La carta de Lady Dixon

Capítulo 8

“¿Cómo estás Mae?” Dice Kate entrando a mi cuarto con una cara de preocupación.

El frío de la noche anterior si me afecto ya que hoy estaba resfriada y con un fuerte dolor de cabeza.

“Un poco mejor creo, necesito descansar eso es todo” Le digo tratando de sonreír pero se me hacía muy difícil sentía un gran vacío en mí y sentía miedo no poder recuperar ese espacio algún rato.

“¿Cómo te sientes? Pero me refiero a como te sientes de verdad con lo que pasó ayer. Todos nos dimos cuenta de que algo raro paso ayer entre ustedes dos, sus caras los delataban. Sus miradas tan perdidas en el otro decían demasiado”

No podía guardar todo esto conmigo así que le conté la mayor parte a mi hermana llore demasiado, con un poco de recelo de que mi madre se de cuenta y venga a querer inspeccionar todo lo que ha pasado últimamente.

“Creo que no puedo Kate, me rindo, no quiero ser una carga para él no quiero que tengamos días de dudas solo por mi forma de pensar tan egoísta.”Le digo limpiándome mis lágrimas y tratando de recuperar mi aliento.

“Mae hermana, tú nunca serás egoísta a veces hay momentos en los que uno necesita amarse más que a las otras personas para poder encontrar nuestra tranquilidad, siempre el amor propio va a estar encima de todas las cosas y si tu no te vez casada con nadie, si esa ha sido tu decisión es correcta y debes hacer lo que tu pienses que es mejor para tu salud mental, porque no vas a vivir el resto de tus días martirizándote la cabeza y echándote la culpa por haberte casado.” Me dice Kate en un tono serio que parecía mas mi madre que mi propia hermana.

“Bueno te dejo para que descanses, le voy a decir a mis padres que no te sientes bien y prefieres descansar el día de hoy.” Me dedica una última sonrisa antes de salir de mi habitación.

Con todo lo que me dijo Kate me dejo mi cabeza hecho un rompecabezas, no sé ni por dónde empezar a pensar, me di media vuelta y seguí durmiendo mejor. Perdí la noción del tiempo porque cuando me despierto gracias a la buya de mi madre me percato por la ventana que el cielo se ha empezado a oscurecer.

Mi madre entra a mi habitación haciendo demasiada buya para mis oídos en este momento. A veces a mi madre le gusta sobreactuar todo y llevarlo al extremo, recuerdo que cuando mis hermanos eran pequeños y se enfermaban mi mamá les daba todos los remedios caseros que ella se sabía de memoria, les obligaba a tragárselos a la fuerza y les tenía durante todo el día tomando sopas ligeras para que mejoren.

Nunca llegue a saber con certeza si todo eso les ayudaba pero siempre se terminaban de curar en un abrir y cerrar de ojos. Y al parecer hoy día tampoco era la excepción, ya que tenía en sus brazos un montón de frascos que se trataban de sus mezclas naturales para todo tipo de enfermedad.

“¿Por qué no me dijiste que te sentías mal hija? Ahora te debes tomar todo esto para que te mejores ya verás. Ten abre la boca”

Me da a tragar un liquido verde, abrí mi boca y aguanté mi respiración para así evitar saborear el remedio, después de haberme tragado como cinco remedios en un segundo, mi madre me dio a tomar sopa de pollo.

“Te debes tomar toda la sopa hija, ya verás que con esto te pones mejor” Me dice mi madre acariciando mi cabello suavemente.

“Gracias mamá, por cierto ¿Qué hora es?”

“Son las cuatro de la tarde, has dormido todo el día hija.” La sopa está muy rica y se nota cuando mi madre nos cocina ya que siempre le sale sabrosa la comida.

“¿Qué paso hija ayer con el…”

No le deje acabar la frase a mi madre.

“Nada mamá, ya te dije que no ha pasado nada antes y tampoco pasará nada”

Ya estaba yo muy sorprendida al no escucharle a mi madre indagar en mi vida, no pensaba contarle nada a mi madre, eso es para mí un tema que ya no tiene importancia y cuanto más rápido deje de pensar en todo eso será mejor.

“Hija pero si algún rato necesitas algún consejo de mi parte no te olvides que yo estaré aquí” Me besa mi frente y se marcha un poco triste por la manera en que le hablé antes. Pero es un tanto imposible ser totalmente abierta con mi madre porque ella piensa que las mujeres siempre vamos a pertenecer en las faldas de los hombres y contarle como pienso solo nos hará tener un gran enojo la una a la otra.

 Cuando llegó mi padre a casa me vino a ver a mi habitación hable un buen rato con él ya que podía sentir su preocupación a flor de piel. Pero para este momento yo ya me siento mucho mejor.

“Hija que te parece si él día de mañana me acompañas al trabajo se que te gusta estar ayudando, si mañana te despiertas bien, nos puedes acompañar a tus hermanos y a mí”

Me decía como un tipo de chantaje, ya que él sabe perfectamente que yo puedo hacer cualquier cosa con tal de estar con él trabajando.

“Si padre, ya verás que mañana me despierto bien y me tendrán todo el día en el trabajo.” Dije con mucho entusiasmo dentro de mí.

Se despidió y se fue para su habitación ya que era de noche, después llego mi madre de nuevo a darme más remedios caseros, después vino Marian y Winston a ver si aún seguía viva y al último vino Warren. Apenas entro me dio un fuerte abrazo, como queriendo confirmar que yo aún estaba viva.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.