La chica de porcelana

14- El acuerdo final

Después de aquello, Luna calló enferma. Martín había hecho lo imposible por salvar a su niña de la enfermedad que le había atrapado. Ni siquiera la magia la podía curar. Solo tras su muerte, Martín pudo recuperar a Luna y era convirtiéndola en un ser imposible: una muñeca de porcelana.

Luka seguía viendo escenas de vidas pasadas, de otros tiempos. Avanzó a unos años y visualizó a tres chicos. Entre ellos había uno que se parecía a él. Reconoció a su abuelo Jack , que junto a sus amigos, había pasado el tiempo con Luna enseñándole cosas del mundo exterior ajeno a la casa. Siempre escondiéndose de Martín, ocultándose entrando y saliendo en los días que el hombre de la casa estaba ausente. Solo bastó una noche en la cual vio a los tres adolescentes para desatar la ira en Martín. Jack fue el único que escapó.

- Creo que no hace falta explicar dónde están tus amigos.- Los ojos de Martín estaban serios y vacíos al mismo tiempo. Era difícil deducir sus emociones.- ¿O quiere verles?

Luka estaba en shock. Ahora, rápido, se percató que la escena se estaba girando, que era ahora Martín quien tenía el control de la situación. A su vez, Luka sintió lástima por Luna, una chica atrapada en aquel cuerpo y en aquella casa, bajo la locura de su padre. Martín la había encerrado bajo el temor de perderla otra vez y no poder volver a tenerla a su lado, tal y como pasó con Tina.

Martín, con su gentil sonrisa, se acercó a Luka. Se mantenía herguido.

- Ahora suelta a mi hija.

Luna estaba a la vez asustada y tirando para atrás de Luka, alejándole de Martín. Ella bien sabía que iba a acabar igual que los otros que intentaron ayudarla en sus días encerrada en la casa de la esquina.

- Corre..- le hablaba Luna sin voz a Luka

Él no la obedeció y se quedó en medio de la habitación oscura. Miraba fijamente a Martín, obligándose a no dejarse controlar por el miedo.

- Quiero que les devuelvas a la vida.A mi abuelo y mis amigos.

- No es posible, están muertos.

Luka quería salvar a todos. A sus dos mejores amigos, a su abuelo y a Luna. Algo debía dar a cambio, algo debía de sacrificar. No había otro modo, solo esa forma. Luka era consciente de lo que iba a hacer.

- Cambia la historia, a la noche antes de que entremos.

- ¿Crees que todo es gratis?

- Ofrezco una compañía a Luna. Mi vida a ella.

Martín escuchó por primera vez un trato que no incluía la avaricia: que alguien amase, tener poder, riqueza, la vida infinita... Se trataba de un trato donde solo se quería el bien a los seres queridos a cambio de su alma. Luka había hecho un acuerdo distintos a los muchos otros que hizo Martín en el pasado. Martín le ofreció un apretón de manos.

- ¡¡No lo hagas, no sabes qué haces!!- Luna gritaba sacudiendo y golpeando a Luka.- ¡NO!

Luka extendió su mano y se selló el trato. La oscuridad desapareció y ellos también. Todo volvió a la normalidad para Jack, Ben y James. Nada nunca pasó. Sus vidas volvieron , pero sin Luka.

Los dos yacían en algún lugar de la casa. Luna miraba la ventana, veía la calle sin esperar nada. Solo se mantenía espectante. Luka entró en la habitación sin llamar a la puerta. Ya habían pasado dos días. Luka vestía esta vez una ropa a juego con el vestido de Luna. Luka la observó desde la puerta. Lentamente, Luna giró a cabeza y vio a su nuevo acompañante, con la piel igual de delicada a la porcelana.

- ¿Por qué lo hiciste?- volvía a hablar ella sin emociones.- Ahora estás aquí atrapado

- Para salvarles , Luna. Les quiero

- No entiendo esas palabras.

- Ya las entenderás. Vamos, enséñame lo que hay en esta casa. Quiero ver hasta el último rincón - extendió la mano.

Luna se levantó despacio y caminó hasta Luka. Tomó su mano y le empezó a guiar por cada una de las habitaciones. Caminaron de la mano en compañía del uno y el otro. Luna había ganado un compañero de vida, un amigo...




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