La Ceo/hanna Murphy

Capitulo 2

Hanna

Y el tiempo paso volando como un rayo, Semana Santa estaba cada vez más cerca y mi viaje a New York también, le dije a mi madre que viajaría con Pet y su familia, omitiendo claramente que Kilton Impact como sugar daddy pago todo. Llego el viernes y mi viaje inicio, llevé todo los necesario en mi maleta, ropa para una semana y cosas indispensables, en una mochila de mano coloque mis cosas indispensables como pasaporte y documentos, mi celular, computador, etc. fui al aeropuerto, obviamente en primera clase (gracias Kilton Sugar), llegué a eso de las 5pm, baje del avión, luego de todo el papeleo de aduana y migración pude ir a la zona de salida donde había un hombre esperándome afuera, era un guardaespaldas calvo y con traje, me saludo y me llevo a mi hotel donde al llegar me registre y subí a mi habitación a la cual al llegar me fui a dar una ducha rápida y me fui a descansar, pues mi reunión sería mañana.

Al día siguiente

Era sábado por la mañana, apenas 6:30 tenía ganas de seguir durmiendo, pero mis nervios no me permitían seguir durmiendo, me arreglé con algo sencillo, con un pantalón de lona, una blusa manga larga y cuello alto color crema, una chaqueta de cuero negra y mis vans negros, una bolsa color negra con mi pasaporte, una copia de mi acta de nacimiento y algo de efectivo que me entrego ayer el guardaespaldas (de parte de Kilton sugar obviamente) también me deje mi cabello pelirrojo suelto, un poco de gloss y rímel y ya estaba lista.

Salí de mi habitación, me dirigí al lobby del hotel, en la recepción pedí si podían llamar un taxi, cuándo este llego le di la dirección, llegue y le pague, al momento de ver el edificio quede impresionada de lo imponente que era, un edificio elegante y moderno, era muy grande, con muchos ventanales, con tonos negros, grises y blancos y afuera tenía en grandes letras, Kilton Impact. Me encanto en lo absoluto.

Entre al edificio y me dirigí a la recepción.

—Buenos días, disculpe ¿Conoce dónde está la sala de juntas presidencial? Es que me están esperando— hable amablemente, pero la doña me vio con desdén y dijo:

—Disculpe señorita, en este momento no estamos contratando, le avisamos si hay alguna vacante— mientras me escaneaba con su mirada juzgadora

—No busco una vacante, tengo una cita con Santiago Kilton, mi nombre es Hanna Murphy— dije exasperada, esta doña me está cayendo mal.

—Me daría su identificación— me pidió con falsa amabilidad y burla en su mirada.

—Perdón, soy menor de edad aun no tengo identificación, le puedo dar mi pasaporte— respondí mientras le daba mi pasaporte.

—Está bien, pase adelante señorita, es en el último piso, a partir de ahí le indicaran como llegar— me respondió con falsa amabilidad, una total hipócrita.

Me di la vuelta tranquilamente y con seguridad, camine con la cabeza en alto, estoy aquí por una razón y no le bajare la cabeza a nadie, porque si lo hago se me caerá la corona de reina, por dentro podía morir de nervios, pero no dejaría que alguien me humille y menos esta secretaria hipócrita, nazi para gobernar, no para seguir a diferencia de ella. Y como una reina subí al elevador.

Al llegar al último piso me dirigí a una muchacha, amablemente me dijo que la siguiera, era muy hermosa dudo que pasara los 20 años. Llegamos a la sala de juntas, me pidió que esperará afuera, entro un momento, en un instante salió y me dijo que entrará, pues ya me estaban esperando.

Al entrar observe la sala, había como 10 personas, un señor se veía de 59 o 60 años, destacaba sobre los demás que no pasaban los 20-35 años. El mayor del grupo me pidió que me sentara en el único asiento libre, junto a un muchacho muy amable.

—Buenos días, me llamo Hanna Murphy, me han citado el día de hoy a esta reunión—hable de la manera más educada y neutra que podía, pues mis nervios estaban por las nubes. Y muchos de los vejetes presentes me observaban de una forma que no me gustaba, unos con burla otros con molestia y algunos con aburrimiento, unos idiotas totales.

—Buenos días, señorita Murphy, mi nombre es Santiago Kilton, me he estado comunicando con usted en los últimos días — me indico un joven de manera muy amable, he de admitir que era muy guapo; dudo mucho que pasara los 25 años, y Santiago continúo hablando.

—Como le he indicado ha habido un problema entre su empresa y la nuestra, esto debido a que un contrato que está a pocas semanas de vencer, lo cual ocasionara grandes pérdidas tanto a Kilton Impact como a Murphy’s Group. — dijo con una expresión seria.

—Entiendo la situación, pero como le informe, desconocía la existencia de esta empresa hasta el momento donde me contacto, por lo mismo le pedí que agendara una cita con el abogado de mi padre, todo esto es muy confuso para mí, hasta el momento donde tome poder sobre toda la empresa podre tomar una decisión clara, en caso contrario no podré firmar nada sin la asesoría de mi abogado. — Respondí con confianza en mí misma, no dejaría que un grupo de empresarios me vieran la cara de tonta, podría ser apenas una niña de 16 años, pero seguía siendo hija de Esteban Alejandro Murphy,

—Buenos días, señorita Murphy, me llamo Diego Kilton, presidente de Kilton Impact, veo que ya conoce a mi hijo Santiago, el vicepresidente general, quien se contactó con usted. —hablo mientras señalaba a Santiago— si bien no puede firmar por ahora, le podremos explicar de que trata el negocio. —procedió a explicarme cada detalle.

Luego de un rato escuchando al Señor Kilton —bien, creo que ya se por dónde van los negocios, más hay algo que no me agrada ¿Por qué ustedes obtendrían el 70 porciento de las ganancias?, eso no me parece muy justo para mi empresa, además de representar perdidas, aceptaría si fuera un 60-40 a favor de mí empresa y un contrato de 5 años más, al final ustedes son una empresa de publicidad, el negocio es más para ustedes que para nosotros. Solo digo que de haber un problema se podría buscar otra empresa publicitaria que acepte términos más beneficiosos, pues para ustedes el perder el contrato con nuestra empresa representaría una pérdida económica considerable, y no queremos eso —dije en un tono serio y mirada inquisitiva, pude notar la sorpresa en la cara de más de uno en la reunión, no creo que se esperaran mis palabras, debieron creer que sería estúpida o algo así, no saben lo que les esperaba, no por nada siempre les gane en las conversaciones a mis compañeros de clase, pero supongo que en este momento debí sonar como una persona de negocios con mucha más experiencia de lo que tenía. El señor Kilton hablo con una sonrisa irónica, estuvo un momento en silencio, perdido en sus pensamientos, luego de un momento hablo:



#495 en Ciencia ficción

En el texto hay: traicion, ceo, trilogia

Editado: 11.05.2025

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