—Michael, ¿cómo es posible que no recuerde? —interrogó categóricamente Gabriel. La mente de Michael estaba completamente difuminada. Los ángeles triádicos voltearon a ver a Agnis, quien se encontraba un tanto distante de ellos a petición de Michael. Agnis los miraba un poco desconcertado, pero, a la vez, retraído. Agnis se acercó a ellos.
—¿Qué está pasando? —comentó Agnis un poco demandante.
—Debemos hacer que recuerde —dijo Raphael fijándose en Agnis.
Michael volteó a ver a sus hermanos.
—Le haremos recordar lo que debe recordar, nada más —declaró Michael.
—Eres Agni: el ser de la llama del fuego del espíritu —Se apresuró a decir Raphael. Agnis dio algunos pasos hacia atrás, un tanto renuente a recordar. De improviso, llevó su mano derecha a su frente, veía unos destellos de luz que le mostraban alegorías reminiscentes, escuchaba voces que le indicaban que las palabras de Raphael eran certeras: sentía que, en verdad, no era humano.
—¿Qué es el pacto del flujo de sangre?
—Debes salvar con tu propia sangre a la deidad regente del sol —respondió Michael tratando de evitar la posible expresión de conmoción que Agnis podría tener. Agnis sintió un gran rocío laminar de nostalgia pasar por sus mejillas sonrojadas. Los ángeles triádicos mantuvieron el silencio.
—¿Quién es? —Estuvo un buen transcurso del tiempo sin respuesta.
—Se trata de Metatrón.
Al escuchar las palabras, Agnis cayó de inmediato al suelo.
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Editado: 06.12.2020