Cap. 20

Como tomar el tiempo como tu aliado? Cuando es la única muestra de la ausencia de alguien a quien tanto anhelas tener cerca. Cuando ves que pasa sin reproche y tu corazón se desgarra poco a poco. Cuando ves que las estaciones pasan, las semanas, meses y hasta años y no recibes ninguna notificación de esa persona a quien amas, si vive o si ha dejado este mundo.

Los primeros seis meses fueron duros, esperaba una carta, un mensaje, una llamada, pero nada.  Miraba todos los días las noticias para ver cualquier novedad pero parecía como si ellos también se confabularan en mi contra y todo lo que pasaban eran muerte y destrucción. 

Lo esperaba cada día, lo amaba con todo mi ser y oraba cada día por él para que Dios lo guardara y volviera sano y salvo. Sin embargo, el segundo semestre tuve que cambiar muchas cosas de mi mobiliario, en mi interior explotó la ira, el dolor, la frustración y el miedo de saberlo muerto. Seguía amandolo y aún lo esperaba pero perdía las esperanzas.

Al siguiente año ya no lloraba, ni lamentaba su ausencia, seguía amandolo pero me di cuenta que me estaba auto destruyendo. En los meses anteriores había cambiado tanto en mi aspecto como en mi interior pero al año siguiente resurgi de las cenizas.

En los meses que siguieron mi resolución seguía firme, lo amaba, si,  pero más me amaba a mi misma. Me levanté, crecí intelectualmente y madure en mi personalidad, me proyectaba como la mejor en la universidad y no permitiría que nada volviera a intentar destruirme.