La chica de los cabellos rojos

La bruja roja.

La tía chichita se sorprendió al verla llegar, abrió la puerta y sin decir una palabra subió las escaleras hacia su habitación.

_Tita creo que tenemos problemas…- dijo siguiendo el recorrido de Minerva.

Doña tita y Chichita se pegaron a la puerta del cuarto de Minerva.

_Minerva puede ser sin dramas y decirnos ¿qué te pasa?, ¿por qué no esperaste a que fuéramos por ti?

_Te lo dije no era bueno dejarla con ese médico…-

_Quieres callarte Chichita-le replicó Doña Tita ofuscada. Temía además que algo hubiese sucedido tal como su hermana predecía. La puerta se abrió, entraron lentamente, Minerva sobre la cama con sus piernas cruzadas y sin sus anteojos, clara señal de lágrimas.

No dijeron una palabra, se sentaron cada una a un lado, doña Tita tomó la mano de Minerva.

_ ¿Aún duele?_ Minerva asintió con la cabeza. -Ya pasará mi niña…como todo, hay un tiempo en que hay que dejar que nos recompongamos sea cual fuere el dolor, el dolor muchas veces nos enseña, nos protege, pero jamás debe detenernos.

Minerva se abrazó a su abuela dejando que ese dolor saliera en miles de lágrimas que tal vez fueran sanando su corazón.

 

El doctor Argall estaba parado frente a su portal. Doña Tita lo miró bastante encrespada y eso no era bueno.

_Entiendo su enojo señora, pero créame solo fue un segundo y ella desapareció…casi por arte de magia…

Doña Tita levantó sus cejas, eso tampoco era bueno.

_Pase Doctor Argall…

 

Le sirvió te en la sala y se sentó frente a él.

_Llame varias veces pero nadie contestaba, por eso creí que venir personalmente era o correcto, además Minerva es una jovencita que debe entender que no puede irse sin autorización.

_Algo debe haber pasado para que ella lo hiciera, mi nieta no es una muchacha rebelde doctor.

_No…quise decir eso, pero ella literalmente se escapó del hospital…

_Doctor_ Lo corto alzando un poco la voz doña Tita._ Creo que a la que se debe una explicación es a mi…mi nieta estaba bajo la responsabilidad del hospital, de usted que me solicito dejarla para unos estudios…

El Doctor Argall bajo su mirada y asintió con la cabeza.

_Tiene razón señora, por eso mis disculpas, y estoy más tranquilo de saber que su nieta llegó bien…

_Se podría decir, solo hay que saber por qué se escapó del hospital…

_Sí, es lo que no entiendo…usted pudo saber algo.

_Ni una palabra.-Contesto de manera cortante Doña Tita. _Ahora bien, quiero saber de los estudios de Minerva ¿pudo determinar alguna cosa?

El doctor Argall tomó un poco de su té y aclaro su garganta.

_En realidad nada para alarmarnos, solo que el pequeño soplo sigue ahí, solo debemos controlarlo, sigo creyendo que es fisiológico, con vida sana y cuidado saldrá adelante.

Doña Tita asintió y mantuvo su mirada en el doctor.

_Ahora doctor Argall dígame la verdad ¿qué busca? ¿Y por qué?

Se sorprendió, nunca hubiese esperado aquella jugada de la mujer.

_ ¿No sé a qué se refiere?

_Lo sabe demasiado bien…porta el sello de la hermandad a mí no me engañará.-Le dijo señalando el anillo.

El doctor Argall jugueteo con su anillo y cerro sus ojos.

_Es un símbolo familiar…

_Doctor!_ Retruco ya enfadada doña Tita y sacó su colgante de entre sus ropas. La libélula de oro. _ ¿Qué busca?

El hombre no se sorprendió, sabía lo que eso se significaba.

_Si Minerva es quien creemos que es…está en peligro.

_ ¿Quién cree que es?

El doctor hizo una pausa de varios segundos.

_La bruja Roja.

 

 

 



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Editado: 26.08.2018

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