Había escuchado gritos desesperados antes de desmayarme, el aire abandono mis pulmones cuando esa cosa me cayó encima.
Abro los ojos de sobresalto, miro la oscuridad absoluta, el frío me cala hasta los huesos. En la habitación reina un silencio casi sepulcral, logrando que un escalofrío se aloje en mi columna.
- ¿Hola? –mi voz sale temblorosa, miro a todos lados antes de comenzar a caminar con las manos por delante de mi rostro, para evitar tropezar o pegarme con algo. El suelo se sentía uniforme, no parecía irregular. Un grito me hace dar un salto, comienzo a llorar, sentía ganas de huir de algo que sabía, me haría daño.
Una mano se posa en mi hombro, mi cuerpo se paraliza y cierro los ojos con fuerza, comienzo a rezar para mis adentros. Lloro sintiendo como aprieta con más fuerza, grito y comienzo a moverme para intentar zafarme, abro los ojos gritando, logro zafarme y correr sin importarme la oscuridad.
El aire quemaba mis pulmones, mis piernas se sentían entumecidas, miraba a todos lados sin encontrar nada salvo oscuridad. Una luz amarilla traslucida se hace presente, corro lo más rápido que puedo, cuando estoy cerca, algo tira de mi cabello logrando que caiga de espaldas. Chillo por el dolor, me quejo e intento girar para ponerme de pie, siento como tiran de mi cabello con fuerza, pataleo y grito mientras lucho. Alzo las manos e intento tirar de lo que sea que me sujete y me suelte, cosa que ocurre tras arrastrarme unos cuantos metros. Me pongo de pie y a trompicones comienzo a correr de nuevo, esta vez sin detenerme a pensar en el cansancio.
Estiro la mano cuando estoy cerca de la luz y siento una sacudida, así como el aire entrando a mis pulmones, grito con fuerza y siento que alguien me sostiene antes de desmayarme, de nuevo.
Editado: 05.11.2021