La chica de otra realidad I

Capítulo III. Margaret, la difunta

Lo escudriñaba con lentitud, cada movimiento y gesto llamaban su atención. Era alto, de piel clara, ojos cafés y cabellos oscuros, aparentaba más de treinta años y vestía con ropa formal y pulcra, era atractivo, aunque no lo suficiente para tentarla. Marcus parecía inofensivo, pero no estaba convencida.

—Larissa, ¿Estás bien? —dijo rompiendo el largo silencio. Estaban sentados en la sala de su casa

—Nunca en mi vida había escuchado tu nombre, Marcus Lanzuri —dijo Larissa con firmeza

—Vamos al médico, deben revisarte, algo está mal.

—¿Cómo sé que has dicho la verdad?

Marcus le mostró su teléfono, su red social estaba repleta de fotografías juntos. Larissa las observaba con los ojos llenos de lágrimas

—Lara... —dijo Marcus e intentó abrazarla, pero ella lo esquivó y le devolvió el móvil

—Entonces según tu versión llevamos juntos un año.

—Es cierto, llevamos un año, desde que trabajas en Millenium.

Larissa sentía que su cabeza estallaba por la confusión

—¿Cómo murieron? —dijo Larissa, Marcus dudó—. Dime, ¿Cómo murieron mis padres?

—Fue hace cuatro días. Su auto... Hubo una explosión, murieron—dijo Marcus con voz titubeante

Larissa estaba consternada, lágrimas cubrían su rostro, pero le parecía ilógico lo que decía

—¿Por qué explotó el auto?, ¿Fue una falla mecánica?

—Aún están investigando.

—¿Por qué no estaba con ellos? —dijo preocupada

Marcus se acercó a ella con premura, tomando sus manos

—Creía que estabas con ellos, no te encontraba por ningún lado. La policía encontró tres cuerpos en el auto y creí que eras tú —los ojos de Marcus se llenaron de lágrimas—. Pero luego llegaste a casa, estabas empapada por la lluvia y te desmayaste, ¡Oh, Larissa!, ese día supe que te amaba de veras.

Larissa se puso de pie, alejándose. Ese hombre la inquietaba porque le era desconocido.

—¿Y quién viajaba con mis padres?

—No lo sabemos, pero pronto nos lo dirá la policía, aún están identificando el tercer cuerpo. Tal vez solo necesitas descansar, Larissa, quizás después recuerdes todo.

Larissa asintió.

—Bien, iré a dormir. ¿Ya te vas?

Marcus consternado negó

—No te dejaré sola, menos ahora.

Aunque Larissa quería que se fuera, no se atrevió a correrlo. Fue a su habitación y aún temerosa aseguró la puerta, luego se recostó, se quedó dormida después de tanto llorar.

 

***

«Un estremecedor grito despertó a Larissa, abrió los ojos enormes al mirar ese espeluznante espectro, era una figura formada de un ennegrecido humo que se acercaba a ella. Cuando tocó su piel, sufrió un ardor tan fuerte que chilló del dolor»

Despertó ahogándose y envuelta en sudor, ya era de noche. Con la mente aún revuelta se preguntó si todo había sido una pesadilla. Corrió hasta la sala, esperanzada de ver a sus padres, pero decepcionada encontró a Marcus.

Regresó a su habitación en silencio, sentada sobre la cama, sintió dolor en su brazo izquierdo, levantó el suéter mirando tres picaduras circulares y enrojecidas en su piel. Larissa sintió miedo al recordar su pesadilla.




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