Alex
Me había despertado un poco más tarde de los usual, era lunes, un lunes diferente pues al ser pascua había lugares interesantes para visitar. Desde ir a parques para participar en búsquedas de huevos, museos con actividades interactivas y la fiesta de sombreros y birretes en la quinta avenida.
Pero antes de poder ir a participar, tenía que avisarle a Hanna la hora del vuelo. Ha decir verdad, no recordaba a qué hora era
Agarré mi celular, estaba al lado mío en la cama, entre al sitio web de la aerolínea, “el vuelo es a las 6pm, con una duración estimada de 4 horas” que bien pensé, no era mucho tiempo de vuelo.
Entre a WhatsApp, al contacto de Hanna.
Hola Hanna, buenos días, nuestro vuelo es a las 6PM, para que estes lista antes, y pueda irte a traer.
Está bien, nos vemos más tarde, gracias
Está bien, nos vemos.
Luego de avisarle la hora del vuelo, me levanté de mi cama, fui rápidamente a la cocina a prepararme algo de desayunar, “quizás huevos con tocino.... O mejor cocino panqueques.... tal vez pido algo para comer... No sé, no me decido”
Al final, solo cocine huevos, tocino, una taza de café y una mandarina para mi desayuno, estuvo delicioso.
Paso el tiempo, decidí ir a visitar algún museo o ir a la quinta avenida, antes de ir a trabajar, porque era pascua, siempre tienen alguna actividad bonita en estas fechas.
Llegue al museo más cercano, y era tal como me imagine, lleno de carteles y actividades para que los peques y no tan peques se diviertan; desencajaba un poco con el tono alegre, pero qué más da, el niño de adentro nunca se pierde.
Fui también a la quinta avenida, eran recién las 10 de la mañana, había decidido quedarme dos horas y salir justo al medio día, luego de eso, es casi imposible salir.
En el poco tiempo que estuve, muchas personas con trajes hermosos y elaborados los mostraban con tanta elegancia y caos. Fue hermoso.
Ese día, fue maravilloso; busque huevos de pascua junto a otros padres, era raro, era de los pocos adultos que no tenían hijos y estaban ahí, y por último en la cafetería estaban vendiendo comida, con temática de Pascua. Obviamente compré un poco y la comí feliz como una lombriz.
Vi mi celular y ya faltaba media hora para que sean las dos de la tarde
Volví a mi casa, me puse mi traje y corbata de color azul rey; me arreglé, desodorante y colonia.
Subí a mi querido auto, lo encendí y con gran disfrute, escuché con deleite como el motor hablaba, y, me daba a entender, que esta gran maquina automovilística, estaba viva y dispuesta a llevarme a mi trabajo otra vez.
Salí de la cochera de mi casa, rápidamente me dirigí a la empresa, saludé al guardia de seguridad y me dispuse a trabajar en otro productivo día de trabajo.
Tomé el ascensor hacia el penúltimo nivel, con energía entre a mi oficina, “un día de llenar papeles me espera” pensé con cierta alegría y algo de aburrimiento.
Estaba algo aburrido, pues, aunque había llegado más tarde de lo usual, no importaba mucho a ciencia cierta.
Mi día laboral se resume en: organizar y revisar contratos de trabajo; coordinar las acciones de mis ejecutivos y equipos de trabajo; hacerme el wey a la hora de comer.
Me mantuve así por 3 horas, fue un día corto, ya que en una hora tenía que ir a por Hanna.
Salí de mi oficina, fui a mi automóvil y conduje hacia mi casa, tenía preparada una maleta llena de ropa para el clima cálido de México, en una de esas íbamos a alguna playa, saque otra maleta, en esta pondría objetos de valor, era más pequeña que la otra, pero tenía; cargador extra, objetos de aseo personal, un par más de ropa interior y calcetines y un botiquín de primeros auxilios; ya me había visto las películas de destino final, nunca se sabe.
Cuando salí de mi casa apenas eran las cinco con treinta minutos, llame a su número y le comenté *Hanna, ya voy de camino a tu hogar, llego en 15*
Hanna *está bien*
Llegue a casa de Hanna, tarde 5 minutos en salir, subió a mi auto y nos fuimos al aeropuerto.
Alex — ¿y bueno... que tal el día? — le pregunte de camino al aeropuerto, para no estar mudos.
Hanna — —