Narrador
Después de que le quitaron los aparatos y el medicamento con la que la mantenían sedada
-Solo hay que esperar señor James – dijo la doctora luna muy amable puede tardar hasta 24 horas para que reaccione, solo hay que tener paciencia
-Solo quiero saber si ella esta bien y que no tenga ningún secuela por el medicamento – le responde James a la doctora con un rostro frio, tenía que ocultar su preocupación hacia su esposa.
Pasaron las horas y James seguía sin moverse del lado de Mía, ni para comer se movió, aún estaba en el mismo lugar en un sillón que había mandado poner a lado de la cama de donde estaba su esposa; en ese sillón pasaba el mayor tiempo desde que ella estuvo en coma, se ponía a platicar con ella sin sabiendo que había la posibilidad de que no lo escuchara pero a él no le importaba, se ponía hablarle a los bebés y les decía cuánto los amaba a pesar de que aún no nacían, acariciaba el vientre abultado de Mia.
Mientras le acariciaba el vientre se oyó un ruido como un quejido el volteo rápidamente a ver la cara de Mía y ahí estaba ella tratando de abrir los ojos.
Tratando de abrir los ojos despacio para poder acostumbrarse a la luz que aúnque no era fuerte, para ella si lo era , poco a poco se acostumbró y al fin abrió los ojos completamente
-Ja…me..SS – dijo con una voz poco audible – a.. gu..a.. – logro decir.
Rápidamente James tomó una jarra de agua que tenía en una mesita de noche a un lado de la cama, tomo el vaso con cuidado y sirvió un poco de agua, al tenerlo listo se acerco a Mía con el y con mucho cuidado le dio de beber un poco.
Sintiendo Mía que su garganta se había refrescado pudo hablar
-Que ha pasado, James? – pregunto Mía aún un poco aturdida y con voz apagada, ella después del pleito que tuvo con Milagros sus recuerdos se habían vuelto borrosos
-Amor – dice James con cariño y tomándola de las manos – después de ir a la fiesta tuviste un altercado con Milagros – empieza a contar lo que había pasado durante la fiesta y como había llegado al hospital – todo es mi culpa cariño – dice James con su voz apagada – perdón por no estar ahí cuando necesitabas - baja la mirada, no quería que Mía lo viera así de débil.
-No es tu culpa amor – le dice Mía mientras lo toma de la barbilla con si mano un poco débil para que la mire a los ojos – tu no tienes la culpa de nada ya te he dicho que las cosas pasan por algo, a lo mejor era para poner a prueba nuestro amor y el amor a estos bebés – le agarra la mano a James y hace que le toque el vientre - ellos serán nuestra fuerza y el motor para seguir adelante – con la otra mano que mantenía libre le seca una lágrima traicionera que aparece en la cara de James. El al no aguantar más la abrazo con fuerza y le susurro un “te amo" en su oído.
Así quedaron un rato hasta que tocaron la puerta “pase” dice James
Entra la doctora luna junto a Victoria la enfermera
-Buenas noches – saluda la doctora a la pareja que ya se habían separado - ¿cómo se siente señora? – le pregunta mientras se acerca para irla checando.
-Un poco mareada y cansada, como están mis bebés? – pregunta Mía mientras le están tomando la presión.
-Estan muy bien creciendo grandes u fuertes, - contesta la doctora con mucha emoción - han pasado por mucho pero gracias al descanso forzoso que se le dio ya están fuera de peligro. – se calla unos segundos y luego vuelve hablar – pero ya sabe aunque estén fuera de peligro tiene que estar en cama, guardar reposo y no hacer tanto esfuerzo. Como es primeriza y son trillizos, se le puede adelantar el parto al cumplir los siete meses, así que si siente algún dolor o pinchazo en la parte baja del vientre no dude en hablarme.
-Gracias doctora – contesta Mía ya un poco más repuesta – me cuidaré mucho esta vez -dice mientras acaricia si vientre.
-Doctora – habla por fin James – la señorita Victoria todavía puede quedarse para que este al pendiente de mi esposa – pregunta mientras Victoria recoge los aparatos que estaba utilizando para checar a Mía.
Al oír esto Victoria levanta la cabeza, apenas hiba a hablar pero la doctora la interrumpe
-Señor James, eso decisión no es mía sino de ella – voltea a ver a Victoria, ella voltea y mira a Mía que un se le.ve un poco pálida y cansada y luego voltea a ver a la doctora.
--Dime necesita más tiempo señor – dice Victoria mientras termina de guardar todo el equipo médico que había utilizado - no hay problema solo le recuerdo que necesito que esto cuente como mis prácticas
-Por eso no hay problema - James se acerca a Mía ya que se había separado un poco de ella en lo que la revisaban, le toma la mano – amor, ella es la enfermera Victoria es la que a estado al pendiente de ti en este tiempo.
--Muchas gracia Vicky, te puedo llamar así verdad – dice Mía con voz dulce pero cansada.
-No hay problema señora…. – no termina de hablar y la interrumpe Mía
-Nada de señora solo dime Mía porfavor si? – le dice Mía con cariño
-claro seño… Mía, - contesta Victoria un poco tímida
-Ahora señora necesita descansar, recuerde que aún que ya están fuera de peligro aún necesita cuidarse - le dice la doctora - me retiro cualquier cosa o si tiene algún dolor no dude en llamarme -
-Gracias – dicen al unísono Mía y James
Se salen de la habitación la doctora y Victoria dejando solos a James y a Mia
-Amor descansa , recuerda que tienes que descansar mucho para que puedan estar fuertes y sanos nuestros hijos y tu – le da un pequeño toque en su nariz
-Ya te dijo la doctora que van hacer? – pregunta Mía
-Serán dos hombres u el otro no se deja ver,.los.dos hermanitos lo tapan como cuidándolo.