Jhon llegaban juntos tomados de la mano a la bodega donde dejaban los autos a buen
recaudo, evitando que las tormentas no les cause ningún daño, se habían tardado tres
semanas en reparar una docena de autos en un ocasión algunos tiraban la toalla, y ese auto
abandonado lo apadrinaba alguien más interesado en la gran carrera. la nostalgia la
desesperación y el dolor que les causaba saber que están atrapados en la Tierra todas estas
ideas negativas se habían apaciguado con esta locura de correr los autos, Jhon era un caso
aparte está emocionado pues era el más excitado por la carrera, pues se dijo así mismo si esa
era la última vez que correría detrás del volante antes de que todos se vuelvan locos por los
recursos de la nave, cuando estos escasean después de un tiempo pues el despertar del
científico llamado Cooper era una esperanza agotándose.
En una noche después de la tormenta eso como a las veinte horas y dieciocho minutos
exactamente, Jhon invito a Lily a comer bajo las estrellas, la tormenta despejaba el cielo
nocturno de la contaminación pues una gran dona nubosa se formaba alrededor de la nave
dejando un inmenso y perfecto hoyo para apreciar el cielo nocturno, hace mese atrás cuando al
joven Ekans se le asignó de ayudante para reparar el casco de la nave, un dia los trabajos se
retrasaron y estos tardaron hasta que anocheció, entonces aquel dia jamas olvido, La
enfermera Lane no se esperaba que Ekans le simpatizaba la astronomía. aquella noche ambos
como roedores escurridizos se burlaron de los Supervisores y llegaron hasta un acceso en el
último piso de la nave, este los dirigió hacia una especie de bodega había toda clase de cosas
maquinas, taladros gigantes y cierras, cables y arneses, sogas y mucho polvo, detrás de todo
esto una escalera inclinada a unos setenta y cinco grados con respecta la horizontal, Jhon
tomaba de la mano izquierda la mano derecha de Lily mientras con las manos desocupadas
llevaban bolsas en vez de canasta para el pequeño picnic, en estas ridículas bolsas llevaban
carne de soya, pan sin leudar y unos cuantos granos en barra, y jugo de uva en funda. Cuando
el ascenso de la escalera culminó,una escotilla detuvo sus pasos Jhon la abrió y ambos
salieron a la intemperie, el cielo era maravilloso y lilY quedo sin palabras, sin la contaminación
lumínica de la ciudad, (sus luces) el cielo estaba totalmente descubierto, casi se podía apreciar
a simple vista la vía láctea o uno de sus brazos para ser específicos, la cantidad de estrellas
parecían una gran ciudadela plagada de luces led, o un montón de luciérnagas espaciales a
millones de kilómetros, Jhon se acostó en el casco de la nave y pidió a LIly que lo acompañe
ella lo imito y sacó una gran frazada de su bolsa pues empezaba a sentirse el frío de aquella




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