Le pesaban los parpados, sentía un aroma muy particular, ese olor a…hospital, abrió sus ojos he intentó sentarse pero su abuela la detuvo de inmediato, más la cánula que tenía en su brazo con el suero.
_Tranquila Minerva, tranquila mi querida está todo bien. La abuela Tita la miraba con cariño y preocupación, detrás de ella asomaba su tía Chichita claro con ese sombrero de los tantos ridículos que tenía. _El doctor Argall dijo que solo fue un susto pero estás bien solo por prevención te dejó en observación mi niña…que susto nos dimos-La abuela Tita beso la frente de Minerva y tomó su mano mirando la de esa manera que solo ella podía hacerlo, con un cariño que se le transparentaba en sus ojos grises. Desde que sus padres habían fallecido en aquel accidente en la montaña, ella con tan solo dos años vio cómo su única familia a la madre de su madre y a su tía, la familia de su padre jamás acepto que su único hijo heredero de una de las fortunas más grandes del sur se casará con una “pobre diabla” que encima provenía de un “linaje” de curanderas. Con la muerte de su padre se perdió todo contacto con ellos y tal vez fue mejor.
_Pero estoy bien abuela, ya quiero ir a casa...
_Nada de berrinches Minerva, harás lo que el médico ordene-recalcó la abuela Tita seriamente.
_Así es mi querida…encima el médico es tan buen mozo un Adonis…_Las apreciaciones de la Tía Chichita que como respuesta tenían la mirada más congelante que Minerva conociera de su abuela.
_Le agradezco señora por su cumplido…-El doctor Argall acababa de entrar tomó la mano de la ti Chichita y depositó un beso en ella. Eso hizo que esta casi se desmayara. El doctor Argall sonrió.
_Hola Minerva por lo que se eres compañera de mis hijos Erick y Cecilia_ Minerva lo miró apenas y asintió. _Pues es un gusto conocerte, aunque hubiese deseado que fuera en otras circunstancias, mira creo que sería bueno que te quedes hasta mañana mande hacer algunos estudios y solo por prevenir prefiero que estés aquí._ Minerva miró con temor a su abuela, ella palmeo su mano tranquilizándola.
_Tranquila hija, es solo rutina el doctor ya me explicó, hay otros compañeros tuyos que están en observación también.-Ella sabía cuándo la abuela trataba de ocultar algo.
_Mira, mis hijos también están aquí en observación como otros compañeros tuyos, no te preocupes te trataremos bien.
Minerva bajo su mirada y retiró la mano de la de s abuela ella presentía que ando n andaba bien.
_Hija mañana vendremos a buscarte, duerme tranquila, la enfermera Flor a quien ya conoces cuidará de ti.
_Pero…no puedes quedarte abuela…-pidió Minerva tomando nuevamente la mano de su abuela.
La mujer sonrió, le costó se le notó.
_Por política del hospital no podemos mí querida…
_Estarás bien preciosa, no te preocupes, ya sabes tu luz te protege…-Su tía Chichita siempre le decía eso y era raro pero se calmaba.
_ ¿Beto…?
_Él está bien, mañana lo verás. –respondió la abuela levantándose y tomando su abrigo y bolso. La beso nuevamente en la frente y la miró por unos instantes. Su tía chichita le lanzó un beso mariposa con sus manos enguantadas. Las vio irse y se sintió tan sola. Se acurrucó en la cama y quiso mover su brazo entonces sintió la cánula que tenía, miró el suero, las gotas iba tan lentas, como si se contaran en el tiempo. Cerro sus ojos y la imagen del auto viniendo hacia ellos y la fuerza que salió de ella, lo sintió , sintió como si un rayo atravesara su cuerpo y esa energía se fundiera a través de su mano para detener el accidente. No era la primera vez, no lo era…cuando niños evito que Beto se cayera al río helado, no sabe que pasó pero solo extendió su mano y suspendió a Beto en el aire; lo sorpresivo fue que Beto nunca recordara aquello. Y el día de la eclipse…como olvidar aquello tuvo fiebre todo el día y al esconder la luna al sol su cuerpo pareció brillar en la oscuridad como si todas las estrellas se unieran en ella…Mucho en ella era tan raro, tan sin explicación que se había creído lo que todos le decían “La rara”. Se aguantaba las burlas, las bromas pesadas, la discriminación a diario, pero tenía miedo, tenía miedo porque cuando se enojaba esa fuerza que parecía salir de ella era peligrosa…y no sabía qué le sucedía. Dio un largo suspiro, tomó el control remoto y puso en un canal cualquiera, qué importaba tal vez eso le ayudaría a dormir…
El doctor Argall les pidió a las dos mujeres que lo miraban preocupadas a su consultorio.
_No quiero que nos preocupemos de ante mano, tal vez ustedes tengan una respuesta, pero creo que Minerva tiene un problema cardiaco, hay un latido que no me convence…
La abuela Tita no lo dejó continuar.
_Lo sabemos, posee un soplo, supuestamente desaparecería cuando sea señorita pero eso no sucedió…-La abuela Tita tomó aire y trato de seguir-Nosotras evitamos decírselo porque ella es muy sensible como le dijimos sus padres murieron y ella…en fin díganos.