La carrera del fin del mundo

Un casco con flores púrpuras

Cuando Lily estuvo la última vez en la gran bodega de la nave un casco le llamó su atención,
posiblemente para uso de autos exploradores para Marte, Lily se adueñó de este, y lo llevó a
su habitación.
Un día se dio cuenta que estaba allí sin más, y una idea se le vino a la mente.
Jhon no daría su brazo a torcer y no dejaría la carrera, el casco sería un presente por parte de
Lily, al decorarlo con mucha paciencia se había olvidado que justamente la carrera era el
motivo de todas sus discusiones.
—¿Ahora le daré algo para la carrera ?—
Ya había terminado, el casco de carreras fue adornado a mano con flores púrpuras.
Era mediodía y ella decidió ir a la gran mesa para almorzar. En el pasillo se encontró con Jo
Margaret Silva, con cara de pocos amigos, se precipitaron una a la otra, los ojos de Margaret
parecían penetrar el alma de Lily, la enfermera no agacho la mirada la sostuvo, y siguió firme
su andar, cuando ambas llegaron al punto del pasillo donde se cruzaban, los pasos cesaron
cada una giró su cabeza hacia la otra, y un silencio ensordecedor inundó por un momento el
pasillo de la nave.
Silencio que no duró ni un instante, interrumpido por un par de palabras que cruzaron al
toparse ellas soltaron al unísono.
—¡Silva! —
—¡Lane! —.
Luego siguieron sus pasos y ninguna de las dos volvió a ver.

Después del almuerzo Lily se encontraba en el pasillo de cara al ascensor, este recién llegaba,
Lane con intenciones de dirigirse hacia el primer piso y salir de la nave, pero sus planes se van
en declive cuando del interior del ascensor emerge nada menos que un tal Esteban Soler. El
supervisor saca una pierna y luego otra, se dirige hacia Lily Lane mientras ella lo ve caminar en
cámara lenta como si el espacio se hubiera ralentizado un instante, la frialdad con la que Soler
se movía parecía congelar el tiempo de una manera macabra. Lily intentó esconder el enorme
casco detrás de su espalda e intentó huir del pasillo lentamente, de pronto Soler le pidió que se
detuviera.
—Enfermera Lily—

¿Por qué no está en su área de trabajo? —Soler la invitó al ascensor— la acompañaré a su
habitación, seguro ya almorzó, hoy no estuvo tan desagradable la comida, la carne seca estaba
menos seca que de costumbre y el agua saborizada con algas deshidratada fue una sorpresa
cuando pregunte de qué pozo habían sacado aquel líquido extraño. Lily interrumpió.
—Con todo respeto supervisor no me interesa...—
Capitan —corrigio Soler— el señor Hudson me ha nombrado el nuevo capitán de la nave ahora
diríjase a mí como Capitán Soler por favor.
Lily estaba estupefacta, en su mente solo pasaba una idea;
O no se volverá más estricto, más pesado y estirado de lo que era, ahora capitán.
Al llegar al piso donde se hallaba la habitacion de Lily, la enfermera con una sonrisa en el rostro
sugirió;
—Suficiente ya puede irse señor Capitán de la nave.
—Basta señorita Lane que es lo que esconde, además de ese casco pintado con flores
púrpuras, ese casco debería estar en la estantería sección cinco de artículos para exploración
marciana de la bodega.—
Lily quedo pasmada no era un tonto con quien trataba, despues de todo el mismisimo Kirt
Hudson lo nombro capitan, seguro por sus capcidades y no por ser estirado, penso.
—Confirmaré el estado de Vladimir Cooper si me lo permite señorita Lane...
Lily no dijo una palabra y abrió la puerta de la habitación, de una sola zancada Soler se
introdujo a su estancia.
La enfermera esperaba fuera de su dormitorio luego Esteban Soler se dirigió a ella que parecía
sincerarse, su voz se escuchaba acongojada, la habitación se transformó en una atmósfera
densa, él dijo;
—Senorita Lily el cuidado de este hombre esta a su merced, que despierte y que lo hizo entrar
en coma tampoco es su responsabilidad, solo cuidarlo y ahora en sus manos le doy el poder de
vigilarlo con mucho más esmero.—
Para Lily esto no era nuevo pero parecía que el nuevo capitán tenía más que decir, Lily atendía.
—Lo que quiero decir es que...—
Soler hizo una pausa se detuvo mudo a contemplar el cuerpo inmobil con respiración artificial y
sondas de Vladimir Cooper, tendido en la cama con sábanas blancas que lo cubrían desde del
el pecho hasta sus pies, los ojos de Soler estaban estáticos enfocados en la respiración de
Cooper, en su mano derecha lily aprecio que se formaba una especie de puño, como si el
capitán estirado le desearía golpear al desvalido de Cooper, Lily pensó.
Señorita Lily —prosiguio Soler— es imperativo que usted vigile a este sujeto, si ve alguna pista
de que pueda despertar, cualquier movimiento de dedos, una ceja, cualquier cosa, debe ir a por
ayuda y avisar de inmediato, recuerde que Cooper es el único que puede hacer andar los
motores de la nave para dirigirnos a Marte.—
—Ahora la dejare hacer su trabajo—
Lily vio que su reloj pulsera marcaba las trece horas y veinte minutos, el tiempo que escogen
Jhon, Martin y los demás para ir a la bodega de autos.
LIly después de asegurarse que el capitán Esteban Soler se ha marchado completamente, se
dirigió de nuevo al ascensor y bajó hasta el primer piso, esta vez con más cautela, la caja
mecánica llegó a su destino pero a Lily aun le faltaba bajar escaleras para alcanzarlos, iba de
prisas de pronto en las escaleras se le cae el casco de las manos y este queda en el suelo por
un momento, luego la enfermera lo recoge y se dirige hacia el gran portón donde encuentra un
disque Jhon Ekans de espaldas.

—Sabia que llegarias, vamonos—
No puedo y no quiero —contestó Lane— es peligroso,en cualquier momento podría...
jhon la cayo con un beso pidiendo en susurros que lo acompañe.
—Quedate conmigo— suspiró Lily.
Jhon contestó; — ven conmigo—
—Esto es para ti—
La chica de ojos grises le obsequió el casco con flores púrpuras y Jhon se lo puso, luego sonrió
y soltó unas palabras.
—Pero no es rally—
—Que es un rally preguntó Lily—
Lo usaré— contestó Jhon—entonces te quedaras aquí, creí que estarías conmigo en la carrera,
—Yo siempre estuve para ti Lily—
—Tengo que cuidar a Cooper solo ten cuidado y usa el casco—
Jhon se alejaba lentamente y en cada paso parecía que se detendría y volvería a la nave eso
pensó Lily pero no. Cuando Jhon ya no era visible en carretera, había desaparecido en la
neblina producida por la inmensidad de la avenida despejada, un estruendo metálico hizo
encoger ambos hombros de Lily cuando se volvió la enorme compuerta de la nave se había
cerrado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.