Se encontraba en el columpio balanceándose a sí mismo con los píes en el césped. Sabía que era tarde, también sabía que era sábado y que todos estaban de fiesta. Podía oír la música desde dónde estaba.
Y agradeció que no hiciera frío porque sino no estaría a altas horas allí.
Oyó risas que venían acercándose, y pudo divisar que unos dos chicos -completamente borrachos-, estaban intentando caminar por el asfalto.
Acercó su cabeza como si eso hiciera que los viera mejor. Pero logró hacerlo y pudo ver que era Matt y Allison, el cual, se encontraban riendo y casi cayéndose en el suelo de lo borracho que estaban. Alex se quedó allí porque no estaba tan lejos y podía verlos bastante bien.
—¡Maaaatt! —dijo Allison arrastrando las palabras completamente borracha—. ¡Teeee quiiiiero! ¡Muuuchiiioooo!
—¡Yooooo tambiénnnnn!
Luego, Allison con los brazos hacia el cielo, exclamó emocionada:
—¡Me gusta Matthew! ¡Mucho! ¡Muchooooo!
—¡Sí! —festejó Matt con ella—. ¡Te gusto, te gusto, te gusto!
Alex abrió los ojos más grande de lo normal, y negó con la cabeza. Qué par de tontos.
Se sorprendió cuando Matt tomó de la cintura a Allison para saborear sus labios entre los suyos. Parecían devorarse. Alex hizo una nueva de disgusto y se rascó la nuca algo incómodo.
Lo que uno debe enterarse, pensó el castaño.
Unos de ellos abrieron los ojos, y Matt pudo ver a Alex y se apartó de Allison rápidamente como si hubiese cometido un error.
Alex no estaba enterado de nada así que no sabía muy bien el por qué ellos estaba actuando como si, el estar juntos, está mal.
—Mira allí —señaló Matt—. Hay un chico.
Allison volteó a mirarlo. Y Alex se levantó para marcharse a su casa. Ya era demasiado por hoy.
Comenzaron a caminar hacia Alex, mientras éste caminaba por la acera muy apresurado.
—¿Quién eres, eh? ¿Cómo te llamas? —dijo Allison, otra vez arrastrando las palabras—. ¿Aleeeeex? ¿Eres tú?
Matt, dijo:
—No es Alex. Él... debe estar du-durmiendo...
Alex siguió caminando ignorándolos completamente.
—¿Alex? —habló Allison—. Ven aquí... pequeño. Quiero contarte un secreto...
Luego de eso, Alex escuchó que alguien literalmente se había caído, y giró su cabeza para encontrarse con Allison en el suelo. El castaño retrocedió unos pasos para ir a levantarla de allí pero Matt fue más rápido que él y la levantó, bueno, como pudo. Los dos terminaron en el suelo.
Alex negó con la cabeza.
—¡Allison! ¡Allison! ¿Estás muerta? Amiga, levántate. ¡Me hago pis! —le gritaba Matt a Allison, mientras ella estaba casi durmiendo en medio de la acera—. ¡Me hago encima!
Alex quiso reír pero decidió seguir caminando.
Par de infelices.