La chica de porcelana

11-Jack

Habían pasado días. No se volvió a hablar de la casa. Luka la miraba cada día, pero no paraba a pensar demasiado tiempo en ello.

El abuelo Jack le observaba desde las escaleras, en la comida, en la noche mientras dormía. Vigilaba a su nieto, de que no cometiese el mismo error. Por mucho que quisiera , ya no había vuelta atrás. Luka había entrado y Jack sabía que tarde o temprano todo pasaría.

Era pleno abril y esa mañana Luka tenía el mismo humor apagado de siempre. Llamó a su abuelo, que yacía en la cama.

-Venga abuelo, despierta. Sé que es Sábado, pero me prometiste llevarme a la feria hoy.- Luka le agitaba.- Vamos, despierta.

Algo no cuadraba y era un color a metal, a hierro. De repente, Luka sintió un escalofrío recorrer su cuerpo de pies a cabeza. Algo no cuadraba.

Levantó despacio la manta y lo vio. Era una considerable herida que desangraba a su abuelo. Con los ojos bien abiertos, Luka se quedó en shock. Unos pasos, provenientes de Martín, se acercaban a él. El señor Martín, de pie, tenía una sonrisa gentil dibujada en sus labios. Luka retrocedió dos pasos.

- Me habría gustado una charla más cortés, pero no me ha quedado otra.

Luka cogió la lámpara de la mesilla de noche y la lanzó hacia Martín. Sus manos le temblaban y luchaba contra ellas por no dejarse cegar por el miedo.

- Hijo de...

- No hacen falta malas palabras, Luka. La culpa la tenéis tú y tus amigos.

- ¿Qué les has hecho?- soltó Luka con la voz ahogada.

- Solo un favor por Luna

Entonces, se corrió hacia Martín y le dio un cabezazo. Empezó a bajar las escaleras y entró a la casa. Ben y James estaban dentro de la casa, él estaba seguro de ello. Corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa.

Luna le cogió por sorpresa y escondió. Estaban en una habitación entre árboles y humedad en el aire: una selva. Luna le hizo un gesto a Luka para que se acercase. Él no la siguió solo soltó su pregunta:

-¿ Dónde están?

- Ya no están, lo siento.

- ¡Dímelo!- cogió a la muñeca por los brazos y tiró al suelo. - ¡¿A que jugáis ?!

Martín escuchaba los gritos de su hija de porcelana. De inmediato entro entre puerta y puerta. Cada una podía dar o a un cuarto normal o un paisaje de ensueño. Dio con ellos en plena jungla. Martín puso los ojos en blanco a ver que la cara de Luna estaba agrietada. Amenazante, intentó acercarse y Luka retrocedió arrastrando a Luna con él.

- Dónde está Ben y Luka.

-Suéltala.

La oscuridad empezaba a rodearles mientras Luka sostenía a Luna. Él sabía que la debilidades de Martín era su muñeca de porcelana. Luka tenía el control.

-Dime qué es este lugar y porqué has matado a mi abuelo. Tal vez así puedas salvar Luna.

-Suéltala y hagamos un trato. Puedo traer de vuelta a tu querido abuelo.

-No quiero tus sucios juegos, quiero la verdad. Quiero saber lo que es este lugar y que tenía que ver mi abuelo con todo esto para que tengas que haberle matado.

Solo un par de lágrimas de rabia se deslizaron por las mejillas de Luka. Martín bien sabía que Luna estaba en peligro. Era el adolescente quien manejaba el momento, quien tenía todo a su favor.

-Sin duda eres nieto de Jack...

- Contesta de una vez.- dijo Luka tirando del brazo de Luna, provocando un grito de dolor agudo.

- ¡Está bien, te diré!




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