La Chica de los Lentes Oscuros

Cap. 22

Ese fue nuestro encuentro, no lo volví a ver. 


Yo, seguí con mi vida, tome las riendas de la empresa y de  mi profesión. No lo olvidaba, era obstinada al no dejarlo de amar pero no sería yo quien lo buscaría, él se fue, él tendría que volver. 


Hasta que un día me llegaron noticias, se presento Cabo ahora Sargento a mi oficina pidiendo hablar conmigo dos años después, llegó hasta allí para Informarme que el Teniente tras nuestro encuentro había tomado misiones en lugares muy peligrosos sin importar el riesgo que podía conllevar a su propia vida, hasta que una semana atrás en medio de un procedimiento de vigilancia de rutina en uno de los puntos más críticos de la insurgencia había recibido un disparo de muerte en el pecho y que en ese momento se encontraba en cuidados intensivos en el hospital militar de la ciudad.


Le pregunté el porqué me avisaba de su situación, si él me había dejado siete años atrás sin ninguna intención de seguir con nuestra relación, su respuesta me sorprendió y me la dió en forma escrita, el Teniente había escrito cartas para mí y cada una era un reflejo de su corazón, de sus sentimientos, de su amor.

 Tome la última y la leí, me conmocionó las palabras allí escritas, me decía en medio de esta: "no quiero que tengas una vida de sufrimiento al tener que esperar una carta, un mensaje o en el peor de los casos la carta en la cual te avisen de mi fallecimiento. Quiero que tengas una vida plena y realizada que toda joven debe tener sin ninguna atadura a un hombre que da su vida por su nación y poco a quienes ama. Te amo, aun cuando mi comportamiento indicara lo contrario..." 

Mis lágrimas mojaron el papel, no podía con esa información, no podía creer que mi amor hubiese tomado esa decisión sin contar conmigo, sin preguntarme siquiera, sin saber si estaba dispuesta a enfrentar cualquier situación por él.


El Sargento me comentó después que el día en que me vio en la graduación su desilución fue tan grande al verme con ese hombre, no quería creer que me había perdido para siempre. 

Me dijo que se encontraba allí por una deuda que tenía pendiente con él y que a pesar de ser su superior también era su amigo y sabía que lo que había entre los dos era amor real, que nos necesitábamos mutuamente y que no quería que él muriera sin antes no arreglar lo que se había deteriorado en un mal momento y por malas decisiones.


Mi corazón latía fuertemente, no quería que muriera, no quería perderlo e iba a verlo, quería asegurarme y ver como se encontraba.

 No permitiría que muriera, hoy no.




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