La cascada de los deseos.

Las piedras de Nakú.

En el transcurso de la mañana en Nosferália, los magos oscuros se reunían en la mansión de Fúnebra, la mística y tétrica belleza que representaba a la magia negra de aquella gama de magos, que clasificaban sus artes mágicas por medio de colores y así pretendían representarlas.

 

  -La explosión no fue a consecuencia de un ataque de los inmortales.

            

Dice a los magos que ya estaban listos para deliberar, acomodados cada quien en su lugar en una mesa ovalada.

 

  -¿Por qué asegura, su real malignidad oscura, tal conclusión? –pregunta Emaría el mago de la alquimia.

 

  -Según informes de Lukímia, la ministro de vigilancia del castillo y las murallas, no fueron detectados aparatos tecnológicos o enemigos voladores que invadieran nuestro territorio, ni por tierra, ni por aire, lo que nos lleva a la conclusión de que la explosión fue provocada en el interior del castillo. –contesta Fúnebra.

 

Sánity la magia blanca, alzó su mano para pedir la palabra y dijo.

 

  -Tal vez uno de los sucesos más extraños de esta noche no sea en sí la explosión, sino la intensidad de la misma, ninguna magia conocida causa tal devastación, además de que entre los cuerpos recuperados de entre los escombros no pudo ser encontrado el de la princesa, así que utilicé mi esfera de cristal para ayudar a su ubicación, no logrando una concordancia en la interpretación de lo que veía en la esfera, hasta que entendí que lo que me mostraba era el cuerpo de la princesa, pero no en el sitio de la explosión, si no en alguna parte del cielo en pleno vuelo, lo que significa que no estaba en el castillo cuando explotó, porque se dirigía volando hacia alguna parte.

 

  -La explosión derribó toda el ala este del castillo. –interrumpe Zerpi, la magia roja. -Y por la firma de destrucción en forma de aro que dejó, me atrevo a asegurar que alguien utilizó última de Nakú.

 

  -¡Eso no ha sido posible! –replica Emaría. -Para invocar última de Nakú se requiere un conjuro hablado en dragón más las piedras de Nakú, y las únicas que quedan están resguardadas en el castillo Stoker, los dragones ni siquiera saben que nosotros las tenemos.

 

Venena, la pequeña mujer que representaba a la magia verde, se puso de pie sobre su asiento para preguntar.

 

  -¿Están seguros de que fue última de Nakú la magia que devastó el castillo?

 

  -Seguro no estoy. –contesta Zerpi, descubriendo su horrible rostro quemado. -Pero eso es lo que me dicen los restos de la explosión.

 

  ¡Silencio todos! –dice Fúnebra para retomar el control de la conferencia. -Según Zerpi la explosión fue a causa de una última de Nakú, según Emaría, se necesita un conjuro hablado en dragón y las piedras de Nakú para invocarla, si descartamos la posibilidad de que el ataque haya sido perpetrado por los inmortales de Alcalá y de qué no fue uno de los dragones, entonces nos queda mi versión, la de que la explosión fue provocada desde el interior mismo del castillo, ya que la firma que dejó el aro de destrucción, marca el epicentro de la explosión en el centro del castillo, de acuerdo a los informes de Lukímia ninguno de nuestros enemigos se acercó anoche, la cuestión ahora es; ¿Quién fue?

 

  -De las muchas veces que he visitado la libroteca del castillo. –dice Emaría después de pedir la palabra. -Varias me he encontrado a la Princesa en el área donde se almacenan los libros de magia, precisamente en una de las ocasiones que me la encontré me di cuenta de que estaba leyendo el libro de Nakú, que como ustedes saben fue el dragón mágico más poderoso de toda su historia, yo entiendo algo de dragón pero mis conocimientos en esa lengua no me son suficientes como para invocar un conjuro, ni interpretar las runas, le pregunté si ella podía entender dragón y me contestó que no, que si traía ese libro era porque le gustaban sus dibujos y buscaba uno de artes, la cuestión es que fueron varias veces las que la descubrí leyendo ese libro y como está escrito en dragón, significa que Lilth puede leer en dragón, y posiblemente lo hable y como las piedras de Nakú se encuentran almacenadas en las catacumbas del castillo, es muy probable que haya sido ella la que haya causado la explosión por accidente.

 

  -¡Acepto tu versión magia amarilla! –interrumpe Fúnebra. -Con lo que dices y lo que dijo Sánity, refuerzo mi teoría de que la explosión fue provocada en el interior del castillo y en resumen, la conclusión final sería que la Princesa descubrió en el libro de Nakú el hechizo para invocar última de Nakú, como tiene libre acceso a todas la áreas del castillo, fácilmente pudo obtener una o varias de las piedras de Nakú, y si no fuera porque no se han encontrado sus restos y Sánity la vio en su esfera de cristal volando hacia algún lado, yo diría que la explosión fue un accidente, pero no, está claro que fue provocada, la pregunta es: ¿Por qué y para qué?

 

  -Esa pregunta tendrá que contestarla el rey Vlad. –dice Venena. -Ya que no es la primera vez que la Princesa Lilth lo mete en problemas, y él más que nadie conocerá el motivo que la orilló a volarle medio castillo.




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