La Chica De Las Nubes

Capítulo 19: ¿Amigos? No hay forma.

¿Amigos? No hay forma

Tatiana.

La forma tan normal en que soltó ese "Hola, Titi" me removió absolutamente todo.

El que estaba parado frente a mí, diciendo ese apodo tan ridículo, era nada más ni nada menos que el imbécil más gran de los imbéciles. Después de no haberlo visto hace no sé cuánto tiempo...

Vamos, sabemos que te lo sabes muy bien, si hasta contabas los días con una tiza.

Como decía... después de no haberlo visto por no sé cuánto tiempo, se reaparecía de la nada y soltaba ese saludo tan amigable, y tan normal en él, que me hizo querer tirarme a sus brazos de inmediato. Abrazarlo como si no hubiera un mañana, y rogarle que jamás se volviera a desaparecer de esa manera. Quería decirle que lo había extrañado un montón, y que no poder verlo todas las mañanas cuando llegaba al colegio, se había vuelto mi tortura personal.

Quería decirle que lo quería, que lo quería muchísimo.

Quería contarle sobre mi día mientras mirábamos las nubes como solíamos hacerlo, que volviera a dedicarme canciones, que me coqueteara sin importarle nada, que me siguiera al baño y luego terminará en dirección, que volviéramos a discutir de esa manera tan linda, quería que volviéramos a ser los de antes. Aquellos que su única preocupación era no ser regañados por un profesor.

La había pasado tan mal esos días que ni siquiera podría explicarlo con exactitud.

Querer venir a estudiar era cada vez más pesado, tener que convivir con Marissa todos los días, aunque ni me prestara atención, aún seguía asustándome. Tener que sonreír en casa para que mi mamá no se preocupara por mí, era costoso. Todo se había vuelto tan monótono y tan aburrido sin él en mi vida, que me sentía vacía, como si necesitara esa pizca de emoción, esa pizca de felicidad, para poder seguir viviendo. Lo necesitaba a él, lo necesitaba más de lo que debería.

Bien dijo alguien hace muchísimo tiempo: "Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde"

Y eso era exactamente lo que me estaba pasando, no me di cuenta de que tanto me hacía falta, hasta que me hizo falta, y no lo digo de una forma del todo romántica, me refiero más a él como persona, como amigo, como lo que sea que éramos. Se había vuelto una pieza clave en mi vida, y sin él, mi rompecabezas estaba incompleto, nada tenía sentido.

Rose se acercó corriendo a mi lado y miro a Spencer algo anonadada, turno su vista de mí al chico lindo de enfrente, repetidas veces, antes de darse la vuelta lentamente y desaparecer entre los demás estudiantes.

Que sutil Rose.

—¿Titi? —Volvió a preguntar Spencer al darse cuenta de que yo no había reaccionado desde su primer saludo.

—Aja, soy yo —conteste aún aturdida.

Spencer se rio. Nadie nunca entenderia lo muhco que había extrañado esa risa ¿Cómo se me pudo ocurrir que podría vivir sin escucharla?—. Claro que eres tú, no me he ido por tanto tiempo como para olvidarte.

Ahora la que se rio fui yo, pero fue una risa de nerviosismo puro. Acababa de decir que no me había olvidado, no había hecho lo que me prometió hacer. Nunca una promesa rota me había hecho tan infinitamente feliz.

—Quería hablar contigo —murmuró separando sus manos de mis hombros. Ni siquiera me había percatado de que me seguía sosteniendo entre sus brazos.

—Ya estamos hablando ¿no? —mi respuesta sonó más a la defensiva de lo que pretendía, cosa de la cual me arrepentí al instante.

Soltó una risa amarga y miro hacia otro lado, evitando mis ojos. Eso dolió—. Digo, hablar de algo importante, en un lugar más... —miro a todos lados como buscando la palabra adecuada—... tranquilo.

El rostro de Marissa y su amenaza volvió a mi cabeza en ese instante, el mismo sentimiento de que no debería aceptar, volvió a aparecer, y la sensación de estar cometiendo un error, otra vez resurgió. Si decía que no, me sentiría mal, pero si decía que si, también me sentiría mal, y no había forma de que pudiera no sentirme como me siento. Era tan confuso...

Al final decidí hacer aquello que me pareció más coherente con la situación, lo cual fue negarme, pero antes de que siquiera lo intentara Spencer metió la mano a su bolsillo y me mostró su contenido. Dos pequeños papelitos rectangulares en forma de tickets se hicieron presentes sobre la palma de su mano, y el recuerdo de la noche más mágica de mi vida, regreso a mí.

 

«—Ok, vamos a esa cita, pero como amigos.

—Lo acepto. Pero dame los tickets a mí. Yo los guardaré.

—¿Por qué?

—Por si te arrepientes, tendré una excusa para buscarte y regresártelo, así que dame—abrió la palma de la mano y la puso enfrente de mi cara.

Resignada, saque los tickets y se los di.

—No me voy a arrepentir.

—Lo sé, solo me aseguro.»

 

—Vayamos a esa cita de amigos que me prometiste —me tendió los tickets, con una sonrisa dibujada en el rostro.

—Spencer... —trate de decir, pero las palabras no salieron.

—Por favor. Me lo prometiste. No quiero nada romántico contigo, si es eso lo que te asusta. Solo quiero que volvamos a ser amigos, si es que alguna vez llegamos a serlo. Titi, solo eso quiero, lo prometo —levanto una mano al lado de su rostro, como quien sella un juramento solemne.

Mi mirada indiferente recayó en ese instante ¿Solo... amigos? ¿Me quería solo para ser su amiga? ¿Me estaba jodiendo?

¿No se supone que eso es lo que querías?

Si... pero... ahora no estoy tan segura. En realidad nunca estuve tan segura de esa decisión.

—¿S-solo amigos? —murmuré tratando de entender esas palabras con claridad, y tratando de descifrar un significado oculto en ellas. Lástima que no lo encontré.

—Sí, seamos amigos como antes.

—Spencer, no —le corté de inmediato y di un paso hacia atrás. 



#21909 en Novela romántica
#3643 en Chick lit

En el texto hay: bullying, primer amor, amor inocente

Editado: 04.11.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.