Estábamos solos en el cuarto que se utiliza para el aseo, no tenía espapatoria, mi corazón saltó y sólo pude quedarme allí estática viéndolo.
-No podrás huir siempre de mi - me dijo.
-Siempre es mucho tiempo, tu no podrás estar aquí en este instituto durante tanto tiempo - le dije con una valentía que no sentía.
-Tu crees? - me retó.
-Que dirás para estar aquí una semana más - lo rete igualmente.
El río por mi pregunta pero no me respondió. Mis fuerzas flaqueaban y la tentación crecía en mi, pude ver que a él le ocurría lo mismo sino no estaría allí arriesgándose tanto.
-Que hay de tus preocupaciones?, Que hay de tus dudas?- ataqué, recordando nuestra antigua conversación.
-Ahora mismo no me interesa nada - por fin me respondió.
No se que me poseyó en ese instante ni porque lo hice, simplemente me dejé llevar por el impulso y lo besé. No carecía de experiencia en este sentido pero que agradable es cuando alguien de mayor habilidad toma el control de la situación.
Me quitó los lentes de color que tenía y los tiró a un lado, me abrazó tan fuerte que podía sentir los latidos de su corazón y los músculos tensionados de sus brazos.
Yo? Oh, como describir lo que sentía en ese momento. Lo abrace tan fuerte como si mi vida dependiera de ello. Si, también sentí las benditas mariposas en el estómago. Si, también las piernas se me debilitaron. Si, sus bigotes me hacían cosquillas en los labios y eso me gustaba y lo más importante era que en ese momento comprendí que él era mi hombre.
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Editado: 14.08.2021