La Cazadora

Un día realmente extraño

Me dispondré ahora a decirles quien realmente soy en este pueblo y qué papel juego en esta cotidianidad de gente que me cree un bicho raro. Era un día normal y corriente, llegó el Profesor Charles García y comenzó a dar su clase, abrí mi cuaderno sin prestar atención a lo que decía y me puse a imaginar ¿Cuál sería mi próximo libro por leer?, La lúgubre historia de Stephen; me dije a mi misma - susurrando para que el profesor no me viera- el profesor estaba pasando la lista cuando de repente en mis pensamientos de libros escuche que alguien dijo mi nombre

 Willmap Paula -lo repitió dos veces- Willmap Paula

 WILLMAP PAULA!!! –Gritó-.

PAULA!!! – de nuevo escuche, sabía  que me estaban llamando, alcé la mirada y era el Profesor García, mirándome y refunfuñando no sé qué cosas;  le miré y le dije:

Dígame profesor – apenas miré de reojo su cara

¡¡¡Solucione el problema en la pizarra inmediatamente!!! – Dijo con una voz alta casi gritando, me levanté,  tomé un marcador e hice una especie de rayas, me devolví, me senté y le mire retadoramente-

Listo – dije – Si usted sabía que no le estaba escuchando para que me manda a hacer algo que no se – Finalicé con voz altanera.

Cambie de actitud Señorita Willmap O….

¿O que profesor? – Esta vez le mire a los ojos sin gritarle pero si con mucha potencia en la voz-

¡¡¡A DIRECCIÓN INMEDIATAMENTE!!!! – gritó fuertemente mientras yo salía dando trastos a las mesas… “En toda mi vida como profesor, es la primera vez que una alumna me grita y me mira de tal forma como si me odiara, ese rencor algún día le hará daño” ... susurro entre dientes “Los chicos de hoy” dijo, prosiguiendo a dar su clase

Me dirigí a dirección, eran dos pisos abajo, con mi mochila en hombros y el libro “El Amo del Juego” en manos me dispuse a bajar, leyendo me tropecé con unos cuantos chicos y chicas, eran cerca de las 9:45am estaba lloviendo y muy nublado, ya en la sala de espera de dirección me quedé observando la ventana en como se escucha repiquetear la lluvia y como parecían lágrimas al deslizarse, cuando de repente surgió en mí una extraña pregunta ¿qué se sentirá ser gota de lluvia? nacer en una nube y en cuestión de segundos caer por la gravedad y morir en el suelo…. recapacité un largo rato y me adentré de nuevo a mis pensamientos,  haciendo mientras algún pequeño dibujo detallado de dragones.

Paula Willmap – dijo la secretaria del Director- Te está esperando adentro, pasa añadió-

Entré a la habitación, se veían desordenados los estantes, pero su escritorio era muy pulcro, tenía en la mesa un cajoncito lleno de lapiceras y correctores, una máquina de escribir ya vieja, un tinte de huellas, la pirámide con su nombre donde se leía “Director Augusto Westernon” era un señor regordete de unos 53 años, muy elegante con un paltó negro, corbata azul oscuro, camisa de vestir azul celeste, piel azabache y ojos café oscuro, con un tono de voz muy grueso me dijo:

Dígame señorita Willmap ¿qué la trae por acá? – habló con un tono muy agradable-

Me envió el Prof. García director, porque en clases no estaba prestando atención por lo cual me mandó a solucionar un problema en la pizarra,  no lo solucioné sino que tuve una ligera disputa con el profesor- dejé ver una sonrisa cortada-

Ayyyy!!!! Y ¿por qué usted se comportó de tal manera, señorita? –Me miró con firmeza-

No lo sé, simplemente no sabía que contestar y como me importa poco lo que pasa en este mundo destruido, arruinado por gente insolente que pretende ser más que otras personas, comportarse de una manera autoritaria y sin un vínculo didáctico con el alumnado pues hice lo que mejor me parecía. –Dije afincándome en la poca importancia de la educación en estos tiempos

Muy bien, señorita Willmap, lo tomaré como una falta grave, si usted vuelve a cometer este error será expulsada inmediatamente de esta honrosa institución – me dijo en tono muy enojado

Está bien – fue lo único que respondí tome el memorándum, lo metí en mi mochila me levante hice un gesto con la mano de despedida, de hecho fue el gesto más sarcástico que hice en toda mi vida y me alejé de aquella universidad y de aquel momento incomodo

Salí de la universidad, todavía llovía eran las 11:00 de la mañana, prorrumpí hacia el estacionamiento me estaba mojando y el coche no abría, de pronto la llave funcionó, metí la mochila, cerré el carro con las llaves en mano me tiré al suelo, caí sentada en la acera y sentí completamente como la lluvia caía en mi rostro y se desvanecía por mis pómulos junto con mis lágrimas que se unían en un llanto amargo en el que parecía que mi vida estuviese condenada al fracaso y vagar eternamente en un mundo en el cual mi pensamiento y mi cuerpo era rechazado por el mismo.




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