La chica de los cabellos rojos

Resucitar

Le costaba respirar sentía que rebotaba en un gran túnel de goma, no podía detenerse, algo la succionaba hacia una luz brillante y cegadora. Cayó en un prado de césped acolchado, lo extraño y que la atemorizó era que ella era muy pequeña, todo allí era inmenso, creía que estaba en el cuento de “Alicia en el país de las maravillas”, pero ni el sombrero loco , ni el conejo relojero estaban…flores gigantes, piedras de diversos colores y esa imagen esa silueta que caminaba hacia ella entre nebulosas y chispas de colores…

_ ¿Mamá?

_Hola mi niña…te esperaba_ Minerva corrió abrazarla, y cómo ese abrazo entre la irrealidad y la emoción de sentir a su madre…

_Mamá…mamá…

_Calma mi niña aquí estoy, pero solo será un momento, debes regresar…no es tu tiempo aún_ Tomó el rostro de Minerva entre sus manos y le dio un beso en la frente, el cabello rojo de su madre brillaba como si miles de estrellas su hubiesen posado en él. _Minerva se que estás confundida, se que crees que tu abuela te mintió, pero todo lo que hace lo hace para cuidarte, eres muy especial porque heredaste un don al cual no debes tenerle miedo…

_Soy una bruja…-dijo entristeciendo su voz…

_Eres una pequeña bruja blanca sí como lo fui yo…

_Soy la bruja roja y creo que eso no es bueno-dijo apretando las manaos de su madre.

Su madre le acomodó uno de los rizos que caía rebelde sobre su frente.

_Minerva tú no eres la bruja roja…pero eres muy importante para gente con buenas intenciones y otros con intenciones muy oscura…en tu sangre está el secreto…yo pertenecía a la hermandad de la luna…yo soy hija de la bruja roja…es tu abuela y las dos nos enamoramos de hombres equivocados, hombres oscuros…tu abuelo y tu padre…ellos eran “Dinamos” pertenecientes al círculo de sangre, los malos…yo sabía la historia de mi madre quien sufrió tormentos por mi padre…y cometí el gran maldito error me enamore de tu padre …un hechicero de la orden del circulo de sangre…y te condene al infierno hija…perdóname…

_No entiendo madre…pero porque yo…soy tan importante…

_Tú al igual que yo llevamos la conjunción de las líneas de sangre…si tu sangre se derrama en el rio de plata se abren las puertas de lo imposible…

Minerva bajo su mirada y cerró sus ojos…

_Tu…

_Yo hice lo que creí que era lo justo, evite que pudieran utilizarme…si una bruja blanca termina con su vida, su sangre ya no sirve…-Lo que Minerva no sabía era que su madre había decidido saltar de la gran montaña al verse acorralada por los dinamos._ Pero logré salvarte y salvar la hermandad y aquí es un buen lugar…

_Pero te extraño tanto-dijo abrazándola y dejando libre sus lágrimas.

_Pero yo siempre estoy contigo…siempre…pero debes cuidarte hija…hay algo que debes saber y tiene que ver con esto-colocó su mano sobre el lado del corazón de Minerva _Tu corazón es frágil y eso se debe a la maldición de la sangre prohibida…y yo no puedo hacer nada para remediarlo…

_ ¿Voy a morir?-preguntó con temor, su madre bajo la cabeza y su mirada se inundó.

_Hija…-la abrazó-No lo sé…no lo sé…pero no es tu tiempo tienes mucho aún porque luchar, confía en los que te miran a los ojos…cuídate mi princesa, yo estaré aquí…te esperaré…

__Mamá…mamá no te vayas…mamá no…_Sintió que su cuerpo se elevaba como si un choque eléctrico la golpeara.

Escuchaba voces como ecos lejanos, sentía la presencia pero no podía verlos.

_Rápido contando, uno, dos, tres, descarga-El doctor Argall manejaba el desfibrilador y sus manos temblaban-Vamos niña vamos regresa._ Miró hacia la pantalla y las líneas comenzaron a moverse, el pulso se marcaba-Gracias…gracias…-dijo respirando agitado y sonriendo a la enfermera. Minerva movió su cabeza y la pesadez de sus parpados le hacían arder sus ojos.

_Es imposible doctor…esta niña estuvo muerta por diez minutos…

_Enfermera…por el bien de la paciente y de la tranquilidad de la familia es que esto no se sepa…

La mujer asintió con la cabeza y salió de la sala de emergencias.

_ Ay niña que susto me has dado…debes luchar muchacha, debes hacerlo…

_Mamá…mamá no te vayas…-balbuceo Minerva y una lagrima semejante a un cristal congelado se perdió entre sus cabellos rojos…entonces el doctor Argall comprendió que seguramente un ángel había estado con ella.

 

 

 



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Editado: 26.08.2018

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