Tarde varios días en recuperarme, cada día que pasaba era un dolor terrible, ver a Sullivan quedarse junto a mí y no moverse, tomarme de la mano y hablar consigo mismo, criticándose cada parte que había dicho, se preguntaba constantemente si estar conmigo era un error.
—Paula Willmap—fueron las únicas palabras que dijo al verme sentada en la cama, mientras llegaba, ya que él se había ido a comer algo, muy pocas veces se levantaba a pesar de la insistencia de Alex que saliera a agarrar sol o a comer
— Hola, ¿Cómo estás? – me costaba mover cada parte de mi cuerpo pero lo bueno era que lo podía hacer
— Yo muriéndome por ti— sonrió, pero luego desvió la mirada como si hubiera dicho algo de malo – Disculpa, no te he preguntado ¿Cómo estás? – me tomo la mano para ayudarme a levantar, haciendo que se me cayera la sabana y dejara ver que estaba en ropa intima
— ¡Ups! Yo… bueno yo-o-o-o me voy — tartamudeo como viendo algo indebido — hare algunas cosas, pero antes una pregunta ¿debo acostumbrarme a verte de esta forma? – Apenas me miraba, buscaba esquivarme de cualquier forma—
— ¿A verme como Sullivan?, soy la misma, la misma con la que te acostaste la otra noche, la misma que nunca ha dejado de amarte a pesar de las circunstancias – por alguna razón su comentario me alteró, después de entregarme a él y me decía que no me quería ver así « ¿Qué demonios le pasaba?»
— Paula, relájate, antes de afrontar cualquier criterio en mi contra mírate en un espejo y me dirás si tengo o no tengo razón ¿vale? –
Corrí acercándome al espejo que había en el baño y me mire, quede perpleja «Oh por dios me parezco tanto a Blair, cualquiera que me viera diría que soy una ninfómana como lo es ella» me dije a mi misma mientras tocaba cada rincón de mi nuevo cuerpo, no había duda había cambiado, tenía unos exagerados senos, además de que el cabello me había crecido demasiado, parecía a rapunzel pero con aspecto de puta sin ánimos de ofender a aquellas mujeres, mis ojos eran de colores cambiantes, apenas había llegado al espejo habían sido verde agua y ahora eran grises, mi piel era aterciopelada, muy suave y mis manos parecías algodones.
--¿Ahora entiendes lo que te digo, Paula?—Sullivan estaba atrás de mí, apoyando sus manos en mis hombros – No te lo niego te ves más preciosa de lo que ya eres, pero es un cambio muy repentino – susurró a mi oído
— ¿Qué me paso? – Sullivan me abrazo por la espalda y pude sentir sus emociones a la perfección, él me dijo que quería estar un rato así abrazado conmigo, cerró sus ojos y suspiró, mientras yo sentía su corazón palpitar y hacia lo mismo carrar mis ojos para respirar y poder asimilar todo.
Para cuando abrí los ojos estábamos en una pradera, llena de manzanos y de arándanos, el cielo estaba tenue y una inmensidad de nubes cubría la zona
—Sullivan, abre los ojos—me separé de él mientras sonreía al mirarme
— ¿Sabes que estar en este lugar, contigo y verte semidesnuda sin que haya nada ni nadie que nos perturbe es muy provocador? – me ruborice al instante
— Idiota, ¿tú nos trajiste acá? – le aparte de mi lado, mientras él venía en son tentador
— Paula ¿Cómo te voy a traer acá si no tengo poderes?, además ¿quién es la guerrera de luces tú o yo?, ah cierto, ya recuerdo, es que yo soy el qué botó lucecitas de mis manos – me hablaba con ironía, sonriendo y recordándome mi vaguedad de conocimiento, ante ser guerrera de luces
— ¡Ok! ¿Entonces según tú, fui yo la que nos traje acá? y ¿para qué nos traería a ti y a mi nada más?— le mire molesta
— Eso no sé, no me he metido en tu mente para saber qué cosas perversas has pensado—Sonreía con malicia
— YO NO PIENSO EN COSAS PERVERTIDAS ESE SERAS TU—seguí caminando con la intención de poder salir de allí, nuevamente estaba en un mundo desconocido
— Paula, pero no te enojes, solo estaba jugando ven y encontraremos la salida si estamos juntos será más rápido ¿No crees? – Me alcanzó y me tomó de la mano – siempre los dos juntos – me repitió muy cerca de mí
— Sullivan no sé porque nos traje acá, te lo juro
— No importa si estamos aquí o en Traghus o en el peor de los casos no importa si volvemos a GoldenTwon mientras todo sea contigo estará bien—
– Sullivan, ¿cómo es posible que estemos acá, en estos momentos juntos tomados de la mano y nada haya pasado? – sonreí mientras me sentaba en la grama
– Porque simplemente nos amamos y definitivamente estábamos predestinados a estar juntos — «siempre» habló muy despacito y me abrazo mientras jugaba con mi cabello
– ¿Estábamos predestinados? ¿Cómo es eso? Es decir, que tú ya sabias que estaríamos juntos ¿o me equivocó? – me sorprendi un poco ante tal afirmación
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Editado: 29.03.2019