Pasaron los meses, abuela se interesaba cada vez más en nuestra "salud", especialmente en la mía.
Un día como cualquiera, no recuerdo con exactitud, cuando fue, pero, recuerdo que fue algo así como darle cuerda a mi primer demonio, e irlo alimentando día con día. Nos llevó a mi y a Skylar a una clínica; bastante lejos del lugar donde vivíamos, tomamos dos de esos autobuses verdes, me senté en la ventana mirando hacia la carretera sin saber lo que ocurriría tiempo después...
Llegamos a la dichosa clínica, llego nuestro turno, pasamos a un consultorio médico. Una doctora alta, tez clara, nariz respingada, cabello recogido pero oscuro. Todo parecía tan normal, una consulta como cualquiera, nos midieron a Skylar y a mi, la pesaron a ella, y cuando terminó... La doctora me dijo con cariño --Pequeña, es tu turno, súbete a la báscula, anda ¡Vamos!-- Procedí a subirme a la báscula, me baje. Casi al término de la consulta la doctora dijo
--Bueno, todo en orden con Skylar, simplemente denle sus vitaminas porque se acerca el invierno; pero con Estrella, algo no está en orden, su peso esta debajo del rango promedio, habrá que hacerle algunos estudios de sangre para descartar cualquier problemita...
Al día siguiente fuí con mamá al laboratorio para hacerme los estudios de sangre; no sabía muy bien lo que ocurría. Llegamos al laboratorio, pasamos a un cuarto donde me recosté sobre la camilla, me pusieron una especie de ligas, una en cada brazo y una en la cintura; apretaba demasiado y veía como sacaban mi sangre en una jeringuilla.
--No te muevas, solo un minuto más-- Fueron las palabras que me dijeron, y fue sin duda el minuto más largo de mi vida hasta ese momento.
Fuí a casa con mamá y días después volveríamos por los resultados. Llegó el día de ir por los resultados, seguía sin comprender muy bien lo que sucedía, sin embargo podía ver en el rostro de mamá angustia y preocupación, le entregaron los análisis y pareciera que nos teletransportamos hacia el consultorio médico.
Esperamos nuestro turno alrededor de una hora y media, me llamaron, pasamos, me senté sobre las piernas de mamá; podía notar la preocupación en su rostro y los temblores sobre sus manos. La doctora nos observó alrededor de treinta segundos, abrió el sobre que contenía los análisis, y dijo:
--Justo lo que me temía.-- Pude ver que mamá se quedo pálida
--¡¿Qué es lo que tiene mi hija?!
Dijo mamá casi gritando.
--Bueno señora esto es complicado de explicar para mi, sin embargo; anteriormente le había comentado que su hija tenía bajo peso y esto era debido a que su hija padece... Principios de anemia, una enfermedad que ocurre debido al mal funcionamiento de los glóbulos rojos en la sangre y una de las causas más frecuentes son la falta de hierro en la dieta entre otras más, en casos más extremos suele causar un tipo de cáncer llamado leucemia-- En ese momento sentía que mamá casi se desmayaba, la doctora continuaba --Aquí nosotros tenemos una ventaja ya que estamos a tiempo de combatirlo, por lo cual le resetaré las siguientes vitaminas-- Llegamos a casa mamá me explicó todo de una forma muy sutil, no comprendía la gravedad de la situación, hasta años mas tarde.
Al llegar a casa mis padres se quedaron hablando un largo tiempo a solas, yo jugaba con Skylar en la habitación de al lado, podía escuchar como mamá lloraba, supuse que era mi culpa. Esa noche no pude dormir, sabía que lo que pasaba no era culpa más que mía y mi mente no paraba de pensar en ello.
Al día siguiente abuela se enteró de lo que me sucedía
--¡Cómo puede ser posible!--Exclamó
--No te preocupes-- Le dijo a papá en un tono desconcertado-- Yo comprare las vitaminas.
Esa misma tarde abuela llegó a casa con las vitaminas que me habían resetado las traía en una bolsa anaranjada, noté que traía otras cosas además de las vitaminas, no quise preguntar en el momento. Instantes más tarde dijo:
--Miren, además de las vitaminas, traje unas mas. La señorita de la farmacia dijo que son muy eficientes para subir de peso, seguramente con esto evitaremos todas esas tonterías de anemia y leucemia-- Esas palabras sonaron muy crueles dentro de mi mente, mi abuela era cruel, pero jugar con mi salud como si se tratara de un objeto.
Pasaban los días. Me tomaba las vitaminas, tanto las que me había resetado mi doctora como las que me daba mi abuela, junto con ese extraño te verde. Nuevamente me fui a pesar, con el temor de que me volvieran a hacer esos análisis. La doctora dijo:
--El tratamiento no está funcionando, por alguna razón. ¿Estrella esta consumiendo el tratamiento?-- Preguntó con un tono extrañado.
--Por supuesto, que lo está consumiendo-- Respondió mi abuela--Aunque, le agrégamos unas vitaminas y un te que me recomendaron-- Agregó--Señora, usted no puede autorecetar a su nieta, esta causando que adelgace excesivamente-- Mi abuela no contestó nada, me tomó de la mano y salimos del consultorio, notaba a mi abuela algo molesta, nunca le ha gustado que le lleven la contraria; para evitar ello, trato de no dirigirle la palabra, claro, sin ser grosera.
No volvimos a aquel lugar en un largo tiempo, todo parecía en orden, me sentía bien, al parecer... Salvo por ese extraño sangrado en la nariz, creía que estaba relacionado debido al clima o algo así. Hasta que una noche...
(Díganme si les esta gustando la historia, soy nueva en esto).