La Chica De Las Nubes

Capítulo 17: Fiesta del horror (Parte 3)

 

Fiesta del horror (Parte 3)

 

Divague un poco en busca de Spencer, no lo encontraba por ningún lado, o quizás no lo estaba buscando correctamente.

 

Siendo sincera, no quería encontrarlo, no quería verlo, no quería hablar con él, pero tenía que hacerlo.

 

Una vocecita en mi cabeza me decía constantemente que no debía de obedecer a Marissa, que no debía hacerlo, que nosotros estábamos bien, que necesitaba a Spencer en mi vida, que no podía dejarlo. Pero...

 

Pero no lo hacía por Marissa, ella había reafirmado solo una idea en mi cabeza. Yo no me merecía a Spencer, no había hecho nada para merecerlo. Él era siempre quien me buscaba, él era quien me coqueteaba, él era el único que se esforzaba, pero yo..., por más que lo intentara no podía, había algo que me impedía actuar de la misma manera, y eso no significaba que no lo quisiera, como lo hago.

 

Lo quería más de lo que me atrevía a reconocer.

 

Pero no podía estar con él. Simplemente no, no funcionaba, yo no funcionaba, estaba rota; y él no tenía por qué cargar con algo roto, no tenía por qué soportarme y aguantarme.

 

Probablemente las palabras que le diría, le dolerían mucho, pero podría salir de eso, lo sabía, era Spencer. Spencer era un luchador, a pesar de las dificultades. De eso me había percatado ya hacía un tiempo.

 

Él era todo lo que estaba bien, y yo... solo era yo, y nada bueno había dentro de mí o por lo menos nada bueno para él.

 

La música seguía sonando a todo volumen, mientras mi vista seguía buscando al dueño de esa sonrisa tan radiante, al chico de los ojos color avellana, y de pelo rubio oscuro que fácil podría pasar por castaño. Lo busqué desesperadamente tratando de no hallarlo, pero lo encontré. Sentado en el piso mirándome a mí con diversión, sonrió como solo él sabía hacerlo, y se puso de pie dispuesto a acercarse a mí.

 

—Titi—canturreó—. Te estuve buscando ¿Dónde te habías metido?

 

—Necesitamos hablar —fue lo único que pude articular con firmeza.

 

—Mmm... hablar, suena a algo bastante malo, aunque no lo creo, contigo nada puede ser malo, mi querida chica de las nubes —intento pasar su brazo por mis hombros y lo aleje de inmediato, Spencer puso una mueca de confusión y se me quedo mirando.

 

—Estoy tan cansada de tu papel de payaso, tomate las cosas con algo seriedad ¡Por dios!

 

—¡Eh! Tranquila Titi ¿Qué ocurre? —pregunto más sereno.

 

—Que necesito que hablemos —bufe.

 

—Vale, hagamos eso, si quiere podemos salir de esta fiestita e ir a un lugar más tranquilo, y me cuentas que te ocurre, si eso es lo que quieres, y si no, podemos quedar juntos y en silencio ¿Vale?

 

—No es necesario, solo sígueme —me di la vuelta de inmediato y me mordí la mejilla interna tratando de contener las lágrimas sin que él me viera.

 

Camine en línea recta, hasta salir al mismo lugar a donde me había llevado Marissa momentos antes. Me quede quieta de espalda, no me atrevía a voltear, no quería tener que ver su rostro cuando dijera lo que tenía planeado.

 

—Lo siento —murmuré—. Lo siento tanto, en serio.

 

—¿Eh? ¿Qué sientes, Tatiana? —pregunto con la voz temblorosa.

 

Escucharlo referirse a mí por mi nombre, lo cual nunca hacía, me causo miedo y terror. Mi cuerpo se estremeció por completo con solo escuchar su voz entonando esa palabra.

 

—Siento... —recaude todo el valor que podía y volteé, él se había ganado el derecho de que rompieran con todo esto mirándolo directamente—. Siento haberme acercado a ti solo para vengarme de Marissa.

 

Por la expresión que puso pude ver claramente, como no se creyó ni un poco mis palabras.

 

—Tengo entendido que hoy es día de brujas, no el día de los inocentes —soltó una leve carcajada.

 

—Estoy hablando en serio —solté bruscamente y su rostro vacilo por un momento para luego recuperar su postura poco crédula.

 

—Vale, Titi, me has asustado por un momento, he de admitirlo, pero sé que tú no harías una cosa así, te conozco —dio un paso hacia adelante con una sonrisa.

 

—Spencer, tú no me conoces en lo absoluto —di un paso hacia atrás—. Solo conoces la versión que yo quise mostrarte.

 

—Yo sé de quién me enamore, y no es de una versión de alguien, yo me enamore de alguien real, me enamore de ti —soltó un suspiro y prosiguió—: Yo me enamore de ti con todo tus defectos, con todas tus virtudes, con tus triunfos y tus derrotas, así que no puedes decir que es solo una versión, porque sé que no lo es. Estoy tan enamorado de ti, como tú de mí. Es así de fácil.

 

Las lágrimas se volvieron a acumular en mis ojos, y me obligué a mí misma a desviar la mirada y contraatacar con algo que lo hiciera irse de una vez, no quería que esto se alargara por más tiempo, no podía soportarlo.

 

—Nunca había conocido a una persona tan terca y egocéntrica como tú —solté de golpe— ¿Yo enamorada de ti? ¿Cuándo he dicho eso?

 

—No era necesario que lo dijeras, lo puedo notar justo ahora —murmuró con la voz algo temblorosa, pero intentando mantenerse firme.

 

—Dios mío, en serio quise pedirte perdón por haber fingido algo que no era, solo para vengarme de Marissa, pero así me la pones difícil —dije intentando creerme mi propia mentira.

 

Se quedó callado y bajo la cabeza. Como si tratara de entender lo que decía.

 

—¿Ella te está obligando a decir eso? —cuestionó después de un rato de silencio.

 

—¿Q-qué? —pregunte con la voz entrecortada, temiendo ser descubierta. Marissa me mataría si Spencer se enteraba.



#21915 en Novela romántica
#3644 en Chick lit

En el texto hay: bullying, primer amor, amor inocente

Editado: 04.11.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.