La Cenicienta del Barco

Capítulo 18

Luego de haber dejado Alexa en su casa fueron a un restaurante elegante y reconocido. Cuando entraron buscaron su reservación. Estaban en una mesa que les daba suficiente privacidad. Hablaron sobre lo que habían hecho durante todo este tiempo.

-Natalia- dice Harry con ternura y ella gira a él- eres una persona muy importante en mi vida, sé que apenas nos estamos reencontrando pero quiero que tengas presentes que te amo como a nadie en el mundo- confiesa- por eso quiero proponerte a salir- culmina llevando su mano a la mejilla de Natalia acariciándola con ternura

-Harry lo que has dicho me llega al corazón y para serte sincera me dejas sin palabra-comenta nerviosa- acepto salir contigo ¿Te parece desayunar juntos?-propone Natalia con las mejillas sonrojadas

-Por supuesto a las 8:00 am- agrega

-Bien- susurra Natalia

 

Pasaron las semanas y todos los días salían juntos. Una mañana en la cafetería de siempre estaban los dos desayunando tranquilamente.

 

-Natalia- él deja su café a un lado- tengo algo que preguntarte- le traen el desayuno, Natalia visualiza sus panqueques unas palabras que la dejan estupefacta- ¿Quieres ser mi novia?- pregunta nervioso entregándole un ramo de rosas

-Si- contesta alegre lanzándose a sus brazos y dándole un beso apasionado

 

A partir de ese momento salían con más frecuencia a restaurantes, bares, entre otros.

 

Pasaron 9 meses desde entonces.

 

-Cariño ¿Tienes el equipaje listo?- le dice Harry desde la otra línea

-Si amor, no te preocupes- contesta Natalia con una sonrisa de enamorada

-Recuerda que debemos ser puntuales, el barco zarpa a las 8:12am—le dice

-Lo sé, amor- responde con ternura

-Voy a buscarte- informa- me haces falta

-Está bien- sonríe- tú también a mi amor- confiesa Natalia

-Entonces voy para allá, dentro de 10 min estaré allí- le dice con cariño

-Bien, te espero-dice en forma de despedida- te amo

-Y yo a ti- cuelga la llamada

 

Iban de viaje en barco para visitar a las hermanas en Canadá, Natalia estaba feliz, ya que le había gustado su primera experiencia en el barco y no solo eso, estaba viajando con el amor de su vida, sin olvidar que sube como una pasajera y no como una empleada, eso la hacía feliz porque había logrado muchas de sus metas, durante cinco años de esfuerzo y dedicación.




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